La cinta “Una Guerra Brillante”, que ya se encuentra en las salas mexicanas, muestra uno de los más apasionantes duelos en la historia de la humanidad: Edison contra Tesla, en un batalla por iluminar el mundo con sus sistemas distintos que, al final, cambió la forma en la que el mundo ve la energía.
Invierno, 1880. Un tren lleva a un grupo de peces gordos de Nueva York a una zona desierta en medio del campo de New Jersey. Envuelto por la oscuridad, aparece una figura solitaria: Thomas Alva Edison, iluminado sólo por el tenue resplandor de su cigarro. De repente se activa un interruptor, y el paisaje se baña con la luminosidad proveniente de filas y filas de bombitas de luz enormes. Con su sistema de corriente continua, el Mago de Menlo Park, aparentemente, ha lanzado su hechizo aún mayor.
Así es como inicia “Una Guerra Brillante”, la más reciente producción del director Alfonso Gomez-Rejón protagonizada por Tom Holland, Benedict Cumberbatch y Nicholas Hoult que ya se encuentra en los cines mexicanos.
La cinta narra cómo al mismo tiempo que Edison presentaba su invento, a unos quinientos kilómetros al oeste, su rival industrial George Westinghouse escucha sobre este avance en su residencia de Pittsburgh, Solitude. Junto con su esposa, Marguerite, y su leal ingeniero en jefe Franklin Pope (un viejo colega de Edison), Westinghouse analiza las noticias y decide invitar a Edison a cenar para conocer al famoso inventor en persona.
Una vez en Washington, Edison convence al gran financista J.P. Morgan para que invierta su dinero en su invención. Sin embargo, se presenta en la Casa Blanca con su esposa Mary, sus hijos Dash y Dot y su secretario personal británico, Samuel Insull, haciendo alarde de otra de sus invenciones, el Fonógrafo de Edison.
Allí, el presidente Chester A. Arthur intenta tentarlo para que diseñe armas de guerra para los militares, pero Edison es terminante y le dice, “Jamás construiré un aparato que acabe con una vida humana”.
De este modo Edison se retira de la Oficina Oval sin los fondos que había solicitado y revela su plan: iluminar alrededor de dos kilómetros cuadrados de Manhattan con sus bombillas eléctricas y seis dinamos gigantes, e instruye a Insull para crear una nueva empresa en Nueva York, Edison Electric.
En la estación de trenes de Pittsburgh, Westinghouse se prepara para dar la bienvenida a Edison y su familia, pero éste, agotado, desecha el plan. Decepcionado, Westinghouse regresa a Solitude. De vuelta en su casa y laboratorio de Menlo Park, New Jersey, Edison se entera de que, después de todo, Morgan financiará su proyecto.
Mientras Edison ilumina la calle Pearl de Nueva York en una fanfarria de publicidad y clamor público, Westinghouse analiza el modo de generar la energía suficiente para expandir la red eléctrica por toda la ciudad usando la corriente continua.
Lo mismo hace Nikola Tesla, el inmigrante serbio –un inventor empobrecido- quien ofrece a Edison sus servicios y su idea para la corriente alterna (CA), con la cual promete enviar más electricidad a distancias más largas. Edison considera que la CA es demasiado peligrosa y muy difícil de manejar para sacar provecho, pero contrata a Tesla por unos escasos 10 dólares por semana para trabajar en Menlo Park.
A medida que Edison planea expandir su electricidad a través de 12 ciudades estadounidenses usando la CD, el sistema de CA de Westinghouse transmite electricidad exitosamente a alrededor de 2 kilómetros e ilumina la ciudad de Great Barrington, Massachusetts, indignando así a su rival.
Para disgusto de Edison, Westinghouse parece estar superándolo y usando también su propia invención, la bombilla. Tesla ofrece diseñar un motor para alimentar el sistema de CA de Edison, pero lo rechaza. Completamente obstinado, Edison cree en su propia genialidad para corregir el rumbo. Sus obligaciones con Tesla están hechas trizas, y éste se va a establecer su propia empresa, Tesla Electric.
Sin embargo, Edison lleva la lucha contra Westinghouse. Lo difama en los medios y hasta se burla de él usando su fonógrafo, pero lo único que logra es redoblar sus esfuerzos. Una vez establecida la empresa Westinghouse Electric Company, y una nueva patente para su sistema presentado, el industrial está más que preparado para enfrentar la batalla.
Para Edison, la única solución es trabajar más duro y dirigir a sus hombres con mayor ferocidad. De repente, una tragedia lo golpea: su amada esposa Mary cae enferma y muere. El inventor, desconsolado, se sumerge cada vez más en su trabajo, incluso cuando la iluminación de Westinghouse se ve favorecida con el creciente número de ciudades alrededor del país. Morgan le aconseja que cambie a la CA; Edison nuevamente se niega. Seattle, Fort Worth, Nueva Orleans… mientras entierran a Mary Edison, ciudad tras ciudad cae al sistema de Westinghouse. El dinero se va acabando.
La Feria Mundial de Chicago de 1893 pone a Edison y Westinghouse cara a cara en una licitación de alto perfil. Ambos pretenden hacerse cargo de la iluminación de la ciudad para el evento reconocido internacionalmente.
En el frenesí de inventar un motor para impulsar su sistema, el fiel ingeniero de Westinghouse, Pope, muere accidentalmente. Rápidamente se propaga el rumor de que, después de todo, la corriente alterna es mortal. Luego de una búsqueda espiritual con Marguerite, George Westinghouse supera la pérdida y gana la Guerra de las Corrientes.
Edison, por su parte, aprovecha una última oportunidad para desacreditar a su rival usando un generador de Westinghouse de fuente secreta para alimentar la primera silla eléctrica. Un caso judicial es presentado por Westinghouse, en el que Edison afirma que, aunque el sistema de su rival es peligroso, Westinghouse es la forma más humana de ejecutar a los condenados a muerte. Los dos hombres se encuentran, finalmente y brevemente, en las escaleras del tribunal de Buffalo.
Engañado y defraudado por inescrupulosos hombres de negocios y reducido a cavar zanjas, Tesla finalmente se encuentra con Westinghouse en una anticuada habitación de hotel. Los dos inmediatamente congenian, mientras Tesla comparte su visión para una nueva forma de energía que aprovecha la energía de las Cataratas del Niágara. Los hombres de ideas afines forman un equipo: uno provee el sistema CA, y el otro, el motor para magnificar su poder.
Gracias a los servicios de un investigador privado, Westinghouse descubre y publica el plan que Edison había tramado para desacreditarlo a través de la silla eléctrica. Gana el contrato de la Feria Mundial –y la Guerra de las Corrientes– a raíz de que la ejecución del asesino William Kemmler termina en un fiasco que acapara los titulares. Westinghouse sale triunfante pero sigue siendo una figura poco aclamada; Edison es derrotado, pero su fama y su determinación de innovar permanecen intactas.