El gobierno de Estados Unidos anunció que ante la pandemia por el COVID-19 se ha decidido limitar la entrada de personas procedentes de México y Canadá con lo que se afectará a quienes acuden a este país con motivos recreativos o de turismo. Esta medida entró en vigor el pasado 21 de marzo.
En conferencia de prensa encabezada por el presidente norteamericano Donald Trump, se anunció que esta medida no afecta el cruce comercial de mercancías entre las naciones, así como tampoco afecta a quienes tienen que viajar por motivos médicos, de estudio o que tiene permiso legal para trabajar en la unión americana.
A la vez se reforzaron las medidas encaminadas a impedir que personas sin documentos legales ingresen a Estados Unidos, lo que quiere decir que las autoridades migratorias deportarán de inmediato a quienes arresten intentando cruzar la frontera.
Con ello se evita que los centros de detención migratoria puedan convertirse en zonas de riesgo para la propagación del COVID-19.
El presidente norteamericano anunció que México ha aceptado suspender las llegadas de vuelos procedentes de Europa.
“México toma medidas para incrementar en su frontera sur y está suspendiendo viajes de Europa a la gente que estaba tratando de entrar a México para llegar a Estados Unidos”, dijo.
CIERRE DEFINITIVO: IMPOSIBLE
De unos días a la fecha, el mayor temor entre un sector de la población fronteriza es que el gobierno de Estados Unidos, atendiendo una hipotética orden ejecutiva del presidente Donald Trump, decidiera cerrar la frontera entre México y Estados Unidos.
Cada minuto, en alguna publicación en las redes sociales alguien maneja esta posibilidad, incrementado la psicosis entre los residentes fronterizos, especialmente quienes tienen la necesidad de cruzar continuamente al vecino país.
Sin embargo, expertos en temas internacionales señalaron que más allá de cualquier deseo nacionalista de la administración de Trump, cerrar la frontera con México traería consecuencias funestas, especialmente para la economía de ambos países.
Entre los argumentos que los expertos señalan están las cifras del mismo gobierno estadounidense, quien dio a conocer que a diario cruzan la frontera más de mil millones de dólares en comercio.
Un estudio elaborado por Business Roundtable, aseguró que el comercio entre las dos nacionales mantiene más de 4.5 millones de empleos tan solo en la unión americana.
Cerrar la frontera entre las dos naciones cancelaría los más de 300 millones de cruces legales por año que se registran entre México-Estados Unidos.
La economía entre ambas naciones se vería afectada seriamente con este hipotético cierre de fronterizo, pues el 80 por ciento de los productos importados por México llegan de Estados Unidos que, por su parte, depende de las materias primas que sus utilizan para mantener sus líneas de producción, mismas que llegan provenientes de México.
La población norteamericana también sufriría, pues de acuerdo a cifras oficiales, casi la mitad de frutas y verduras de Estados Unidas llegan de México, con productos como el limón, el aguacate y el jitomate que sufrirían de una importante alza en el mercado estadounidense, ya que provienen de México.
De hecho, el mayor socio comercial de Texas es México, que representa negocios por más 187 mil millones de dólares al año.
Al participar en un foro sobre el tema, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arizona, Glenn Hamer, coincidió sobre las funestas posibilidades de una medida de este tipo.
“Cerrar la frontera con uno de nuestros socios más grandes tendría consecuencias económicas catastróficas”, sentenció.
Por su parte la vicepresidenta de negocios en la Cámara de Comercio de San Diego, Paola Avila, manifestó que lo que hablan de un cierre fronterizo por el COVID-19, no conocen la realidad de la relación entre México y Estados Unidos.
“Cerrar la frontera no aborda el tema de la migración. No es el camino a seguir, ya que perjudicaría directamente a las empresas y a los consumidores estadounidenses. No son solo los productos, sino que la fuerza laboral estadounidense e incluso el medio ambiente experimentan las consecuencias de la desaceleración de la frontera, y de un posible cierre”, sentenció.