Busca mantener un bronceado exuberante, se expone por horas a los rayos ultravioleta (UVA), pero siempre al verse en el espejo observa otra realidad.
El resultado siempre es el mismo y los días que pasó en el sol, en la playa o en camas de bronceado no fueron suficientes. Espera que con mayor exposición a los rayos UVA pueda verse como realmente desea: con un tono de piel oscuro.
Cada vez son más las personas que por moda o diversión maltratan su piel sin pensar en las consecuencias de estas prácticas. Esta necesidad se convierte en trastorno psicológico porque su obsesión por verse de cierto color los enferma.
Abraham Alfaro, jefe de Servicio de Medicina y Dermatología del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), explica que esta fijación se presenta principalmente en los niveles socioeconómicos medio y alto, ya que es una de las actividades que se marcan como símbolo de buen estatus social.
“En las mujeres se desarrolla desde más pequeñas, en promedio a los 17 años, mientras que en los hombres es alrededor de los 22. Ello está relacionado con ir al gimnasio, en un 80 por ciento.
“La conducta ha aumentado, incluso las camas de bronceado hacen daño, es radiación ultravioleta y también favorecen la presencia de cáncer de piel y el envejecimiento cutáneo”, aseguró Alfaro.
Pese a que es más dañino estar expuesto a los rayos del sol que a un bronceado artificial, el especialista no recomienda en absoluto las camas de bronceado, ya que aunque las radiaciones pueden ser medibles en estos aparatos, maltratan la piel.
No existe una medida saludable del tiempo que se deba estar bajo los rayos del sol, pero el dermatólogo enfatiza en que los que se reciben en la vida ordinaria son suficientes, porque incluso algunas lámparas emiten radiaciones ultravioleta.
“Ahí lo que yo sugiero son los bronceadores que no requieren sol, que te lo pones y son como tintas, también están las regaderas de bronceo, los aerosoles”, dijo.
Aunque contienen químicos y demás, dañan en menor medida al cutis, su función es como la de un maquillaje y el tiempo de duración de estas tintas es de hasta 28 días, tiempo en que tardan en caer las capas piel.
La principal área del cuerpo a cuidar es la cara, por eso en muchas ocasiones solicita a sus pacientes utilizar bronceadores de tinta en el rostro, pues el envejecimiento prematuro está a la orden del día.
Este tipo de envejecimiento cutáneo se debe en 70 por ciento por el exceso de sol y el 30 por ciento por los años.
Consecuencias del padecimiento
“Hay que recordar que la piel es un órgano, el más grande del cuerpo, que para funcionar necesita estar con todas sus condiciones, también es un órgano metabólico, se va a encargar de muchas actividades o muchas funciones metabólicas de nuestro organismo. Si la piel no está bien, tu metabolismo va a estar mal”, enfatizó el médico.
Otras afectaciones por el exceso de la radiación ultravioleta son las lesiones cutáneas, dolencias en la dermis, paño en el rostro, manchas en la piel, resequedad, piel de “cartón”.
Pero para este tipo de personas, dejar de recibir su dosis diaria de radiación UVA produce síntomas similares a los de la abstinencia por el uso de drogas, pues dejan de recibir algo que les causa placer y bienestar.
Pero el padecimiento más peligroso que pueden presentar es el cáncer de la piel.
“Hay tres tipos que son los frecuentes, el melanoma, que es el más agresivo; el carcinoma vasocelular, que es el más frecuente y el carcinoma epidermoide”, mencionó Alfaro.
El melanoma se puede desarrollar con una exposición intensa en un periodo corto, por ejemplo exponerse al sol en una playa desde las 08:00 horas hasta las 18:00 horas, y al cabo de unos días se presenta una manchita nueva en la piel.
Mientras que el vasocelular y el epidermoide se desarrolla con el tiempo, por ejemplo, el vasocelular antes se veía en personas de 60 años de edad, sin embargo, desde ahora el vicio por el sol se comienza a detectar en los jóvenes.
“Los signos que se pueden presentar en una persona con cáncer son las manchas en la piel, lunares que sangren, un lunar que ha incrementado su tamaño, un granito”, explicó.
La región del cuerpo donde se presenta el cáncer con mayor frecuencia es la cara, aseguró el especialista, pero en México, la mayoría de los casos de melanoma es en la planta del pie, “de repente llegan pacientes y pregunta por qué trae una manchita en el pie o un grano, pero muchas veces es cáncer”.
Por otra parte, a los tanoréxicos también les cambia el color de los labios, se resecan y los casos de cáncer de labio también son frecuentes. En estos casos el especialista recomienda utilizar labiales que tengan filtros solares.
Este tipo de cáncer se detecta también por medio de la aparición de manchas, pero principalmente con úlceras o cortadas.
Para los tipos de cáncer mencionados, el mejor tratamiento es la resección quirúrgica, aunque hay situaciones que no son operables y esos se tratan por medio de radioterapia o quimioterapia, pero siempre es mejor la cirugía, explicó el dermatólogo.
“Solamente no se opera cuando está cerca de órganos delicados como los ojos, cuando ya está en fase terminal o cuando ya tiene metástasis hacia otros órganos”, reiteró.
El placer de quemar la piel
A lo largo de su experiencia, Alfaro ha recibido pacientes de todas las edades con tanorexia, a quienes les brinda las recomendaciones adecuadas para evitar lesiones en su piel, sin embargo, persisten en su obsesión.
“Tengo pacientes que ya les ves la piel de cartón, reseca, eso es muy frecuente”, recordó.
Pero un caso particular que ha tratado por años, es el de una señora de 40 años de edad (a quien prefirió no nombrar) que presentó el padecimiento desde su juventud.
La obsesión por verse con piel más oscura la ha llevado a desarrollar cáncer de piel en tres ocasiones y a pesar de esto, se niega a dejar el bronceado.
Acude cotidianamente con Alfaro por lesiones, manchas, pero no porque esté consciente de que tiene un padecimiento que se asimila al de un anoréxico.
“Ya ha tenido tres cáncer de piel y se los he quitado, pero ella me dice: ´yo vengo a que me quites lo que tengo, pero no voy a dejar de broncearme´”, relató.
La mujer padeció cáncer del tipo vasocelular, en las tres ocasiones y a base de terapia fotodinámica, se revirtió el daño solar que le ocasionó.
La comparación que se realiza en estos casos, es debido a la forma en que se ven frente al espejo, en el caso de los anoréxicos, se ven gordos, a pesar de que se encuentren en delgadez extrema, mientras que los tanoréxicos se ven a sí mismos muy pálidos y se encuentran en una búsqueda constante por obtener un tono de piel bronceada.
“Existe el trastorno de dimorfismo corporal, esta es una cuestión de que la gente se ve diferente frente al espejo y quiere transformarse. La gente que se pone rellenos, colágeno, son personas que se van trasformando, pero porque frente al espejo toman una imagen diferente”, agregó.
La solución que Alfaro destaca como viable para arrancar de raíz el problema es que quienes se dedican al área de salud, eduquen a la población.
Informar que “el hecho de tomar sol de más no te hace ver más bonito, sino más feo y más viejo”, dijo.
Esto, aunado a las campañas constantes de detección oportuna de cáncer que realiza la Sociedad de Dermatología en Nuevo León, la Sociedad Mexicana de Dermatología y la Academia Mexicana de Dermatología.
Las campañas, comenta Alfaro, sirven para detectar y diagnosticar el cáncer cuando apenas van iniciando, que es curable.
A diferencia de antes, compara, que llegaba el paciente ya con el padecimiento avanzado y no se podía hacer nada.
Y es que a pesar de que el término aún no es muy aceptado por el área médica, ya que no se encuentra clasificado y es un término adaptado, la realidad muestra que la tanorexia ha ido incrementado y cada vez en personas de menor edad.
“Ahora tenemos pacientes desde 25 años de edad, con cáncer de piel, cosa que cuando yo entré al Issste, un caso de cáncer lo veías alejado, sin embargo, ahorita tenemos una clínica del cáncer y diagnosticamos mínimo a una persona con cáncer de piel por semana”, puntualizó el especialista en dermatología.