
Aunque geográficamente se ubica a más de mil 200 kilómetros del conflicto armado con la vecina Ucrania, dentro de las fronteras rusas se lidia una batalla para sobrevivir a las sanciones impuestas por occidente y que han derivado en la devaluación de la moneda nacional (el rublo), el aumento acelerado de la inflación, el éxodo de empresas extranjeras y sus empleos, el bloqueo de redes sociales, la expulsión de bancos rusos del sistema SWIFT y más.
De la noche a la mañana, la nación gobernada por Vladimir Putin fue aislada del resto del mundo y hoy sus residentes padecen las consecuencias.
“Yo creo que eso es lo que están haciendo, es meter presión al pueblo ruso desde lo económico para que el mismo pueblo exija que se pare la guerra. Creo que ese es el plan”, dijo el regiomontano de 32 años.
Elizondo Hernández llegó a Rusia para estudiar una Maestría en Finanzas Corporativas cuatro meses antes de que estallara el conflicto bélico y aunque sus actividades diarias no han cambiado, sí ha tenido que adaptarse a la nueva realidad de un país relegado del sistema mundial.
Un ejemplo de ello es sacar dinero, que desde hace un mes ya no es tan sencillo como ir al cajero a raíz de que ningún banco extranjero opera en la nación del vodka.
“Fue un poco gradual, primero se anunció sobre las sanciones SWIFT. Entonces, de entrada ya no se podían hacer transferencias bancarias más que los negocios como MoneyGram y Western Union.
“La siguiente semana Visa y Mastercard también anunciaron que se iban a salir, pero fue una salida distinta. Es decir, las tarjetas rusas solo van a funcionar en Rusia, no en el extranjero y las tarjetas extranjeras ya no van a funcionar en Rusia. Entonces, mis tarjetas mexicanas ya no me funcionan aquí.
“Ese yo creo ha sido el mayor problema para mí, porque para tener dinero lo tengo que sacar de mi cuenta mexicana y ahorita ya no hay ningún cajero que pueda usar, ningún comercio me acepta mi tarjeta y eso me afectó mucho al principio aunque pude encontrar la forma de cómo traspasar el dinero de mi cuenta mexicana a mi cuenta rusa a través de criptomonedas“, mencionó el estudiante.
La comunicación es otra de las áreas por las que occidente presiona a Rusia para que cese el fuego contra Ucrania: primero fue Twitter, después Facebook y por último Instagram, las redes sociales estadounidenses más famosas se despidieron de aquel país, dejando sin acceso a millones de usuarios.
El “apagón tecnológico” no solo deja sin interacción a miles de rusos, sino que también dejó sin plataforma de anuncio a cientos de pequeños negocios que ofrecían sus productos, principalmente por Instagram y Facebook.
“Sí, tengo perfiles en esas aplicaciones, pero no las uso la verdad. Sé que muchos negocios eran negocios a través de estas plataformas y que el bloqueo les tiró el negocio. Obviamente, sí hay efectos grandes”, comentó el regiomontano.
Al “log out” de las redes sociales se le agrega el éxodo de las empresas internacionales que se han ido de Rusia o suspendido sus operaciones con motivo de la invasión a Ucrania.
La salida de compañías no solo provoca desempleo, también la ausencia de productos en los anaqueles de las tiendas.
Al cierre de esta edición ya sumaban más de 400 marcas que de manera temporal o permanente frenaron actividades en la nación euroasiática. Solo por mencionar algunas: Coca-Cola, Pepsi, Starbucks, McDonald’s, KFC, Pizza Hut, Zara, Netflix, Levi´s, Unilever, Apple, HP, Dell, Intel, Microsoft, Lenovo, Disney, Sony, Universal, Paramount, Warner Bros, Nike, Adidas, H&M, Toyota, Mitsubishi, Honda, Volkswagen, BMW, Mercedes-Benz, Mazda, GM, Jaguar, Renault, Boeing y Airbus.
A principios de marzo, la cadena de comida rápida más grande del mundo (McDonald’s) anunció el cierre temporal de sus 850 restaurantes en Rusia, lo que provocó compras de pánico… de hamburguesas.
“Si me voy al centro comercial del centro, las tiendas todo está cerrado, cualquier marca grande ya no tiene presencia aquí. Me acuerdo que un día antes de que cerrara McDonald’s iba caminando al gimnasio y vi a un señor ruso con una bolsa gigante llena de McDonald’s, era gigante, como de un kilo“, expresó el regiomontano.
Con apenas un semestre de Maestría, la estancia de Elizondo Hernández aún se prolongará por un año y medio más, siempre y cuando la guerra no llegue a territorio ruso.
En caso de que así sea, al regiomontano no le quedaría más remedio que tomar un tren o autobús rumbo a Estonia o Finlandia, que están a cerca de dos horas y a los que puede entrar sin visa por ser mexicano.
Por cielo sería imposible, ya que el espacio aéreo está restringido en casi todo el mundo para las aerolíneas rusas.
Esta prohibición también afectará a corto plazo al turismo del país, de acuerdo con el estudiante.
“Cerraron el espacio aéreo y creo que solo aerolíneas de aliados rusos pueden volar en el espacio aéreo de Rusia, por lo que en verano cuando vienen todos los extranjeros a Rusia es probable que no vengan y se va a perder más dinero en turismo“, mencionó Jesús.
Aunque la mayoría de los países ha condenado los ataques de Rusia a Ucrania, el gobierno mexicano ha optado por un papel más conciliador y a diferencia de otras naciones, ha decidido no imponer sanciones al gobierno de Vladimir Putin.
La postura política exterior del país ha beneficiado a estudiantes mexicanos como Elizondo Hernández al ser percibidos como empáticos por parte de los rusos.
“En lo personal me ha ayudado a mí, porque los rusos saben qué países los han apoyado y cuáles no. Cuando digo que soy mexicano, me dicen que México sí los quiere y siento que son más buenos conmigo”, aseveró.
Al momento, la Embajada Mexicana en Moscú ha indicado que no es necesario la salida de connacionales, pues se mantienen lejos del conflicto armado; sin embargo, la guerra comercial por la que sí atraviesa el ex país soviético sí provoca repercusiones palpables e inmediatas en el bienestar de los ciudadanos y residentes en Rusia.