
Si bien la sequía no es asunto reciente en Nuevo León, pues cada año, durante los meses de mayo, junio, julio y agosto la falta de lluvias se acentúa, el manejo de las reservas y su distribución sí ha sido bastante cuestionado por la ciudadanía, que actualmente cuenta solo con seis horas al día del vital recurso: de 4:00 a 10:00 de la mañana.
Y aunque la autoridad estatal lanzó desde marzo un plan estratégico “Agua para Todos” con el fin de garantizar el suministro en cada hogar de la mancha urbana, el mismo presentó fallas desde el primer día y más que tranquilidad ocasionó enojo y furia entre la población.
PLAN FALLIDO
La idea inicial fue dividir la zona conurbada en siete sectores y suspender el servicio en cada una de ellas un día de la semana; sin embargo, desde las primeras horas de su arranque la medida provocó molestia entre los usuarios por la falta de precisión. Es decir, días que no eran de corte con servicio suspendido y a deshoras.
Miguel Ángel Ruiz es habitante del sur de Monterrey, desde el anuncio del corte evitó caer en pánico al ser el único morador de su departamento. En un inicio pensó que con llenar una cubeta al día bastaría para las necesidades básicas del día, pues entre el trabajo y el gimnasio pocas horas está en casa.
Sin embargo, su optimismo cambió cuando desde el segundo día de implementación de “Agua para Todos” vio cortado el servicio en su totalidad. Su residencia se ubicaba en la zona cuatro, lo que significa que la suspensión del servicio se daría los jueves, pero los días transcurrieron y el servicio se volvió intermitente.
“Al principio pensé que habría problema porque vivo solo, con una tina la armaba, pero después me la empezaron a cortar todos los días. Ya para cuando tocaba el día de mi corte ya estaba sin agua en la tina.
“A veces se iba todo el día y llegaba en las noches o madrugadas, tenía que adivinarle y era molesto porque es como jugar al acertijo. Llegué a suspender mis planes para cargar agua y el agua no llegaba y cuando tenía que salir, al regresar mis vecinos me decían que había llegado el agua en ese tiempo”, mencionó el ingeniero de 27 años.
La estrategia estatal tenía una irónica constante: no había constancia en el suministro, por lo que el joven incluso tuvo que solicitar días en su trabajo para esperar el arribo del vital líquido por la tubería y llenar algunos recipientes para reserva.
“Como no tengo en casa a nadie que me eche la mano, tuve que pedir unos días en el trabajo. Nunca pensé que tendría que hacer eso. No estaba acostumbrado a hacer eso. Era muy cómodo nada más abrir la llave y ya”, aseveró.
Semanas más tarde y aún con errores en la primera medida, el director de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán, anunció una más: la reducción en la presión de todos los hogares regiomontanos de 6:00 de la tarde a 6:00 de la mañana con el fin de alargar la vida de las presas.
Con el apoyo de pozos someros, la paraestatal logró aminorar un poco la caída de los embalses, pero el calor de la primavera disparó el consumo en los domicilios y el círculo vicioso se repitió.
“Se suponía que la presión iba a bajar, pero volvimos a lo mismo, no había agua. Hubo varios días que me levanté desde temprano directo a bañarme para aprovechar las horas en las que se suponía que tenía agua, pero no salía ni una gota.
“Sí es frustrante porque ya no tener agua ni para bañarte ni para ir al baño te causa como una especie de ansiedad. Como siempre tuvimos agua de tubería, aquí en el edificio no estábamos preparados para esta crisis.
“O sea, no teníamos tinacos o tambos y es fecha que seguimos sin tener porque cómo los vamos a llenar si muy apenas y nos llega agua para unas tinas”, cuestionó el joven.
Como muchos ciudadanos de la urbe, ha tenido que destinar parte de su salario a la compra de agua embotellada que le sirva por lo menos para lavarse los dientes, los trastes e incluso bañarse.
“Hasta he gastado más dinero en comidas porque compro fuera donde no hay agua para lavar trastes. Prefiero gastar y comprar comida de la calle que tener toda la fila de trastes y sartenes sucios”, mencionó.
El viacrucis que comenzó en marzo no ha terminado para miles de regiomontanos, que en los últimos días enfrentaron una nueva medida para contrarrestar la sequía: la reducción del servicio a solo seis horas al día.
Irónicamente, para Miguel Ángel, es la primera vez que la estrategia le da un respiro, pues desde su anuncio ha tenido el suministro constante en los pocos días desde que se aplicó. Aún así, el vecino del sur no se confía y aún mantiene sus reservas de agua para un eventual corte.
“Bien raro porque no se me ha ido el agua en estos días. Cuando lo anunciaron me quedé pensando en cómo le iba a hacer, si tendría que levantarme a las 4:00 de la mañana a lavar y eso siempre y cuando me llegara, pero hasta ahorita no me la han cortado.
“Como quiera sé que es temporal y ya aproveché para llenar las dos cubetas que tengo y para lavar la mayor cantidad de ropa que pude”, mencionó.
Pero las medidas no frenarían por parte de AyD, ya que a pesar de las lluvias intermitentes que se registraron en las últimas semanas en Nuevo León, el desabasto continúa y con medidas más rigurosas y polémicas, que han desatado una serie de manifestaciones de inconformidad.
REGIOS SALEN A PROTESTAR
En la supervivencia por la falta de agua, algunos han sido más afortunados que otros: pues mientras los cortes son parciales en algunas zonas en otras son permanentes.
Desde el arranque del programa “Agua para Todos”, medios de comunicación han documentado la falta de servicio en diferentes sectores de la mancha urbana, algunos que se prolongan por semanas.
Enfrentar el calor por encima de los 37 grados centígrados de los últimos días sin una gota de agua ha enfurecido a los colonos que, en, han tomado avenidas, plazas y calles para exigir que el servicio se respuesta restablezca.
De mayo a la fecha se han registrado al menos una decena de concentraciones masivas para pedir al gobierno una solución al desabasto, pero hasta el momento las condiciones climáticas no han permitido una tregua.
El 11 de mayo, vecinos de la colonia Pío X de Monterrey bloquearon el túnel de la Loma Larga en plena hora pico para presionar a las autoridades estatales. El enojo trastocó la vialidad por cerca de una hora y media hasta que los vecinos se retiraron sin alguna solución.
El 15 de mayo, residentes de García obstruyeron la carretera que los conecta con Santa Catarina, justo en el entronque con el bulevar Luis Donaldo Colosio, tras permanecer varios días sin el vital líquido.
Los manifestantes provocaron caos en la arteria por casi una hora con la intención de que su demanda fuera escuchada por los directivos de Agua y Drenaje de Monterrey.
El 25 de mayo vecinos de la colonia Laderas de San Miguel en Escobedo salieron a las calles para exigir una solución inmediata ante la falta de agua en su sector.
Los inconformes se postraron sobre la avenida Laderas y 20 de noviembre, luego de no recibir líquido por más de una semana. Aunque el municipio trató de aminorar el descontento enviando pipas a la zona, el suministro fue insuficiente para las más de 200 familias afectadas.
El desabasto no ha distinguido posición social y el 31 de mayo, vecinos de colonias de clase media alta del sur de Monterrey bloquearon con sus vehículos la avenida La Luz por la falta del servicio.
Los inconformes indicaron que el servicio no ha respetado los horarios establecidos por cerca de un mes por lo que decidieron trastocar la vialidad para exigir al gobierno estatal una pronta solución.
El 4 de junio colonos del municipio de Ciénega de Flores bloquearon ambos sentidos de la carretera a Nuevo Laredo por más de cuatro horas.
La molestia de los manifestantes fue tal que incluso quemaron llantas y ramas para exigir a las autoridades que se normalice el suministro.
Por su parte, el gobierno del Estado y los municipios han intentado calmar los ánimos de la ciudadanía impulsando campañas de entregas de tinacos y el uso de pipas para suministrar agua. De hecho, actualmente AyD maneja 30 pipas de abastecimiento, pero se espera que en la próxima semana se sumen 90 más (para un total de 120), de las cuales 20 serán exclusivas para hospitales, 10 para emergencias y 90 para los municipios metropolitanos.
Pero los esfuerzos de poco o nada ha servido. Incluso, la histeria colectiva ya se ha disparado al punto de que grupos radicales han llamado por redes sociales a la población a realizar saqueos en tiendas para surtirse del vital líquido.
El miedo de un desabasto total llegó a niveles tan altos que incluso tiendas de conveniencia y supermercado ya reportan compra excesiva de agua embotellada por parte de ciudadanos desesperados por tener reservas ante un escenario catastrófico.
Desde el 7 de junio los anaqueles del líquido embotellado en los negocios lucen casi vacíos y algunos gerentes de tiendas de conveniencia reportan que no les está llegando más producto.
“Desde ayer (6 de junio) que ya no nos está llegando más agua embotellada y la gente se está asustando por eso y empieza a comprar más de la que necesita. Está pasando como cuando el Covid, que la gente se asustó y se acabó todo el producto”, dijo el encargado de una tienda de conveniencia ubicada en la avenida Revolución.
IMPROVISACIONES
Ante la nula respuesta de las autoridades, quienes están a la expectativa de que la naturaleza ayude a aminorar la crisis del agua en Nuevo León, los ciudadanos han tenido que improvisar mecanismos para abastecerse del recurso.
En García, luego de más de tres meses sin el suministro, vecinos de la colonia Arcángeles han recurrido al río Pesquería para saciar su sed y las necesidades del hogar.
Armados con garrafones y cubetas, los colonos transitan el camino accidentado rumbo al afluente para obtener un poco de agua que les permita bañarse, echar al baño, lavar ropa, trastes, trapear y hasta beber.
Desde días atrás se puede apreciar a familias completas recurrir a las aguas del río para contrarrestar la sequía de las tuberías.
Personas adultas, madres de familia y niños son los pobladores que más acuden al cuerpo de agua ante el desabasto.
Los menos fuertes deciden hacer ahí mismo sus actividades de limpieza como lavar ropa, trastes o bañarse, aunque eso implique contaminar el afluente, pues aseguran es la única alternativa que les quedó.
Lo mismo sucede en el municipio de Allende, donde una falta de mantenimiento en la planta potabilizadora mantiene sin agua al 80 por ciento de la población, quienes han tenido que acudir al río Ramos a surtirse de agua.
Los afectados reconocieron que la medida no es la óptima, pero están desesperados pues no cuentan con lo necesario para cumplir con sus necesidades básicas.
Los residentes de García y Allende no son los únicos habitantes que han tenido que improvisar para aprovechar la poca agua. En los días de lluvia, varios usuarios de redes sociales colgaron fotografías y videos de ellos sacando ventaja de las precipitaciones y tomando baños al aire libre.
Aunque con humor, los ciudadanos indicaron que era una medida extrema, pero necesaria por la falta de suministro en sus hogares.
De igual manera, cientos de regiomontanos aprovecharon las lluvias para llenar botes y cubetas que les permitieran amortiguar la falta del recurso de la tubería.
MODIFICAN HORARIOS ESCOLARES
En más de dos décadas, solo tres hechos cambiaron los horarios escolares: la crisis de inseguridad de 2011, a del Covid-19 en 2020 y la del agua en 2022.
El 7 de junio la Secretaría de Educación estatal notificó la modificación en los horarios de entrada de los estudiantes de nivel preescolar, primaria y secundaria con motivo de los protocolos anunciados por Agua y Drenaje de Monterrey en la restricción del suministro del líquido.
De acuerdo con la dependencia, el horario de los menores de preescolar será de 8:30 a 11:00 horas para el turno matutino y de 14:00 a 16:30 para el turno vespertino.
Las primarias abrirán sus puertas de 7:00 a 11:00 horas (turno matutino) y de 13:00 a 17:00 (turno vespertino).
Los Centros de Atención Múltiple (CAM) pasarán sus horarios según el nivel educativo y turno.
Las secundarias iniciarán clases a las 7:00 y terminarán a las 11:00 horas, las del turno matutino; de 13:00 a 17:00 las del turno vespertino y de 18:00 a 22:00 las del turno nocturno.
De igual manera, la Secretaría exhortó a los padres de familia para que envíen a los menores con al menos una botella de un litro de agua para consumo personal.
“La Secretaría de Educación de Nuevo León continuará con la distribución de tinacos, así como de botellas de agua directamente en los planteles escolares de mayor vulnerabilidad de la zona metropolitana de Monterrey.
“Las y los maestros realizarán trabajos de reflexión, tanto individual como grupal, en torno a los retos y desafíos que significa el racionamiento del agua. Dichas acciones comenzarán a operar a partir del 8 de junio. Educación Media Superior y Superior, así como Instituciones Formadoras de Docentes Publicas continuarán con los horarios habituales”, se puede leer en el comunicado.
Y mientras la crisis hídrica se mantiene, las autoridades esperan que para finales de junio lleguen a la entidad lluvias por encima del promedio del mes para poder amortiguar la sequía y el inevitable descontento social.