La vocación industrial de Sao Paulo, el relieve montañoso de Río de Janeiro y la euforia de toda una nación por el futbol se conjugan en un mismo lugar a kilómetros de distancia de Brasil, en una ciudad enclavada al norte de México: Monterrey, Nuevo León.
Y es que el entorno natural, el desarrollo económico y la cultura deportiva de la urbe regiomontana podrían catalogarla como la ciudad más brasileña del país, aunado al alto número de compañías del gigante verdeamarela que convergen en su territorio.
“A Monterrey se le ha llegado a comparar muchísimo con algunas ciudades brasileñas, por mencionarte algunas: Sao Paulo por la parte industrial o Río de Janeiro por el gusto por el futbol, al regio le gusta el futbol y Brasil es un país reconocido internacionalmente por el futbol”, indicó Cipriana Yáñez, directora nacional de los Centros Cultura Brasil en México.
Monterrey, la segunda metrópoli mexicana con mayor inversión brasileña, no sólo comparte las características icónicas con el país sudamericano, también es un ejemplo claro de la seducción internacional que está provocando la nación de la samba.
El auge por los negocios, el deporte y la música brasileña se acentuó a La Sultana del Norte desde hace poco más de un lustro, tiempo en el que el “enamoramiento” empresarial entre Monterrey y Brasil se solidificó gracias a su condición de potencia emergente.
Actualmente, en Nuevo León aprender sobre la cultura brasileña, especialmente el idioma, es uno de los servicios de mayor demanda, no sólo por moda, sino por la penetración cultura y económica que está registrando el país de la Amazona en suelo regiomontano.
“Estudio portugués porque me abre más oportunidades de trabajo. Yo estudié Ingeniero en Sistemas y la verdad, sí hay muchas vacantes que te piden idioma. Te puedo asegurar que al menos en la rama de sistemas un 60 por ciento de las vacantes piden aparte de inglés, el portugués”, aseguró Sara Alicia González, alumna del Centro Cultura Brasil y quien lleva un año y medio estudiando la lengua.
La joven de 25 años ha sido testigo del incremento en el número de interesados que buscan permearse de la cultura brasileña en Monterrey.
“Sí han llegado muchas personas nuevas al centro a estudiar portugués y va a ir aumentando el número. Las personas con las que he platicado estudian portugués por la misma razón que yo y alguno que otro porque está de moda”, aseguró González.
Al igual que Sara, Aleida Ayala de 19 años llegó al Centro Cultura Brasil para aprender portugués, ya que es una necesidad que el mercado laboral le está exigiendo.
“Vine al Centro (Cultura Brasil) principalmente por una oportunidad laboral porque estudio negocios y estoy haciendo prácticas en una empresa que tiene contacto con Brasil y hay gente que se necesita que los apoyen con los brasileños, más que nada por eso, una oportunidad de trabajo más amplia”, aseguró la estudiante de FACPYA de la UANL.
Con conocimientos de negocios, la universitaria sabe que el presente y futuro de su carrera se escribe en portugués, por lo que augura una demanda mayor de regiomontanos interesados en los aprender el idioma en los próximos meses.
“Brasil es uno de los cuatro países del BRIC y tiene mucho auge, entonces todo mundo se está poniendo al corriente de abrir tratados con Brasil. La demanda va a crecer, principalmente por el mundial y los negocios”, mencionó Ayala.
Atraído por su afición al balompié, Jesús Treviño, estudiante de Negocios Internacionales de la UANL, decidió aprender portugués por la esperanza de acudir a la justa mundialista de Brasil 2014.
“Porque me gusta mucho el futbol, el próximo mundial va a ser en Brasil y me lancé a aprenderlo y tratar de conseguir el dinero para ir para allá. Sí quiero ir, pero obviamente me falta la economía”, comentó el joven de 20 años, quien además ha presenciado la euforia de los regiomontanos por aprender más de la cultura brasileña.
“La gente estudia el portugués más que nada por cuestión de trabajo, de estudios, o porque se quieren ir de intercambio. Ahorita como Brasil está sonando mucho es lo que ha hecho que tenga mucha influencia aquí en Monterrey. Yo creo que la gente va a querer seguir aprendiendo sobre la cultura de Brasil”, añadió.
Con cuatro meses de estudio en el Centro Cultura Brasil, Jesús espera hacer la certificación de portugués y aprovechar las bondades de aprender una de las lenguas del futuro.
EUFORIA BRASILEÑA
Tierra de futbol, playa, carnaval y súper modelos, Brasil es un país de ensueño que se debate entre el crecimiento económico y la desigualdad social heredada por 500 años de gobiernos excluyentes, rostros que buscarán pulir en vísperas de los eventos internacionales que albergará en los próximos años.
Y es que desde el 12 de junio de 2014 hasta el 21 de agosto de 2016 los ojos del mundo estarán puestos en el país del “orden y progreso” por ser sede de las dos justas deportivas más importantes del orbe: el Mundial de Futbol y los Juegos Olímpicos, respectivamente.
Pero Brasil no es sólo deporte, la expansión del gigante sudamericano abarca todo un conjunto cultural que está siendo adoptado por el resto del mundo y Monterrey no podía quedarse atrás.
Siendo la urbe regiomontana la ciudad industrial y empresarial por excelencia de México, los negocios fueron el primer aspecto brasileño que aterrizó en La Sultana del Norte.
“La importancia por Brasil viene desde su auge económico, eso fue lo que atrajo la inversión de empresas mexicanas a Brasil y de Brasil aquí en México. Tras el crecimiento económico de Brasil comenzó a crecer el interés en las empresas, las universidades también comenzaron a inclinarse a Brasil”, señaló Cipriana Yáñez.
“El interés también inició a raíz de que Brasil comenzó a ser sede de ciertos eventos importantes como fue este año la Jornada Mundial de la Juventud en Río, como ya está por realizarse el próximo año el mundial y las olimpiadas”, agregó la directora nacional en México del Centro Cultura Brasil.
Con la llegada de empresas brasileñas y la proximidad de eventos internacionales con sede en aquel país, por obligación o gusto, los regiomontanos comenzaron a sumergirse en la cultura de la sexta economía del mundo.
“Para hacer negocios con Brasil necesitas primero el idioma porque el brasileño culturalmente es muy apegado a sus raíces, si estás con él tienes que hablar portugués, es muy nacionalista, tienes que hablar portugués”, aseveró Yáñez.
“El mundial es algo que se espera bastante por la importancia que ha tenido el futbol brasileño a lo largo de la historia. Entonces, la expectativa es que el interés por Brasil o que el número de personas que hablen portugués supere a muchos países europeos. Incluso hay estadísticas que llegan a comentar que la importancia de Brasil llegará a un paralelo con China”, añadió.
Monterrey es catalogada como la ciudad mexicana en donde con mayor rapidez ha penetrado la cultura brasileña, de acuerdo al Consejo México-Brasil de América Latina, organismo internacional conformado por la Cámara de Comercio México-Brasil, el Centro Cultura Brasil y la Comercializadora CAX-Brasil, ubicada en Sao Paulo.
Actualmente el Consejo mantiene cinco Centros Cultura Brasil en México, distribuidos en el Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Puebla y el más reciente en Nuevo León.
Los centros, que comenzaron a construirse en 2009, tienen como principal objetivo aproximar la cultura de Brasil a los mexicanos, a través de sus máximas expresiones como el idioma, música y danza.
Y aunque la recepción a nivel nacional ha sido buena, fue en tierras regiomontanas en donde la Casa Cultura Brasil ha vivido su máxima aceptación, tanto por ser los pioneros en la ciudad, como por las similitudes culturales entre neoloneses y brasileños.
“Yo creo que Monterrey es el mayor caso de éxito por encima de los otros centros que hemos tenido, por la gran aceptación de los regios y yo he detectado varias razones culturales del porqué”, mencionó Cipriana Yáñez.
“Mucho se debe a la cultura de hacer negocios del regiomontano, que es totalmente diferente a las otras ciudades, (aquí) son más abiertos y dan seguimiento a las cosas mucho más rápido. Incluso, el mismo gobierno, las universidades se han mostrado muy receptivos y muy abiertos”, añadió.
Y es que en tan sólo tres meses, la demanda de regiomontanos por adentrarse al entorno brasileño, principalmente el idioma, ha hecho que las perspectivas de crecimiento del centro se modifiquen, pues de pensar cerrar el 2013 con 80 alumnos, se tiene pensado concluirlo con 190, cifra que podría incluso subir.
“Ahorita tenemos 91 alumnos, la mayoría por idioma. Yo creo que se logró esto en Monterrey por estas similitudes culturales. En estos cuatro meses ya estamos a una diferencia mínima comparado con centros culturales que tienen más de un año, cuando aquí se tiene tres meses y aun así la demanda es totalmente exponencial”, indicó Cipriana Yáñez.
Jóvenes, adultos, hombres o mujeres, cualquiera es atraído por la cultura brasileña, que no distingue edad, género o condición social. Sin embargo, en Monterrey el amplio público es acaparado por profesionistas de entre 20 y 30 años, quienes se desenvuelven en el ámbito empresarial y de negocios.
“En Monterrey es una mezcla de entre jóvenes y ejecutivos. Te estoy hablando de que aproximadamente personas de entre los 20 a los 30 años, que de alguna u otra forma están ligados a temas profesionales”, dijo la coordinadora nacional del Centro Cultura Brasil.
“Es decir, que se van a ir de intercambio a Brasil, que su empresa tiene alguna relación comercial con Brasil, que están estudiando para ser traductores o lenguas, la mayoría lo está estudiando por una cuestión profesional”, agregó.
En menor medida, están aquellos que se acercan por su interés a las artes marciales, música y demás, ya que en los centros a también se enseña batucada, percusiones, bossa nova y gastronomía, estos últimos tentativamente comenzarán a instruirse en Monterrey en enero.
“Culturalmente Brasil y México tienen muchas cosas en común y gradualmente el acercamiento tanto de brasileños en el país como de mexicanos en Brasil cada vez va a ser mayor y más fuerte”, puntualizó Cipriana Yáñez.
Y en efecto, el expansionismo de Brasil también ha acarreado una ola de migración de profesionistas brasileños a otros países y en México, Monterrey, no podía ser la excepción.
De acuerdo a la coordinadora nacional del Centro Cultura Brasil, en la mancha urbana de la capital residen cerca de 4 mil brasileños, cifra proporcionada por el cónsul Honorario de Brasil, Eugenio Clariond.
BRASILEÑOS
EN NUEVO LEÓN
Clayton Nascimento, de 32 años, Lizandra Holanda de 22 y Elisson Rodrigo de 23 forman parte de la comunidad brasileña que radica en Nuevo León y dedica parte de su tiempo a difundir la esencia de su natal país.
Por motivos laborales, cada uno arribó a Monterrey en diferentes fechas, pero su primer contacto con suelo regiomontano fue el mismo: sorpresivo, al descubrir el interés de los locales por la cultura del gigante sudamericano.
“Hay muchas personas interesadas en clases de portugués. No lo esperaba. La idea era de recibir 10 alumnos por mes y crecer poco a poco, la expectativa de crecimiento de un año se logró en tres meses”, dijo Clayton, quien llegó a México hace poco más de dos años para realizar una maestría en literatura hispanoamericana en la Universidad de Sonora.
“La verdad cuando llegué aquí, no sabía que era tan fuerte la cultura brasileña en Monterrey, no es porque hay muchas cosas, pero las personas tiene mucha voluntad de aprender la cultura”, aseguró Elisson Rodrigo, originario del sur de Brasil.
Llegar a un país con marcadas diferencias y similitudes al propio causó, en un inicio, algunos conflictos en su rutina, mismos que poco a poco han ido superando.
“Todavía se sigue acostumbrando a la cultura, hay muchas cosas y perspectivas. La primera cosa que me causó choque fue el calor de Sonora. Yo llegué en agosto, eran veranos extremos de 50 grados a la sombra”, comentó Clayton, quien agregó: “otra cosa era que no hablaba español, sólo había estudiado 20 días antes de llegar a México.
“El idioma sí fue complicado cuando llegué, pero ahora puedo hablar con todas las personas”, mencionó Elisson.
Actualmente los tres brasileños enseñan portugués a los regiomontanos que acuden al Centro Cultura Brasil, ubicado en el Barrio Antiguo de Monterrey.
Y a pesar de que su país es hoy en día el centro de eventos internacionales para este tercio hay cosas más importantes que las justas deportivas que se avecinan en su terruño.
“No pienso regresar a Brasil porque aunque allá yo gane un poco más, aquí yo soy esencial, allá soy uno más. Desde mi perspectiva hay más ventajas que desventajas (de realizar el Mundial 2014), porque esto va a generar a medio plazo más frutos, vender la imagen de un Brasil que va más allá de un carnaval y del futbol”, enfatizó Clayton.
“Hay muchas personas que me preguntan, que me dicen que si me voy a regresar por el mundial que vamos a tener en Brasil. Les digo que no, porque no es un motivo por el que me regresaría”, puntualizó Elisson.
Sin embargo, para Lizandra, originaria de Minas Gerais, la Copa del Mundo no sólo le es indiferente, también representa una mala inversión del gobierno brasileño.
“Por supuesto la copa va a llevar muchos turistas a Brasil, va a dejar más dinero, más gente lo va a conocer, pero no estoy de acuerdo porque creo que hay otras necesidades como educación, salud que creo que es en lo que se debería de invertir el dinero”, comentó la joven, quien apenas tiene tres semanas viviendo en México.
“Las manifestaciones de hace meses en Brasil no fueron solamente por el Mundial, fueron en contra de la corrupción de la violencia, pobreza y demás. Ellos se levantaron para tratar de resolver los problemas”, puntualizó.
Ya sea por su economía emergente, las justas deportivas internacionales, o simple moda, Brasil es un gigante que de manera paulatina, pero constante, devora al mundo al ritmo de samba.