Ríos y arroyos desbordados, calles intransitables, socavones, derrumbes, caída de estructuras y árboles, evacuaciones, casas dañadas, suspensión de servicios y personas desaparecidas fue el saldo que dejó la tormenta tropical “Hanna” a su paso por Nuevo León.
Apareció en el Océano Atlántico el 25 de julio como el primer huracán de la temporada y sus lluvias trajeron al estado la misma cantidad de agua que se recopila en medio año.
Los daños del fenómeno aún son incalculables, a pesar de que al noreste de México llegó como tormenta tropical y después se degradó a depresión tropical.
Desde su recorrido por el Golfo de México, el Sistema Meteorológico Nacional (SM) alertó sobre las lluvias torrenciales y las fuertes ráfagas de viento que se registrarían en la entidad.
Cerca de las 10:00 horas “Hanna” arribó a Nuevo León por el noreste con rachas de viento de hasta 95 kilómetros por hora y gran cantidad de lluvia.
Solo bastaron unas cuantas horas para que el caos “inundara” a una ciudad que aún no sana las heridas causadas por los huracanes Gilberto en 1988 y Alex en 2010.
Calles convertidas en auténticos canales que arrastraban todo a su paso, incluyendo a “aventurados” ciudadanos que de manera negligente se atrevieron a desafiarlos.
Una de las escenas más impactantes se grabó en el municipio de Santa Catarina, en donde un conductor de taxi se atrevió a cruzar una calle inundada, pero la fuerza del agua era tal que arrastró su vehículo contra otro carro. El impacto inmovilizó al taxista quien estuvo a punto de morir ahogado.
Situaciones así se replicaron por toda la zona metropolitana de Monterrey, en lo que se tradujo a una de las jornadas más extenuantes para los cuerpos de rescate.
Y es que, a pesar de las recomendaciones de permanecer en casa y estar al pendiente de las recomendaciones de las autoridades, hubo quienes intentaron desafiar a la naturaleza con resultados poco favorables.
Hasta el cierre de esta edición, elementos de Protección Civil seguían en la búsqueda de un niño de 11 años que fue arrastrado por la corriente del arroyo Topo Chico.
El menor Ismael Alexander Hernández Álvarez desapareció a la altura de la colonia Rafael Balbuena cerca del cruce del arroyo.
Ante el incidente y la gravedad del fenómeno meteorológico las autoridades estatales se vieron obligadas a suspender temporalmente el transporte público a partir de las 14:00 horas del domingo 26 de julio hasta las 4:30 horas del martes 28 de julio, lo que provocó molestia en la ciudadanía que quedó varada en las calles.
A la par, el gobierno decretó la suspensión de todas las actividades en la entidad para salvaguardar a la población, sin embargo, los destrozos de “Hanna” continuaron durante las próximas horas.
En algunos municipios como San Pedro y Guadalupe, el reblandecimiento de la tierra originó impresionantes socavones que fueron captados por la lente de los vecinos.
Tan solo en territorio sampetrino se contabilizaron cerca de cinco hundimientos. Sobre la avenida Morones Prieto en Guadalupe se registró uno más a la altura de la colonia Unidad Modelo.
Todo lo anterior se suma a la gran cantidad de avenidas inundadas y calles intransitables por la destrucción del concreto, deslaves de cerros, cierre de autopistas y carreteras, cortes de luz, agua y gas y horas de angustia.
Pero a su paso “Hanna” no solo dejó destrucción, la tormenta tropical también dejó beneficios como la recuperación de las tres presas de la entidad.
Cada año, la temporada de calor reduce considerablemente los embalses de Nuevo León, pero en este año la tormenta tropical ayudó elevar la cantidad de agua en las presas.
De acuerdo con la Conagua, tras el paso de “Hanna” la presa El Cuchillo en China está al 81 por ciento de su capacidad, La Boca en Santiago a 92 por ciento y la Cierro Prieto en Linares al 30 por ciento.
Tras la etapa más crítica de la tormenta, el martes 28 de julio las actividades regresaron a la normalidad dictada por el Covid-19 y el recuento de los daños comenzó.
El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, acordó junto a los 51 alcaldes del estado, solicitar apoyo a la federación para enfrentar el daño causado por el meteoro.
AL MAL TIEMPO BUENA CARA
En plena tormenta tropical una pareja de Apodaca aprovechó las condiciones climatológicas para salir a pasear… en un colchón inflable.
Los hechos se registraron la tarde del 26 de julio en la colonia Los Fresnos, en donde Christian Brunet y Merary Sánchez utilizaron un colchón como balsa para divertirse siendo arrastrados por la corriente.
La misma pareja subió las fotografías a sus redes sociales y algunos vecinos tuvieron la oportunidad de grabar el divertido, pero también arriesgado paseo.
“Cuando es la persona correcta lo sabes, pero cuando te sigue tus locuras IS THE RIGHT WIFE MATERIAL. #brunetadventures #BAE #futurewife (sic)”, se puede leer en la publicación tardó pocas horas en viralizarse.
Los residentes de Apodaca aprovecharon que las lluvias por “Hanna” convirtieron las calles en auténticos canales “de río rápido“.
Sin embargo, la diversión no duró mucho, ya que ante el riesgo que representaba para ellos mismos y el resto de la población, la Policía de Apodaca los retiró de la vialidad.