Si la pandemia de Covid-19 dejó “contra las cuerdas” a la Cruz Roja, la miscelánea fiscal aprobada para 2022 podría propinarle un “nocaut”, a pesar de que por décadas la institución ha brindado servicios de emergencia y salud a la población más vulnerable de Nuevo León, de México y del mundo.
Y es que, la organización internacional, como decenas de asociaciones más a nivel local, experimentó una reducción mayúscula de recursos a raíz de la crisis sanitaria global, que provocó una disminución de hasta 60 por ciento en sus operaciones.
Para dar un ejemplo, antes de la pandemia, el presupuesto de la delegación de la Cruz Roja en Nuevo León (cada sede estatal gestiona sus recursos y no recibe apoyo de la matriz nacional o internacional) era de 110 millones de pesos, pero desde marzo de 2020 los ingresos se redujeron a 80 millones.
La caída en las donaciones y la imposibilidad de realizar la colecta anual con normalidad -en la que al año se captaban casi 18 millones y el año pasado apenas se alcanzó un millón 600 mil pesos- “hirieron” gravemente a la organización, de acuerdo con Rogelio Ayala director de la Cruz Roja en la entidad.
“De 18 millones se captaban en la colecta, en 2020 captamos solo 1 millón 800 mil pesos, o sea, de un año para otro, 17 millones ya no estaban y eso no llevó a tomar acciones para reducir costos de operación”, aseveró el delegado.
La reducción de costos de operación se tradujo a una baja en la plantilla de personal, que pasó de 333 en 2020 a 294 en el presente año (30 por ciento menos). Entre los cargos que se desocuparon estuvieron: doctores, enfermeras, trabajadores sociales, personal de limpieza y vigilancia. Solo el servicio de socorrismo se mantuvo intacto.
“En donde no se tocó nada fue en el tema del socorrismo porque, al contrario, teníamos que fortalecer la parte pre-hospitalaria por el tema del Covid-19”, dijo el director en Nuevo León.
Al año, la Cruz Roja atiende a cerca de 140 mil personas en la entidad, de los cuales, el 80 por ciento cuentan con seguridad social, pero acuden a las instalaciones de la organización por la cercanía, prontitud, rapidez con la que se les atiende y porque no se necesita de una cita.
Sin embargo, en los últimos meses la atención a pacientes se vio fuertemente limitada por la caída en el financiamiento e incluso siete bases de socorro tuvieron que cerrar.
Previo a la pandemia, en la entidad existían 11 centros de atención de la Cruz Roja, pero hoy en día solo quedan cuatro, de las cuales, tres atienden solo ocho horas diarias y una las 24 horas, gracias a un convenio de colaboración con el Municipio de San Pedro.
Las bases de socorro que han logrado sobrevivir se ubican dos en Monterrey (en las calles Alfonso Reyes y Lincoln), otra en Escobedo y una última en San Pedro.
Para no afectar a la ciudadanía, la organización se coordinó con la Secretaría de Salud estatal para intercalar horarios y que el servicio de atención médica no se suspendiera en su totalidad.
“Para buscar la estrategia para poder afectar un poco menos a la población lo que hicimos fue intercalar nuestros horarios con los de la Secretaría de Salud. Ellos atienden de 8:00 de la mañana a 2:00 de la tarde y nuestras bases de socorro operan de 3:00 de la tarde a 9:00 de la noche y los fines de semana.
“Esto es para que la gente tenga diferentes alternativas porque la gente que trabaja no tienes oportunidad de ir al centro de salud”, mencionó Rogelio Ayala.
Y aunque la crisis sanitaria global parece estar dando tregua a la humanidad, gracias a la vacunación masiva, los estragos de la pandemia en materia económica no pronostican una mejoría en los ingresos de la Cruz Roja de Nuevo León, que por años se ha distinguido por ser una de las más productivas del país.
“La sociedad está golpeada económicamente, mucha gente está desempleada y te comparto que la gente más humilde es la que más aporta en la Cruz Roja. No esperamos mucho porque la gente está golpeada con el tema del transporte, de educación, de seguridad y de salud”, mencionó el director en el estado.
Aún así, la intención de la organización es levantarse de la “embestida” del Covid-19 y regresar a la operación habitual. De hecho, entre los planes de los representantes de la Cruz Roja en la entidad es tener una base de socorro en cada uno de los 51 municipios neoloneses.
Y aunque la proyección suena alentadora, la reforma a la Ley Fiscal que se aprobó recientemente en las Cámaras de Diputados y Senadores a propuesta del Ejecutivo Federal podría acabar con una de las instituciones más nobles a nivel internacional.
Y es que, actualmente cerca de 60 millones, de los 80 con los que opera la Cruz Rojo, provienen precisamente de personas físicas, entes a los que el dictamen aprobado les limitó el porcentaje de deducción de impuestos por medio de las donaciones.
De acuerdo con Rogelio Ayala, antes de la modificación, la Ley permitía que personas físicas dedujeran un máximo de 163 mil pesos más un 7 por ciento de donativos, pero ahora se eliminó dicho porcentaje, lo que podría desalentar a los contribuyentes.
“Esperemos que no pegue mucho a la población, pero desde luego que sí desincentiva a los donativos. Lo más que podría perder la Cruz Roja son 60 millones de pesos anuales que vienen de personas físicas y pues prácticamente se acabó la Cruz Roja.
“Si ahorita está operando con 80 millones de pesos, significa que nos quedaríamos con 20 millones nada más. Si las puras ambulancias cada una nos cuesta un millón 600 mil, entonces nos alcanzaría solamente como para 10 ambulancias para todo el año en todo el estado, sería un tema mucho muy complejo”, admitió Rogelio.
El representante de la institución en Nuevo León aseguró que la modificación a la Ley es resultado de una malinterpretación o desconocimiento de la labor de las organizaciones no gubernamentales (ONG).
“Es falso que se evaden impuestos, es una idea errónea, no es un tema de evasión de impuestos, es un tema de interpretación o de falta de conocimiento de las organizaciones no gubernamentales que existimos principalmente por la falta de capacidad del gobierno para responder ante todas las necesidades.
“Nosotros ayudamos a las autoridades a cubrir esas problemáticas, pero en ningún momento es un tema de evasión fiscal”, señaló.
Con preocupación el representante de la institución en Nuevo León expresó que sobrevivieron a la pandemia, pero desconocen si podrán superar la reforma fiscal.
Por tal razón, la Cruz Roja lanzó un S.O.S para que la ciudadanía, iniciativa privada y gobierno se sumen al trabajo de la institución, reconocida principalmente por su labor de socorro.
“Confiamos en que la IP, las empresas y la misma gente va a responder porque nunca han dejado solo a la Cruz Roja. ¿Qué podría hacer la diferencia? que aportáramos, por ejemplo, el equivalente a un litro de gasolina al año, que para los conductores no cambiaría nada, pero para la Cruz Roja sí sería mucha diferencia”, mencionó el entrevistado.
El llamado ya tuvo su primer eco en el Palacio de Monterrey, en donde el pasado 5 de noviembre, el director general de la Cruz Roja en la entidad, Rogelio Ayala y la Coordinadora Estatal de Procuración de Fondos y Comunicación de la institución, Mirna Márquez, se reunieron con integrantes del cabildo, invitados por la tercera regidora, Karla Torres, para conocer la situación actual de la institución y proyectar un apoyo monetario.
En el último año de la pasada administración regia, la Cruz Roja recibió un donativo de dos millones de pesos y se espera que la voluntad de los regidores se traduzca en un incremento del monto.
“Para nosotros es muy alentador estar al inicio de una administración conversando con el cabildo, es fundamental porque en colaboración podemos trabajar para mejorar el rumbo de la población. La dificultad de los recursos es una limitante y qué mejor que hacerlo en alianza de manera coordinada.
“El año pasado el Municipio de Monterrey nos donó dos millones de pesos y esperemos que este año o el próximo se iguale o supere el donativo”, comentó Rogelio Ayala.
La intención de la Cruz Roja local es replicar el modelo San Pedro, municipio que anualmente les inyecta cinco millones de pesos para operar en su territorio las 24 horas del día.
“San Pedro es el prototipo de cómo trabajando conjuntamente Cruz Roja con municipio podemos lograr mucho más y el ejemplo ahí está: San Pedro es un municipio donde tenemos dos ambulancias y una base de socorro las 24 horas.
“Para hacer esto posible el municipio nos donó 5 millones de pesos para la operación de la base y de una ambulancia, la otra ambulancia la ponemos nosotros. El apoyo es para la operación, todo lo del equipo, materiales e insumos lo proporcionamos nosotros”, destacó el director de la organización en Nuevo León.
Tras su reunión con los miembros del cabildo de Monterrey, municipio que representa el 60 por ciento de sus acciones de socorro, Rogelio Ayala y Mirna Márquez pidieron a la ciudadanía confiar en la institución y apoyarla en las colectas nacionales de cada año.
“Aprovechamos para invitar a la población en general a que se sume a cada una de las colectas que se hacen cada año a la Cruz Roja y quiero decirles que cuando donan a la Cruz Rojo los recursos sí llegan, digan sí a los redondos, digan sí a las colectas voluntarias”, expresó Mirna Márquez.