
Un nuevo concepto de cocina en movimiento surgió con la llegada de los foodtrucks o “camiones de alimento”, los cuales buscan cambiar el estilo de “comida de la calle” al llevar platillos de clase gourmet al alcance de toda la gente, pero con los beneficios de un negocio ambulante.
Los foodtrucks comenzaron en Estados Unidos y aunque sus inicios datan desde principios del siglo pasado, fue hasta hace 10 años que se popularizó el concepto como tal, sobre todo en las principales ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Chicago, Seattle y diversas partes de Texas.
En el área metropolitana, esta tendencia tiene poco tiempo de existencia, pero durante ese lapso ha logrado figurar en el gusto de la gente.
“Nos ha ido muy bien, siento que la gente entendió muy bien el concepto del camioncito. No creo esté funcionando por novedad, sino que la comida está muy buena, casual, pero muy bien hechos y hemos tenido buena respuesta”, aseguró Juan Pablo Chapa, miembro de la Asociación de Foodtrucks y socio de El Camino Foodtruck.
La naturaleza de este concepto obliga a que los alimentos sean prácticos y de fácil preparación, es por eso que para los camiones se proponen alimentos casuales que no requieran cubiertos, pero con un giro gourmet.
Una de las grandes ventajas que tienen los foodtrucks sobre los restaurantes o establecimientos de comida rápida, señaló Juan Pablo, es la oportunidad de probar diferentes lugares de venta.
“Con el camión pruebas un punto de venta y si no te funcionó, pues vas a otra ubicación sin necesidad de hacer una reinversión. Obviamente hay que cuidar mucho donde te estás ubicando, qué tipo de zona es, entre otras cosas”.
EL PRIMER FOODTRUCK
EN MONTERREY
El pionero en la ciudad del concepto foodtruck fue El Camino.
Todo comenzó cuando los socios de un bar en San Pedro quisieron implementar un menú de botanas para que la gente acompañara sus bebidas. Aunque al principio idearon construir una cocina dentro del local, no pudieron concretarse los planes debido al limitado espacio con el que contaban.
Fue así como idearon el poner un foodtruck en la terraza del negocio.
“Estaba atractivo a la vista y podíamos ofrecer un menú más completo y con opciones más gourmet”, mencionó Juan Pablo Chapa.
En 2012 comenzaron con la planeación del proyecto y hasta la fecha tienen alrededor de año y medio operando con dos foodtrucks ubicados en diferentes puntos de San Pedro.
Su menú se integra principalmente de hamburguesas pero con un toque texano, para ofrecer algo medio informal y after office.
Para sus planes a futuro, el socio del negocio comentó que buscarán hacer crecer más la marca, ir sobre el mismo concepto y llevarlo a otros lugares tanto del área metropolitana como de México.
En cuanto al panorama futuro de los foodtrucks en la ciudad, Juan Pablo mencionó que “no que sea una moda, pero va a ser una curva que va a crecer mucho y luego se va a estabilizar.
“Como que ahora es una novedad en la que mucha gente se está dando cuenta que funciona y que está padre el concepto de los foodtrucks, mucha gente se interesa mucho por ellos, es tendencia, y en algún punto se va a estabilizar o va a bajar un poquito y ahí nos vamos a quedar algunos cuantos”.
LA ASOCIACIÓN DE FOODTRUCKS
Con el aumento de foodtrucks en la zona y más interés por parte de la gente para establecer el suyo, los socios de El Camino y Bernardo García, dueño del “Diablo Philipino”, crearon una asociación para fomentar una comunidad entre estos negocios.
De acuerdo con Juan Pablo, hasta el momento en la asociación se tienen registrados 10 camiones que ya se encuentran operando, más muchos otros que todavía se encuentran en etapa de planeación.
Como parte de las actividades de dicho grupo, se brinda asesoría de todo tipo a todas aquellas personas interesadas en poner su propio foodtruck, desde dónde pueden adquirir su propio camión hasta qué menú deben tener, y gracias a sus múltiples contactos dan todas las facilidades a los nuevos integrantes.
“Tenemos un convenio con una persona que se dedica a hacer cocinas industriales; él tiene 10 años de experiencia en cocinas para restaurantes y ahora incursionó también en el negocio de los foodtrucks; ponemos en contacto con la persona que hace el layout (diseño interior) de tu camión en base a lo que requieres.
“También tenemos un convenio con una agencia de diseño para que se encargue desde el nombre del camioncito, la identidad de la marca, el logotipo, el diseño exterior del camión, las aplicaciones del diseño que se van a usar en la página web, diseño del menú… ya con eso estás completo”, señaló Juan Pablo.
Dicho grupo también se encarga de organizar y administrar a los camiones para asistir a conciertos y eventos masivos donde requieran su presencia.
“La idea al final de cuentas es hacer mancuerna entre nosotros y trabajar en conjunto”, señaló el miembro de la asociación.
Otro de los proyectos por parte de la asociación es el FoodTruck Park, un evento que se realiza todos los domingos en el Centrito Valle, donde siete foodtrucks se reúnen en un solo lugar para ofrecer su gastronomía.
El evento comenzó desde diciembre de 2013 con la idea de integrar a todos los camiones que forman parte de la asociación.
De acuerdo con Juan Pablo, este evento “es la parte atractiva para los nuevos camiones. Funcionó mucho hacer unión con otros camioncitos porque la gente va y prueba opciones diferentes; es al aire libre, pueden ir con sus mascotas y van a pasar la tarde y comer… es buen punto de venta”.
Cada domingo la alineación de negocios cambia para que los asistentes tengan más diversidad en los menús.
¿CÓMO INCURSIONAR AL NEGOCIO DE LOS FOODTRUCKS?
La inversión para establecer un negocio de este tipo es muy variable.
De acuerdo con distintos dueños de foodtrucks, se requiere una inversión mínima de 100 mil pesos para ponerlo a andar, cantidad que va aumentando proporcionalmente con el equipamiento del camión.
“Puedes ponerle paneles solares en el techo, extractor centrifugo, clima, una planta de luz silenciosa”, comentó Juan Pablo.
Pero lo que la asociación recomienda es “cumplir con los requerimientos básicos de salubridad y protección civil; que no escatimen el gasto en meter acero inoxidable, sobre todo en las mesas de trabajo y todo lo que tenga contacto con los alimentos; que el piso mínimo sea de aluminio fácil de limpiar; que el tanque de gas tenga tres metros de distancia hacia la fuente del gas o la estufa tenga una válvula de tal tipo, para que no termine siendo un negocio tan informal y antihigiénico”, recalcó el socio de El Camino.
Antes de realizar cualquier inversión, se debe establecer el concepto del foodtruck: ¿Qué tipo de comida quieres vender? ¿A qué público va dirigido? ¿Será enfocado a eventos, catering o punto fijo?
En base al concepto, se puede proceder a la compra del camión con el espacio necesario para poder adaptarlo con una cocina industrial.
“Un camión en una subasta lo compras con unos 60 mil pesos. Son camiones usados que hay que adaptar, ya que ese dinero es sólo para el cascarón; hay que meterle todo lo mecánico y buscar que el motor esté en buenas condiciones, además de equiparlo con la cocina”, indicó Chapa.
Tras equiparlo con los requerimientos básicos de salubridad, se tiene que instalar la cocina industrial con todos los elementos necesarios de acuerdo al estilo gastronómico del foodtruck, desde una plancha, freidora, mesa de trabajo, baño maría, estufas, hasta refrigeradores y congeladores.
Esta es la inversión más cara, ya que puede ir desde los 50 hasta los 300 mil pesos, dependiendo del equipo que se necesite.
Por último, señaló Juan Pablo, se establece la imagen y diseño del foodtruck: nombre, identidad, logotipo, diseño (tanto interior como exterior) y menú.