El reloj pasaba las 18:00 horas del pasado 14 de marzo cuando comenzaron los primeros reportes sobre una cortina de humo en la Sierra de Santiago, una parte de la Sierra Madre comenzaba a incendiarse a la altura del paraje conocido como Las Adjuntas.
Un año atrás la misma Sierra resultó muy afectada por un incendio que se originó en La Pinalosa en el municipio de Arteaga en Coahuila, afectando más de tres mil hectáreas desde la división entre Coahuila y Nuevo León, hasta la zona de San José de Boquillas.
Esta vez se trataba de 190 hectáreas ubicadas cerca del cañón de Matacanes, en donde debido a una quema de basura se produjo el incendio que acabó con matorral bajo y hojarasca.
La cortina de humo se apreciaba desde antes que cayera la noche de aquel lunes 14 de marzo, varios vecinos de Álamo Sur y otras comunidades de Santiago, captaron las primeras gráficas mostrando su asombro ante la contingencia.
Y aunque el gobierno de Nuevo León activó casi de manera inmediata a la Brigada Fénix, las labores se extendieron por seis días hasta que quedó controlado el siniestro en su totalidad.
A las actividades para sofocar el incendio se sumaron elementos de Protección Civil del Estado junto con Protección Civil de Santiago, Santa Catarina, Montemorelos, Allende y Santiago, dando un total de 90 brigadistas.
Los bomberos trabajaron durante la primera jornada para apagar las llamas que hasta el cierre de ese día ya habían consumido cerca de 55 hectáreas de matorral bajo, pero las labores no eran suficientes.
Llegaba la mañana del 15 de marzo, ese martes ya se habían sumado, al menos teóricamente, 30 rescatistas más de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y la Comisión Nacional Forestal.
Pero como los 120 brigadistas batallaron para ingresar a la zona caliente, fue necesaria la contratación de un helicóptero privado que estuviera disponible desde temprana hora, también porque el helicóptero de la Sedena y el de la Comisión Nacional del Agua no iban a estar disponibles en ese momento.
Debido a la gravedad del asunto, se limitó la entrada a las adjuntas para todas aquellas personas que no pertenecieran a un cuerpo de rescate, por lo que durante esa semana no fue posible que se llevara a cabo el turismo en esa zona.
Pasó un día desde que inició la quema en la Sierra de Santiago y después llegaron rachas de viento de más de 30 kilómetros por hora, para entonces ya eran cerca de 90 hectáreas las afectadas.
Debido a la complicación se tuvieron que suspender las labores de combate por aire y los cuerpos que luchaban contra las llamas por tierra salieron de la zona por su propia seguridad, pues corría el riesgo de que quedaran atrapados.
De esas 90 hectáreas se tenía un control total del 45 por ciento por parte de 310 combatientes, eran ya 190 personas más que se habían sumado desde el martes 15 cuando iniciaron las labores de sofocamiento por aire y tierra.
La tarea no era sencilla y por eso llegó la ayuda humana de municipios como Monterrey, Salinas Victoria, Hidalgo, García, San Nicolás, Escobedo, General Terán, Pesquería y San Pedro.
Sin embargo no era suficiente y también se sumaron habitantes de ejidos como Potrero Redondo, Mauricios, Corral de Piedra y Amigos de la Sierra, para entonces también se contaba ya con el apoyo de cuatro aeronaves.
Para el jueves 17 la contingencia había afectado alrededor de 150 hectáreas y se tenía un control del 65 por ciento.
La fuerza de tarea para combatir el incendio en la Sierra de Santiago también se había incrementado a 404 brigadistas que fueron clave para que hasta ese momento no se vieran afectadas las comunidades aledañas al incendio.
Luego de las fuertes ráfagas de viento que se habían presentado un día antes, la Brigada Fénix diseñó una nueva estrategia para frenar el avance de las llamas a zonas como Corral de Piedra.
Los pilotos de cuatro aeronaves, dos de la Fuerza Aérea, uno de Protección Civil del Estado y uno más de Coahuila, se esforzaron por llevar agua en helibaldes hasta el interior del cañón que lleva a Matacanes, una zona de difícil acceso por vía terrestre.
El municipio de Santiago abrió dos centros de acopio, uno en la Base de Protección Civil y otro en la Casa del Adulto Mayor, para las personas que apoyaban con víveres, medicamentos y artículos de higiene personal.
Para entonces el Alcalde de Santiago, David de la Peña Marroquín, advirtió que buscarían sancionar a los responsables del incendio, originado por una quema de basura mal controlada.
“Lo importante es sancionar, para que la gente entienda”, señaló.
También reconoció la solidaridad del personal del municipio, síndicos, regidores y funcionarios que se integraron a tareas como la preparación de alimentos para los rescatistas y el acondicionamiento del puesto de mando.
Las maniobras como la del personal de Servicios Públicos de Santiago, apoyando en la construcción de brechas cortafuegos, también fue de vital importancia para que las llamas no se prolongaran por más días.
Tras trabajar cinco días en el combate en el incendio forestal en Las Adjuntas, en el municipio de Santiago, los brigadistas lograron controlar el 90 por ciento del incendio.
La sequía que atraviesa el Estado no fue motivo para que los helicópteros llevaran agua de la Presa de la Boca y actuaran con precisión a la hora de abrir los helibaldes sobre las llamas.
Hasta ese momento ya se habían consumido 190 hectáreas de matorral bajo y hojarasca y la administración de los recursos y estrategia se llevaba a cabo con la implementación del Sistema de Comando de incidentes.
Para entonces ya se contaba también con el apoyo de municipios como Guadalupe, y empresas como Cervecería, Agua y Drenaje, Aldea Matacanes y el Consejo Nacional del Ambiente.
Aquella batalla que parecía interminable por fin llegaba al desenlace con el control del 100 por ciento de las 190 hectáreas afectadas en el área de Las Adjuntas; también se había llegado a dos acuerdos, la denuncia penal para el responsable y la aplicación de recursos por parte del Estado para la reforestación de la zona.
FUE PROVOCADO
Tras realizar un recorrido en la zona afectada por el incendio en la Sierra de Santiago, el gobernador del Nuevo León, Samuel García Sepúlveda y David de la Peña Marroquín, presidente municipal de Santiago, informaron que las llamas habían sido apagadas.
“Fueron un total de 190 hectáreas las que fueron dañadas, por una presunta quema de basura que salió de control, por lo que durante 6 días más de 400 brigadistas estuvieron realizando labores para sofocar el incendio que inició el pasado lunes en el Ejido Mauricios”, comentó De la Peña Marroquín.
El edil de Santiago agradeció el apoyo de las autoridades federales de la SEDENA, Guardia Nacional, las Fuerzas Aéreas Mexicanas, Brigada Fénix y la CONAFOR, así como Protección Civil del Estado de Nuevo León, y corporaciones municipales que desde el inicio del siniestro se sumaron a los trabajos coordinados.
“El día de hoy les informamos que este incendio en el Ejido Mauricios en las Adjuntas se tiene un 100 por ciento de control, el incendio logró ser sofocado por la pronta respuesta y reacción de las autoridades federales, estatales y municipales, a quienes hoy les reconozco su labor”, mencionó el alcalde.
García Sepúlveda aseguró que presentarían una denuncia penal para que quien resultaran responsables por el siniestro
“Ya tenemos identificada la persona que quemó basura, el día de hoy le será suspendido su terreno y presentaremos una denuncia penal por delitos contra el medio ambiente, además de las multas por violar el decreto que prohíbe las fogatas”, sentenció el gobernador.
Además, el mandatario estatal giró instrucciones para aplicar recursos del fondo de reforestación para la zona afectada.
Para agradecer el riesgo al que se sometieron las centenas de brigadistas para sofocar el incendio generado en el ejido Mauricios en la zona de Las Adjuntas en Santiago, el alcalde de ese municipio, David De la Peña Maroquín reconoció a los héroes en la conmemoración del 216 aniversario del natalicio de Benito Juárez.
La ceremonia se llevó a cabo en la plaza Benito Juárez en la comunidad de El Cercado, en donde el edil, miembros del Cabildo de ese municipio, personal administrativo y comunidad en general, depositaron ofrendas al pie del monumento del ‘Benemérito de las Américas’.
“Entre las grandes aspiraciones de Juárez estaba la de ser reconocido como un buen ciudadano como los combatientes del incendio en la Sierra de Santiago”, dijo De la Peña Marroquín.
“Hago un reconocimiento a nuestra corporación de Protección Civil del Municipio de Santiago, gracias por su compromiso y entrega para trabajar por el bien de todos. Juárez estaría orgulloso de llamarles buenos ciudadanos”, expresó.