“La Bartolina” un campo que huele a misterio pero se siente una mala vibra, lugar de exterminio que tuvo su apogeo hace algunos años muy cerca de la línea fronteriza entre México y Estados Unidos, en una zona ejidal del municipio de Matamoros.
El predio, ha sido usado como zona de desaparición según colectivos de buscadores de personas desparecidas, está a escasos dos kilómetros del río Bravo que divide a Tamaulipas y el Valle de Texas.
Es una área rodeada de sembradíos de sorgo, extensas brechas de terracería, arbustos, densa vegetación y gran cantidad de espinas, lo que dificulta el acceso a esta zona, donde han sido localizados más de media tonelada de restos humanos por parte de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
Para llegar a ese lugar es necesario salir de Matamoros por la carretera federal rumbo a playa Bagdad, avanzando paralelo al río Bravo, unos 40 minutos en camino de terracería.
A la vista se encuentra un sitio delimitado por una cinta amarilla con las siglas de la desaparecida PGR y la leyenda “Criminalística”, ahí llegó un grupo de personas que pertenecen a varios colectivos en busca de sus familiares desaparecidos en esta zona de Tamaulipas.
Esta región limítrofe con el Valle de Texas, desde el año 2009 se ha visto azotada por la actividad delincuencial, manteniendo el control del área donde se encuentra La Bartolina, a quien incluso el colectivo 10 de marzo pidió permiso por redes sociales para ingresar, pero no obtuvieron respuesta.
En esa zona, convertida entre los años 2009 y 2016 un dominio de criminales, se cometieron los más atroces hechos de asesinato, desaparición, incineración e incluso desintegración por medio de sustancias químicas, de acuerdo con indagaciones oficiales y de colectivos.
Recientemente la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) reconoce la localización de 500 kilogramos de restos humanos y el avance de las excavaciones es de apenas una tercera parte del lugar rodeado de lagunas y extensa zona baldía.
BENDICEN DESDE MICHOACÁN
Aproximadamente a las 9:00 horas del jueves 12 de agosto de este año, los 36 grados de temperatura con sol plomizo era sofocante, mientras las integrantes del colectivo 10 de Marzo y su dirigente Delia Quiroa, emprendían el camino hacia La Bartolina.
Se logró el ingreso para realizar una búsqueda arriesgada, sin mayores herramientas que pico, machete y pala, pero con la esperanza de encontrar algo, que avive la esperanza de localizar a sus familiares desaparecidos.
Antes de emprender la marcha, Delia Quiroa presentó un mensaje enviado por el obispo de Apatzingán, Cristóbal Asensio García, en el que hizo llegar una breve y emotiva bendición a las familias que buscan a sus parientes desaparecidos en la frontera de Tamaulipas.
“Mamás que buscan a sus desaparecidos no olviden las palabras de Jesús, él que busca,
encuentra. Sigan buscando, encontrarán”, expresó el obispo.
“No pierdan la fe y la esperanza, Dios les bendiga y las fortalezca con la búsqueda, que las siga moviendo el amor a sus hijos y a Dios. Adelante con la ayuda de Dios y de la santísima Virgen María”, dijo en su mensaje.
Las palabras se difundieron mediante un altavoz para todos los presentes que acudieron al predio de La Bartolina, donde anteriormente autoridades encontraron restos humanos.
Cristóbal Asensio, dio palabras de aliento desde Michoacán a quienes buscan en Tamaulipas una pista de sus seres queridos que fueron reportados desaparecidos ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJT).
LA BÚSQUEDA
Escoltados por elementos de la Guardia Nacional y Policía Estatal, la activista Delia Quiroa y demás integrantes del colectivo recorrieron la zona donde presuntamente existen evidencias de personas desaparecidas.
En el lugar revisaron cada rincón de los arbustos para encontrar los primeros indicios bajo el resguardo de las autoridades estatales.
Cabe mencionar que también acudió personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Delia Quiroa explicó que en ese campo encontraron huesos y zapatos, lo que motivò a seguir escarbando en esa área.
ENCUENTRAN RESTOS
Apenas habían recorrido el predio de La Bartolina durante unos 30 minutos, cuando representantes de los colectivos hallaron restos óseos, similares a huesos humanos, por lo que solicitan la intervención de expertos forenses.
“No se acerquen mucho es una evidencia, vamos a acordonarla”, expresó una de las buscadoras en el sitio al sur de Matamoros.
Era un área plagada de arbustos, mezquites, pasto y plantas espinosas y por si fuera poco, una zona que no está acordonada por la Fiscalía
General de la República (FGR).
Ahí entre la maleza había restos óseos, en otra área había zapatos viejos que han sido deteriorado por el tiempo.
Bajo el resguardo de la Guardia Nacional los activistas cavaron con una pala para buscar más indicios de que ahí podría haber más restos.
La búsqueda en la que se ha sumado personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se prevee continúe hasta este viernes; sin embargo esperan la indicación de las autoridades.
RECUERDAN A SUS FAMILIARES
Alicia recuerda como si hoy fuera hace 4 años, para ser exactos un 12 de agosto del 2017, su hija Yulissa Mayte fue secuestrada en la frontera de Tamaulipas, por eso se unió a la arriesgada aventura de encontrar sus restos en La Bartolina.
“Nos dieron unos restos, nos dijeron que esos eran pero por presiones, no les creemos. Realmente no se dònde está mi hija pero seguiremos siempre buscando”, mencionò con un nudo en la garganta, Alicia Gallegos, madre de Yulissa.
Otra de las vìctimas indirectas dijo que su esposo desapareció hace más de tres años, justo cuando iba a pagar el rescate del secuestro de su cuñado y un amigo de èste, quienes fueron secuestrados en el trayecto de Río Bravo a Reynosa, cuando viajaban en un vehículo.
La víctima trabajaba para el Gobierno del Estado de Tamaulipas y hasta ahora no se sabe nada de su paradero. La respuesta de las autoridades ha sido nula, dijo la mujer que decidió mantenerse en anonimato.
“Aquí en Tamaulipas sabemos que existen más de 30 mil denuncias que nosotros hemos documentado, pero a veces las personas no confían en las autoridades y no denuncian”, lamentó.
“Todos tenemos la esperanza de encontrar algo, aunque sea una playera, una credencial, un pantalón, una esperanza de que alguien pudiera estar ahí”, expresò Delia Quiroga, representante del colectivo que acudió a la Bartolina en Matamoros.