Lo que hace miles de años representaba una forma de comercio, debido a la ausencia del pago monetario, hoy es una alternativa para comerciantes particulares que necesitan de un objeto y están dispuestos a ofrecer algo a cambio.
Cuidando el ahorro personal, el trueque recobra importancia en épocas de crisis económica pero ahora con el uso de las nuevas tecnologías, el Facebook, resulta un facilitador para realizar este tipo de acciones.
Beneficiando a las personas que aprovechan los grupos de cambio, la sociedad se adapta y emplea las herramientas que le brinda la tecnología.
Así lo explica Ana Rosa Sotelo, administradora de “Yo te lo doy cadena de favores Monterrey”, que asegura que en una sociedad en la que abunda el consumismo y los precios van en aumento, se buscan alternativas para obtener lo que necesitan a cambio de algo que ya no les sirva.
Cada vez son más las agrupaciones que existen en Facebook para realizar intercambios que van desde una prenda de vestir, aparatos electrónicos, muebles o incluso servicios de mantenimiento para el hogar.
Los más conocidos son “Yo te lo doy, cadena de favores Monterrey”, “Yo tengo, yo doy Monterrey”, “Te cambio, te compro, te vendo”, “Sólo trueques Mty”, entre otros.
Sin embargo, aunque la finalidad es la misma, las reglas en cada uno son distintas y son expuestas por su administrador o administradores, quienes llevan el control de la página para evitar conflictos.
“Lo que ya no les sirva pueda ser donado a una persona que realmente lo necesite y esta a su vez ofrecer un producto como forma de agradecimiento”, dijo Ana Sotelo.
Pareciera algo complicado, pero la interacción entre el interesado y el ofertante se da de manera dinámica y son ellos quienes llegan a común acuerdo para efectuar la entrega correspondiente.
Lo más difícil es confiar en la persona que llevará el producto, pues en ocasiones, de acuerdo a la administradora, dejan plantado al interesado y no acuden al lugar donde se realizaría el trato.
“En estos grupos, los participantes solicitan un objeto o servicio y otra personas les responde casi de inmediato para efectuar el trueque”, detalló la administradora.
La regla de oro en las páginas de intercambio es que no permiten las ventas, pues los beneficios a los que se exponen los miembros de la página es que no deben desembolsar.
La idea es utilizar las cosas que se tienen en desuso, donarlas o pedir algún objeto que se requiera.
El auge diario
“Yo te lo doy, cadena de favores Monterrey”, cuenta con 358 miembros, pero Ana Sotelo asegura que diariamente recibe de seis a ocho solicitudes de interesados para ingresar al grupo.
Desde hace más de un año coordina en conjunto con otras 29 administradoras el espacio en Facebook, para verificar que los usuarios le den el uso correspondiente.
“La labor principal de un administradora es mantenerse al pendiente de que no existan faltas de respeto, que los ofertantes se comprometan con el cliente, que se respete el trato, así mismo que el objeto sea entregado”, dijo.
En caso de que alguna de las partes involucradas no acudan a entregar el producto, se le expulsa de la página para que no se repita la acción.
Los participantes notifican a alguna de las administradoras para que no se incurra nuevamente en la falta. Por eso es de suma importancia la comunicación administradora-participante.
De acuerdo a Ana Sotelo, los artículos más solicitados y ofertados, son las prendas de vestir que van desde blusas, pantalones y vestidos, por lo que también se mantienen en contacto con bazares vía Facebook para acrecentar la red de cambios que se mantienen en línea.
El proceso para ofrecer un producto es sencillo, se toman algunas fotografías del artículo a ofrecer y solicitan el artículo que se desea a cambio.
Una vez que se obtenga respuesta, los interesados se mantienen en contacto vía inbox y de manera personal llegan a un acuerdo acerca del lugar donde se efectuará el intercambio.
El portal que inició con amigos y conocidos se extendió, formando una cadena en la que se agregaron nuevos grupos, bazares y en las que otras personas hicieron lo mismo.
“Ahora cada quien tiene sus grupos y existen bastantes administradores con los que me mantengo en contacto, también nos cuidamos entre nosotros, por diversas complicaciones que surgen con los tratos en línea”, comentó.
Debido a las ocupaciones que tienen en su vida diaria, los intercambios en línea son una vía eficaz para obtener algún objeto que se requiera de emergencia, pues los tiempo de respuesta son inmediatos.
“En mi caso soy estilista, algunas conocidas son amas de casa, estudiantes y a final de cuenta todas vivimos al día y no nos alcanza.
“Lo ideal de estos grupos es encontrar una opción para obtener lo que se requiera de momento, por ejemplo si necesito una mochila, sólo la solicito y ofrezco”, explicó.
Los trueques son la forma que más se maneja, incluso la repostería entra al intercambio de moldes o se cambia producto por otro tipo de mercancía.
Complicaciones
de las ventas en línea
Los grupos de cambios incrementan diariamente su número de integrantes, el auge es continuo, pero a pesar de los beneficios que resultan, también se torna complicado, especialmente en el tema de seguridad.
“Los principales riesgos de las personas que nos dedicamos a hacer intercambios o ventas corremos peligro de ser asaltadas.
“A mí me han platicado que las citan en lugares lejanos para quitarles la mercancía, por eso es mejor citar en un lugar céntrico y público”, aseguró.
Este tipo de casos, existen por personas que hacen un perfil de Facebook falso que buscan a gente vulnerable para asaltarlas y quitarles lo que cambiarían.
“No somos comerciantes en vía pública, la mayoría entrega entre dos y tres horas, casi siempre los sábados es cuando cerramos el trato de desde nuestra casa y la mayoría de veces llegamos con la bolsa y el nombre de la persona para sólo entregar”, explicó.
Ana Rosa Sotelo explica que la psicosis que se vive actualmente es exagerada, pues cuando acuden a hacer los cambios, caminan en estado de alerta, mirando para todos lados, verificando que nadie las siga y tenga malas intenciones.
Incluso desconfían de los cuerpos policiacos que en diversas ocasiones han extorsionado a compañeras que se dedican a las ventas y al verlas con su bolsa de mercancía, se las quitan o les piden dinero.
“Queremos que nos apoyen y entiendan que solamente ocupamos un espacio de dos a tres horas en un lugar céntrico donde no estorbamos y tengamos la seguridad de entregar”, mencionó.
Por lo anterior, realizaron el grupo de administradoras donde verificamos la seguridad de todas, comparan el registro de las personas y asegurarse de que no son timadores. Entre las 30 administradoras se apoyan de esa forma.
El lugar que acostumbraban utilizar para hacer los intercambios era en estaciones del metro y en el Centro de Monterrey.
Principalmente en la calle Padre Mier, lugar que las hacía sentirse confiadas al momento de realizar las entregas, hasta que comenzaron a quitarlas de la zona, argumentando que no podían vender en vía pública.
Reglas del grupo
El nombre del grupo “Yo te doy, cadena de favores Monterrey”, surge de la idea de tener un producto o algo que ya no utiliza y se desee donar y que otra persona lo acepte.
De ahí se deriva la cadena de favores en la que la persona que recibió un objeto, done algo más, ayudando a más personas como pago por lo recibido.
En el portal se lee “Bienvenidos, este grupo es para donar lo que ya no usen o que ya no quieran en su casa, algo que les estorbe, quizás a alguien le sirva y lo acepte con mucho gusto”.
Posteriormente se mencionan cuatro puntos inquebrantables: todo es sin fines de lucro, todo es donado, cada quien será responsable de lo que done y cómo lo entregue. Se ponen de acuerdo ambas partes; no se aceptan publicaciones solicitando likes y no se donan animales de ningún tipo, para eso existen otros grupos.