Caminan con una solicitud de empleo en la mano con la expectativa de “llenar el ojo“ de algún empleador. Sus esperanzas están puestas en la Feria del Empleo que organizó la Secretaría del Trabajo del Gobierno del Estado el pasado 18 de mayo en la Alameda Mariano Escobedo de Monterrey.
Cientos de personas de todas las edades entran y recorren los módulos de vacantes a la espera de encontrar una oferta que llame su atención y viceversa.
Algunos de ellos se convirtieron en desempleados por la pandemia del Covid-19, otros la edad (ya sean muy jóvenes o adultos) les juega en contra. Aún así, la esperanza de ser contratados es una bocanada de oxígeno en tiempos de reactivación económica.
Su confianza está depositada en cada solicitud de empleo entregada, que más que un hoja de papel representa la posibilidad de volverse autosuficientes económicamente.
PROFESIONISTA DESEMPLEADO
Juan Alberto Gutiérrez es Arquitecto de profesión y antes de que la crisis sanitaria mundial lo dejara desempleado laboraba en la construcción de inmuebles.
La estabilidad económica que le proveía su trabajo fue perturbada por el virus del Covid-19 y a pocos meses del primer contagio registrado en Nuevo León fue desocupado.
“Me desocuparon durante la pandemia, tenía dos años trabajando normal, todo estable. Me recordaron y durante toda la pandemia no pude encontrar trabajo“, mencionó el vecino del municipio de Monterrey
Con pocas vacantes en el mercado y bastante competidas de 2020 a 2022 el joven de 29 años no logró colocarse en ninguna, por lo que ahora que la reactivación abrió más puestos de empleo decidió echar “toda la carne al asador“ y acercarse a cada oferta laboral.
“Antes no había mucho oportunidad, pero ahorita ya se está reactivando todo, pues ya ando viendo qué puedo conseguir“, mencionó.
Y aunque intentó encontrar alguna vacante que se conjugara con su profesión en la Feria del Empleo sus esfuerzos fueron en vano. El joven sentenció que la mayoría de los empleos son para técnicos por lo que se despidió del lugar con un sabor amargo.
“No hay mucha oferta de mi rama, son de otras carreras, de otras ramas. Ya entré y no apliqué en ninguna, me desalenté un poco, por eso no dejé ningún currículum“, indicó.
Mientras tanto seguiría realizando trabajos independientes, tal y como lo hizo durante la pandemia, para seguir subsistiendo.
“Trabajo por mi cuenta, hago albercas, remodelaciones, soldadura, herrería, me salen trabajos así“, expresó.
El también padre de un hijo seguirá en la búsqueda de un empleo formal, siempre privilegiando su profesión, aunque reconoció que si con el paso del tiempo no logra encontrarlo estará dispuesto a “aceptar lo que haya“.
EXPERIENCIA DESPERDICIADA
Tras incumplirle su contrato laboral, Felipe Guerra Pérez salió de la empresa de guardias de seguridad para la que laboraba.
Decepcionado por el poco profesionalismo de la compañía decidió a sus 56 años embarcarse nuevamente en la búsqueda de un empleo, pero su edad, muy por encima del promedio que solicitan la mayoría de las vacantes, le ha cerrado casi todas las puertas.
Con una mochila a cuestas, repleta de solicitudes de empleo, don Felipe acudió la tarde del 18 de mayo la Feria del Empleo del Gobierno del Estado con la intención de encontrar un sustento económico para él y su familia.
Sin nada específico en mente, la intención del guadalupense es que simplemente le den la oportunidad de demostrar que aún puede ser útil en la vida laboral.
“Ahorita vengo a ver qué agarro. Si se puede de guardia, me voy de guardia, es que es de lo poco que me pueden ofrecer, para mí ya no hay mucho trabajo“, dijo.
Con apenas primaria terminada, don Felipe tiene prácticamente toda su vida trabajando en la albañilería y carpintería, pero nuevamente la edad le jugó en contra y pocos contratistas le ofrecen ahora una oportunidad.
“Ya no hay trabajo, sí he intentado, ya tengo incluso todo guardado. Y luego menos con la pandemia que se fue todo al carajo“, aseveró.
Aún con los pronósticos en contra, el guadalupense se muestra optimista, está consciente que la reactivación económica puede traerle el empleo que tanto anhela para mantener a su esposa e hijo.
“Pues veo que ya está un poquito más activo todo, ya hay más empleo y tengo esperanza de que salga algo. Si no es de guardia aunque sea de barrendero o para regresar a la carpintería, albañilería o lo que caiga“, comentó.
JUVENTUD EN ASCENSO
Daniela González y Yani Ramírez son amigas y estudiantes de la Universidad Emiliano Zapata (UNEZ). Ambas son alumnas de la carrera de Banca y Finanzas y están en busca de una oportunidad laboral.
Daniela tiene 23 años y durante la pandemia la empresa en la que trabajaba quebró y quedó desempleada.
Desde entonces no ha podido colocarse en ninguna otra vacante y las cuentas en casa siguen por lo que ahora, tras la reactivación, decidió buscar un nuevo trabajo en el que pueda conjugarlo con sus estudios.
“En pandemia me dediqué a buscar empleos similares a los que tenía, pero no tuve éxito. Me la pasaba buscando trabajando para sostener los gastos de la familia, que cada vez estaban más altos y la situación laboral cada vez peor.
“No tuve nada de suerte, todo estaba muy cerrado. Anduve también en ventas durante esas fechas, más que nada para sostener a la familia, pero ahorita estoy buscando algo más estable“, mencionó la vecina del municipio de Monterrey.
La estudiante de octavo tetramestre se enteró por medio de las redes sociales sobre la Feria de Empleo y no dudó en acudir junto a su amiga Yani a la búsqueda de una vacante de área administrativa.
“Estoy buscando algo administrativo. Estamos en la Licenciatura de Banca y Finanzas, buscamos de practicantes o algo que sea afín a nuestra carrera“, mencionó.
Daniela dejó su solicitud en varias empresas con la confianza de ser contratada en alguna de ellas para que el salario los ayude a costear los costos universitarios.
Su amiga Yani tiene 19 años y a diferencia de la mayoría su intención de conseguir trabajo radica en encarrilarse al mundo laboral.
Y es que, durante la pandemia la residente del municipio del Escobedo fue una de las pocas afortunadas de poder mantener su puesto como encargada de una tienda de conveniencia, pero a la vez de cumplir con las clases al activarse la modalidad en línea.
Sin embargo, tras el retorno de la educación presencial se vio forzada a dejar su trabajo y de nació la inquietud por buscar una vacante acorde a sus estudios.
“Ahorita estoy buscando trabajo, pero como practicante, ya para tener algo seguro porque cuando me gradúe me la voy a ver dura si no tengo nada de experiencia en esa rama, así fue lo que vine a hacer aquí.
“Quiero tener un trabajo estable, pero más que nada ejercer mi carrera porque tengo familiares que tienen carrera y todo y nada más no. Yo no quiero ser así, yo quiero ejercer mi carrera“, dijo.
Mientras que algunos de los solicitantes ya rebasan la edad promedio requerida, otros como Yani y Daniela son vistos por ciertos empleadores como carentes de experiencia por lo que la juventud es un arma de doble filo en la búsqueda de empleo.
“Yo tengo 19 años y aquí hay algunos trabajos que solicitan de 21 en adelante y pues no puedo aplicar en esos“, aseveró.