“Esta enfermedad es una ruleta y hasta el momento no sabemos a quién ni como nos va a pegar”, afirmó Norma Alicia Villarreal Cantú, voluntaria de estudio Fase 3 de la vacuna contra el Coronavirus del laboratorio chino CanSino Bio.
La investigadora de 66 años, quien cuenta con una amplia experiencia en el rubro educativo, señaló que supo de la convocatoria ya que diariamente seguía las ruedas de prensa encabezadas por Manuel de la O Cavazos, titular de salud estatal.
“En el momento que vi que lanzaron la convocatoria mandé un correo externando que deseaba participar. Consideré que era importante saber si a los adultos mayores también les iba a servir esta vacuna y este fue el último motivante para desear sumarme”, comentó.
Destacó que independientemente de su edad, cumplió requisitos protocolarios tales como no tener antecedentes de embarazo, comorbilidades descontroladas o haber padecido Covid, infección que evitó tres veces tras un brote que contagió a seis familiares cercanos.
“Mis tres hijos y otros tres familiares se contagiaron de esta enfermedad y convivíamos con bastante frecuencia. Afortunadamente presentaron de los síntomas más leves como fiebre y dolores de articulaciones, aunque el dolor de cabeza lo sintieron al nivel de una migraña”, reveló.
Respecto a las reacciones adversas registradas en aquellos que se aplicaron la vacuna del laboratorio Pfizer, señaló que es importante que exista una diversidad para conocer las situaciones que más afectan la aplicación de las dosis.
Villarreal Cantú mencionó que en el momento que se enteró que participaría en el experimento se lo comunicó a sus seres cercanos, quienes se opusieron rotundamente a la idea.
“No querían que participará sobre todo por la edad ya que pensaban que al ser una persona mayor estaba más propenso o vulnerable, yo sentía que era muy poco probable que me pasará algo, aunque las estadísticas digan lo contrario.
“En la contraparte tenemos casos de jóvenes que presentaron síntomas muy graves, que incluso quedaron con secuelas y en el peor de los casos fallecieron. No hay que irnos tan lejos, en Nuevo León han muerto menores de 20 años sin comorbilidades”, detalló.
Al recordar el día que fue a participar al estudio, relató que fue con total certeza y conocimiento del significado de las vacunas y mientras esperaba su turno conversaba con las demás personas que se la habían aplicado previamente.
“Antes del protocolo nos realizaron filtros como estudios de sangre y el historial clínico, revisaban desde alergias hasta que enfermedades habíamos padecido con anterioridad.
“Al estar en Fase 3 quiere decir que prácticamente es la confirmación de que la vacuna es eficiente, aunque hay diferencia entre los grupos endémicos. Por ejemplo, en México tenemos un alto índice de diabéticos y esto aumenta la probabilidad de que sufran los síntomas de este virus”, agregó.
Tras la aplicación de la vacuna de Cansino, resaltó que solo llegó a sentir dolores de cabeza y la garganta extremadamente irritada y reseca, síntomas que se presentaron cuando tuvo sospecha de Coronavirus.
“Durante un año no sabremos qué tipo de vacuna nos tocó, incluso nos pudieron haber aplicado un placebo porque es un estudio que le llaman doble ciego y por eso nos dan el seguimiento médico cada semana.”
“Lo interesante también es que nos hacen estudios de sangre, en mi caso yo tuve un número de leucocitos más alto de los límites y me dijeron que significaban que tuve alguna infección. Para mi fortuna señalaron que pudo haber sido cualquier otra ajena al Coronavirus”, añadió.
Después de su experiencia como voluntaria, la investigadora afirmó que ha invitado a su círculo cercano a tomar la iniciativa, en caso que otro laboratorio lanzará una convocatoria a nivel nacional.
“Los que son de mi edad inmediatamente descartan la opción y hay quienes prefieren pensar y decir que mejor sean otros los conejillos de indias e incluso dicen entre bromas que primero se la apliquen a la clase política.
“Muchos no tienen fe, pero pues tampoco van a saber si pudieron haber sido parte de la solución o el problema”, recalcó.
Para finalizar, Villarreal Cantú dedicó un mensaje a propios y extraños en uno de los momentos más álgidos de la pandemia en la entidad.
“Es muy significativo que estos días registremos récords de hospitalizados. Definitivamente hay que seguir cuidándonos y ya he visto varios casos en estos 10 meses de pandemia, a algunos les ha ido bien y otros no vivieron para contarlo.
“Pienso que debemos de atrevernos y tomar la iniciativa para ser parte de la solución, sin importar el tamaño de nuestra contribución para resolver esto lo más pronto posible”, concluyó.
¿Y POR QUÉ NO?
Su nombre es Adolfo Obregón López de tiene 42 años de edad y aunque su rostro puede ser conocido por pocos, su voluntariado podría significar el regreso a la normalidad de toda la humanidad.
Él, al igual que otros centenares de regiomontanos forma parte del grupo de voluntarios a los que se les aplica la vacuna experimental anti Covid-19 de la farmacéutica china CanSino con la finalidad de tener una inyección más para combatir la terrible enfermedad del Sars-CoV-2.
Desde comienzos de la pandemia, el vecino del municipio de Monterrey acató las recomendaciones de las autoridades de salud: uso de cubre bocas, sana distancia y quedarse en casa.
Como a la mayoría de las personas, la crisis sanitaria modificó su estilo de vida desde trabajar en casa hasta viajar lo menos posible; sin embargo, como muchos, nunca pensó que la contingencia se prolongaría por tantos meses.
Por tal razón cuando en una de las ruedas de prensa del Secretario de Salud, Manuel de la O, escuchó sobre la fase 3 que aplicaría la multinacional en Nuevo León no dudó en levantar la mano para ser voluntario.
“Fue un acto de consciencia principalmente y probablemente también por la desesperación de que durante todo el año hemos buscado una solución y ahora que se dio la oportunidad ¿por qué no participar?”, aseveró el regiomontano.
De inmediato envió un correo a las autoridades de salud para sumarse a las pruebas, pero no obtuvo una respuesta hasta casi un mes y medio después.
El 29 de diciembre, Adolfo acudió al Hospital Metropolitano para iniciar las pruebas de experimentación, no sin antes escuchar en todo de broma las voces que le aconsejaban no hacerlo.
“Mis amigos y familia me hacían broma por la mala reputación de los productos chinos, pero todo era entre broma y cierta preocupación”, mencionó Obregón López.
Tras un antesala de casi cuatro horas, en las que se despejan dudas, explican el proceso y se firma una carta responsiva, la jeringa finalmente penetró la piel de Adolfo y el protocolo de fase 3 comenzó.
Durante un año, el regiomontano será monitoreado por las autoridades del Hospital Metropolitano, quienes en un día pueden enviarle hasta 52 mensajes por WhatsApp para conocer su estado de salud.
En Adolfo las reacciones secundarias fueron mínimas en las primeras horas, pero al día siguiente se hicieron presentes dolor intenso de cabeza, escalofrío, fiebre, malestar general del cuerpo, flujo nasal y estómago revuelto, que son síntomas secundarios comunes del protocolo.
Afortunadamente, hoy (31 de diciembre) los malestares desaparecieron en su totalidad y el regiomontano se muestra optimista de permanecer así al cierre del año.
Entre las desventajas de ser voluntario para la vacuna de CanSino es que queda descartado en automático para aplicarse alguna otra vacuna que haya sido aprobada por el gobierno de México para combatir al Covid. Tampoco podrá ser donador de sangre.
Sin embargo, participar en el protocolo también tiene ventajas: en caso de aprobarse la vacuna del laboratorio chino, él ingresaría en el primer grupo de aspirantes a la dosis.
Además, si en el peor de los escenarios, llegara a desarrollar la enfermedad, su atención está garantizada por quienes encabezan los estudios.
Y aunque otras vacunas como las de Pfizer fueron aprobadas previo a que iniciara su voluntariado, Adolfo nunca pensó en desistir porque siempre buscó contribuir con su “granito de arena” en la lucha contra el Coronavirus.
“Me da mucha satisfacción haber participado como voluntario, ya que los resultados de este estudio ayudarán a muchas personas a evitar que contraigan el virus con consecuencias graves. De esta forma contribuí con mi granito de arena en la lucha contra el Covid”, indicó el voluntario.
Adolfo Obregón López recibió el 2021 con la satisfacción de que la inoculación del placebo o del virus en su cuerpo ayudará a al desarrollo de una vacuna, que pueda salvar millones de vidas en los próximos meses.
Probarán vacuna alemana contra Covid-19
El Hospital Zambrano Hellion, perteneciente al sistema TecSalud, fue seleccionado por el laboratorio alemán CureVac para participar en el ensayo clínico de una nueva vacuna contra el SARS-CoV-2.
Por medio de un comunicado la institución dio a conocer que se espera que en Nuevo León participen 3 mil personas de 27 mil que lo harán a nivel mundial.
Actualmente el estudio del laboratorio se encuentra en la fase 2b/3, que es la previa a la comercialización.
De acuerdo a TecSalud esta vacuna es considerada una de las más seguras por su tecnología de ARN mensajero o ARNm que lleva años en desarrollo previo a la aparición del SARS-CoV-2.
“El ensayo clínico cumplió con el proceso de validación y aprobación sanitaria por Cofepris, el cual tiene como objetivo garantizar su eficacia y, sobre todo, la seguridad de los candidatos”, citan.
De hecho, la aprobación fue celebrada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien anunció la autorización por medio de su cuenta de Twitter.
TecSalud reveló que los integrantes del Tecnológico de Monterrey tendrán la oportunidad de participar como voluntarios al protocolo de la vacuna alemana.
“Próximamente se darán a conocer los criterios del ensayo clínico y se abrirá la convocatoria para registro de quienes deseen participar”, finaliza el boletín.