Por Andrés Pérez Sustaita
Al morir Héctor Garza se escribieron, o mejor dicho recordaron sus grandes hazañas luchísticas. Los medios se volcaron mencionando una y otra vez los logros tan importantes y que lo convirtieron en leyenda; entre todos hubo quien comparó al famoso “Querubín” con aquellos formidables colosos de antaño como Rolando Vera, Blue Demon, Tonina Jackson, Bobby Arreola, Óscar Arizpe, Carlos Moreno, Bello Kaliffa, Rubén Juárez y otras eminencias del pancracio regiomontano. Incluso alguien señaló que se rompió el tabú de los juniors considerando la trayectoria de Héctor superior a la de su propio padre, el reconocido Humberto Garza.
Nosotros vamos más allá… debemos ubicar a Héctor Garza entre los más grandes deportistas que ha dado La Sultana del Norte, a la altura del medallista olímpico en caminata Raúl González, la medallista de oro en gimnasia artística Elsa García, el beisbolista campeón de Sultanes Arturo González, el ciclista Raúl Alcalá, el futbolista Jesús Arellano, el piloto Esteban González, el campeón mundial de boxeo Lauro Salas, por citar algunas glorias de la tierra del cabrito.
Héctor Solano Segura nació el 12 de junio de 1969 y desde muy joven mostró inclinación por los deportes, particularmente por la Lucha Libre, inspirado en la carrera de su padre y de su tío Mario Segura; estos dos, alternadamente con Mr. Lince y Blue Fish, forjaron un verdadero diamante que cuajó en superestrella y que rebasó todas las expectativas.
Sabedor de lo difícil que es llegar a ser un luchador estrella, el señor Humberto Garza quiso comprobar si de veras el muchacho tenía aptitudes para ser luchador y le puso como condición estudiar una carrera profesional: la respuesta no se hizo esperar y después del consabido esfuerzo Héctor le entregó a su padre el certificado que lo acreditaba como Especialista en Rehabilitación.
¡Cuán grande era ver a ese robusto joven lleno de nobleza a la hora de sanar a sus propios compañeros!
El debut oficial como luchador profesional se dio el domingo 6 de septiembre de 1992 teniendo como escenario la Monumental Monterrey (qué cosas tiene la vida, hace poco se publicó en HORA CERO algo relacionado a la historia de esta plaza y hoy agregamos este dato tan valioso). Los hijos de Humberto Garza y Rubén Juárez fueron anunciados como Juárez y Garza, derrotando en una auténtica guerra de nervios a Gato del Ring y Demonio de Tasmania.
Dos meses después también debutó Humberto Garza Jr., hermano mayor de Héctor y los tres herederos consiguieron las cabelleras de Bello David, Rosa Blanca y Bello Guerrero; en esa lucha salió muy lastimado Betín y ahí comprobaron que el camino al estrellato sería de lo más difícil y competido. Para complementar esto último, nada más en ese año de 1992 fueron lanzados seis prometedores elementos: Los Hermanos Garza, el hijo de Rubén Juárez, el hijo de René Guajardo, Latin Lover y Bronco.
Por si fuera poco, arrancaron con sus personajes El Sanguinario, Tigre Universitario y Príncipe Franky.
Con todo respeto para los mencionados, todos ellos muy buenos, y como decían los cronistas de antaño pian pianito Héctor Garza se fue agigantando. En 1993 obtuvo su primer Campeonato, el Mundial Semicompleto de la Federación Internacional de Lucha Libre destronando al aguerrido Sanguinario, al año siguiente hizo suyo el torneo de La Gran Alternativa por parte del Consejo Mundial de Lucha Libre, apadrinado por el Negro Casas. En 1995 se consagró rapando a Satánico en dos ocasiones logrando con ello ser todo un fenómeno de popularidad. Consiguió la Copa Junior venciendo en la final a Emilio Charles Jr., año de 1996.
Aparte del gran Satánico siguió tumbando cabelleras famosas como la de M.S.1., El Brazo, Bestia Salvaje, Pirata Morgan, Heavy Metal, Pimpinela, Pierroth y Super Parka, entre otras.
Se adueñó de campeonatos Nacionales y Mundiales en diversas empresas -llámese CMLL, AAA, Perros del Mal o Independientes- a nivel individual en las divisiones mayores y también en la modalidad de parejas y tercias, acumulando el Cinturón Azteca y bastantes reconocimientos.
En terrenos internacionales participó en el Royal Rumble de 1997, fue incluido en el equipo Latino World Order por parte de la WCW y ganó la Copa X de América en la empresa TNA. Además se impuso en una Campal para con ello enfrentar a Jeff Jarrett en duelo titular, sin olvidar sus exitosos viajes al Japón y otros países.
Mención aparte merece el aspecto revolucionario, aquel golpe de antebrazo volando de manera sensacional, trazando la horizontal de forma majestuosa, y ese tope bautizado como “el tornillo” girando el cuerpo de manera increíble, o los prodigiosos mortales en reversa desde lo alto del esquinero hacia afuera del cuadrilátero.
A ras de lona era un experto, y en cuestiones comerciales sabía ganarse a la gente como técnico o como rudo, adoptando poses muy suyas que lo hicieron trascender; esa llegada al campo de batalla mientras sonaba con fuerza el tema que lo identificaba y que hoy se antoja nostálgico, “La canción del mariachi” de Antonio Banderas. Su imagen tan ruda con el grupo de los Perros del Mal y luego el reverso de la medalla cuando formó la facción de Los Ángeles, poniendo su cara de “querubín”, apodo puesto por el desaparecido anunciador Vitorino.
Quiso el caprichoso destino que la carrera de Héctor Garza comenzara en la Monumental Monterrey, septiembre de 1992, culminando en la Coliseo regiomontana en septiembre de 2012.
Dos décadas de historia bastan para colocarlo entre los más grandes deportistas surgidos en Monterrey. A nivel nacional e internacional puso muy en alto el nombre de su tierra natal, en estos tiempos tan difíciles su leyenda viene a ser un ejemplo a seguir.
Un cáncer pulmonar se atravesó en su camino y más de cuatro señalan que perdió su lucha final contra esa enfermedad, respetando todas las interpretaciones, en HORA CERO preferimos decir que se ganó un pedazo de cielo ese domingo 26 de mayo del año en curso.
Descanse en paz.