El pasado 5 de junio Tamaulipas fue uno de los estados que vivió un proceso electoral para renovar la gubernatura.
Previo a la jornada cívica, la administración estatal, encabezada por Francisco García Cabeza de Vaca, implementó una campaña de terror en contra de los ciudadanos y sus rivales políticos, buscando inhibir a los electores a que acudieran a las urnas.
Incluso, el día de la jornadas, se vivieron irregularidades como compra de votos, robo de urnas y amenazas a los funcionarios electorales que no fueron suficientes para evitar que los ciudadanos salieran a la calle.
De esta forma, los tamaulipecos hicieron valer su derecho al voto con el que esperan conseguir un cambio en la entidad.