
Monterrey y su zona metropolitana vive su segundo año continuo con sequía y crisis hídrica que tiene como precedente momentos de la década de los años 80, con la diferencia de que en aquel entones la población era de 2.5 millones de habitantes, con menos empresas y un sector agrícola menos robusto, mientras hoy la población es de 6.3 millones de habitantes y los volúmenes de consuno de todos los sectores son mucho mayor.
Por estos días, incluso en la antesala del otoño, pero con temperaturas aún de intenso calor –y sin lluvias- las arengas de la población son las mismas que del año pasado: “Queremos agua” . El grito se extiende por la avenida Gonzalitos, como en meses pesados se oyó por la avenida Eugenio Garza Sada y por gran parte de la Ciudad.
La espantosa realidad es que el agua se está agotando en las tres presas que abastecen a la segunda zona metropolitana más grande de México, la décima en toda América Latina.
Y es que la zona noreste y concretamente Nuevo León padece desde hace unos tres años una sequía catalogada ‘extrema’, con temperaturas que llegan a superar los 40 grados centígrados.
La actual situación de desabasto de agua es una continuación de lo que ocurrió en 2022, pues si se corre con suerte, los usuarios cuentan con unas cuatro o seis horas con agua potable en sus tuberías. Empero, muchas colonias de la zona metropolitana carecen del vital elemento hasta por lapsos de un mes o un mes y medio, con el malestar, la insalubridad y el martirio que ello significa.
El malestar social está latente. Incluso dicen que en Monterrey, de un año a la fecha ha cambiado el hábito del saludo, pues dicen que ahora en lugar de decir ‘buenos días’ o ‘buenas tardes’ se pregunta: “¿tienes agua?”
Los expertos en el tema concluyen que la falta del vital líquido se agravó por el bajo nivel de las presas que abastecen de agua a la zona metropolitana de Monterrey se debe a la falta de lluvia, así como el desperdicio y falta de planeación de largo plazo de la infraestructura hídrica del país en los tres niveles de gobierno.
Actualmente los niveles de las reservas de las presas de Nuevo León están a niveles más bajos incluso que los del año pasado, de acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua. Al día 16 de septiembre pasado la Presa Rodrigo Gómez (La Boca) se encontraba a 15% de su capacidad, la Cerro Prieto tenía apenas un 10% de su capacidad mientras que la presa El Cuchillo cuenta con un 44% de su capacidad.
CONSERVACIÓN DEL AGUA
Para el biólogo Antonio Hernández, Monterrey y su zona metropolitana se encuentra en la presente crisis hídrica que ha dejado de garantizar el agua para el uso doméstico por diversos motivos.
En entrevista con Hora Cero, el experto en administración y manejo de áreas naturales protegidas, refiere que ente las principales causas por las que hoy padecemos la falta de agua destaca la distribución desigual en el acceso del elemento para todos los usos en la zona metropolitana.
“Es decir sí hay agua disponible para la agricultura y la industria, que son los que más consumen, sin embargo este escenario no se repite en la población; por una parte hay excesos en el consumo y por otro se restringe”.
Otro aspecto, añade, es que las fuentes de agua de la Ciudad, fundamentalmente de las montañas del parque Nacional Cumbres de Monterrey, donde se encuentran las dos cuencas de las cuales nos abastecemos, la del Río Ramos y la del Santa Catarina tienen una degradación en marcha.
Esto debido a los incendios forestales que han quemado 20 mil hectáreas en los últimos años, la enorme pérdida de la superficie vegetal en La Huasteca y en Santiago por el desarrollo urbano y las plagas forestales.
“Entonces toda esta problemática incide en la disponibilidad de agua para abastecimiento humano; pero además tenemos la sobreexplotación, es decir, somos millones de personas que demandamos altos volúmenes de agua y sin duda hay como una sobreexplotación de las fuentes disponibles”.
En lo concerniente al “Plan Hídrico 2050” creado en el sexenio pasado encabezado por el gobernador Jaime Rodríguez Calderón, el biólogo Antonio Hernández considera que es un documento de política pública que ya se pone en marcha para responder a la actual incertidumbre que representa el abastecimiento de agua.
El Plan Hídrico Nuevo León 2050 fue coordinado por el Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey e involucró a especialistas de diversas instituciones científicas y académicas, entre los que se encuentran el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y RAND Corporation.
Participaron también consultores nacionales, con la alimentación tanto de la participación de los principales actores gubernamentales (CONAGUA, el Gobierno del Estado mediante la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey) como de actores y organizaciones de la sociedad civil.
Hernández considera que este documento es estratégico y fundamental, porque trata de la política pública en el tema del agua para la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM) que fue creado en el sexenio de Jaime Rodríguez Calderón y retomado por el actual Gobernador Samuel García.
“Éste marca las acciones que se tendrían que planificar e implementar para garantizar el abastecimiento de agua en la ZMM, no solo para el consumo humano, también para los agrícolas e industriales”.
En este sentido, ejemplifica Antonio Hernández, el plan marca la necesidad de llegar a un aumento en la extracción de la oferta y es precisamente lo que se está concretando con la extracción de más agua de la presa El Cuchillo y su conducción a través del el nuevo acueducto.
Esto también ocurrirá cuando esté operando la presa Libertad, que también está incluida en la política pública del plan hídrico.
Sin embargo, el biólogo Hernández, integrante también del colectivo Pueblo Bicicletero, apunta también hay que tomar en cuenta la conservación de la cuenca, porque si como sociedad se sigue extrayendo agua sin tomar en cuenta esto, va a llegar el día en que se acabe el vaso de agua, aunque esté lleno.
“Es natural, en algún momento se va a acabar. Pero conservar la cuenca significa por ejemplo restaurar las 20 mil hectáreas que se incendiaron en la Sierra de Santiago, las 3 mil que se quemaron en Santa Catarina, por la zona del Pajonal y otras que son muy estratégicas pero que no son suficientemente utilizadas.
Concretamente se refirió a los cientos de hectáreas quemadas también en la sierra de Santiago en la zona de Las Adjuntas que son de la sub cuenca del Río Ramos, que recoge agua de la sierra, llega al río San Juan y de ahí hacia ‘El Cuchillo’.
Pero además de esta restauración, el especialista sostiene que también es importante la implementación de programas de cultura del agua para que el usuario doméstico disminuya los consumos.
URGE TRATAR EL AGUA
Pero además, Antonio Hernández cita que el plan toca el tema que se conoce como agua no contabilizada, que incluye las fugas y toda el agua que la sociedad se roba, por lo que exhorta a llevar a cabo medidas para resolver este asunto que no es cosa menor.
Otro punto importante es la urgencia de que Monterrey y su zona metropolitana vuelva a practicar el tratamiento de sus aguas residuales.
El biólogo recuerda que al inicio del año 2000, durante la administración del gobernador panista Fernando Canales Clariond, casi la totalidad de las aguas de Monterrey y su zona metropolitana se trataban, algo muy lejano a lo que ocurre actualmente.
El crecimiento que ha tenido la ciudad y la dispersión urbana nos muestra una zona de asentamientos urbanos entre el municipio de Juárez y Guadalupe y en otras partes de la mancha cuyas aguas no se tratan y se van totalmente contaminadas a los ríos Santa Catarina y San Juan.
Algo similar ocurre hacia el norte y el poniente de la ciudad, como el municipio de García y sus alrededores, donde las aguas tampoco de tratan.
“Ahora, a esta falta de capacidad del tratamiento total hay que aumentarle los 5 metros cúbicos por segundo adicionales que van a venir de la Presa El Cuchillo. Es decir, vamos a consumir más agua y no hay la capacidad de tratamiento, el Gobierno de Nuevo León no tiene la capacidad suficiente para ello”.
Hace poco más de 20 años la Zona Metropolitana de Monterrey tuvo un escenario de vanguardia en relación con el tratamiento de aguas, pero a la par, en los últimos 25 años el aumento de la dispersión urbana ha sido también elevado, aumentando en forma paulatina el consumo del agua sin que haya un sistema para su tratamiento.
En cuando a la gestión y la administración de los volúmenes de agua para cada sector como el agrícola, ganadero, industrial y las empresas de energía, el gobierno federal mediante la Comisión Nacional del Agua tiene la rectoría.
De esta forma el sistema público de concesiones de agua del Gobierno Mexicano revela que los grandes consumidores son las industrias de Monterrey, incluso el propio Gobierno de Nuevo León con las concesiones que tiene para Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey.
“Ahí nos marca los volúmenes administrativos, es decir lo que tienes autorizado, sin embargo la Conagua no tiene la capacidad operativa de verificar que efectivamente los volúmenes que ellos autorizaron se estén cumpliendo.
“Es decir, si realmente hicieron la explotación de lo que tienen autorizado, y esto es importante porque tampoco revisan si sacaron más de lo que tienen permiso, o en el extremo que sus volúmenes hay sido inferiores”.
Desde el punto de vista del experto en administración y manejo de áreas naturales protegidas el consumo menor es importante ya que por ejemplo el año pasado cuando surgió la crisis de abastecimiento de agua las miradas se fueron hacia la industria regiomontana y los cuestionamientos fueron ¿por qué tienen volúmenes autorizados tan altos? y ¿por qué no la comparten?
En aquel escenario la respuesta de manera individual de algunas industrias y desde las cámaras que los representan fue que ellos consumen menos agua de la que tienen autorizada, lo cual es una realidad en algunos casos, ya que ciertas industrias tienen unos procesos más eficientes de producción.
Sin embargo, añade, la Ley de Aguas Nacionales establece un proceso en el cual si una industria o un ciudadano que tiene una concesión gasta menos agua de la que le autorizaron, el gobierno mexicano está obligado a realizar un proceso de corrección de la concesión en el cual corresponde a lo que realmente gasta.
“Pero nadie lo hace, porque nadie quiere perder los volúmenes de agua que tienen autorizado”.
En este sentido, el integrante de Pueblo Bicicletero Antonio Hernández, considera que en este asunto de regulación el Gobierno Federal mexicano tiene que vigilar que efectivamente se consuma lo autorizado y sancionar el robo de agua, cuyos volúmenes son realmente elevados.
“Porque por toda la ciudad hay extracciones ilegales de agua, que no tienen permiso y en el fondo así como las industrias han entrado a procesos de volverse más eficientes en el uso del agua, estás medidas tienen que replicarse en el sector agrícola”.
Hernández apunta que hay maneras en las cuales las actividades industrias agrícolas o agropecuarias pueden producir lo mismo gastando menos agua, y al gastar menos todos los volúmenes que se ahorran pueden estar disponibles para la población, sobre todo en la actual crisis de abastecimiento.
Antonio Hernández alerta que si en Nuevo León no se implementan las medidas apegadas al plan hídrico, el agua tendrá a consumirse y llegar a niveles de alta incertidumbre, que como ahora, no garantizan el suministro que demanda la población en su conjunto.
“Este escenario de un desabasto generalizado en la Zona Metropolitana de Monterrey se puede dar si no ocurre esta parte de implementación del plan hídrico, es decir ahorita la estrategia que se ha utilizado es aumentar la sustracción de agua para que esté disponible en la Ciudad.
“Lo cual es bueno, porque necesitamos fuentes de agua porque somos millones de personas, sin embargo si no cuidamos las cuencas vamos a agotar el volumen”.
El riesgo, añade, es que en la presa El Cuchillo ocurra lo de Cerro Prieto y La Boca, donde se sacó tanta agua que ya no se dio tiempo a la recuperación de los volúmenes.
En este contexto, la gestión del agua debe hacerse en escenarios de profunda incertidumbre, es decir, no se puede depender de las lluvias, sobre todo pensando que hay una tendencia en que la precipitación cada vez es menor e incierta.
“Los pronósticos son por ejemplo que septiembre las lluvias son menores y ya está concluyendo el mes y también el pronóstico, a eso me refiero con Incertidumbre. Entonces las administraciones de los gobiernos de los tres niveles no pueden apostar a esperar a que llueva, por eso es que se tiene que hacer esta gestión con todas estas medidas que hemos hablado”, concluyó el especialista.
LOS DESAFÍOS
En marzo pasado, con motivo del Día Mundial del Agua, El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), llevó a cabo la mesa de reflexión “Los desafíos en torno al agua en Nuevo León”, en donde se reflexionó sobre la problemática que se vive en la zona metropolitana de Monterrey por la crisis de abastecimiento de agua.
El doctor Salvador Corrales Corrales, del Colef, planteó un escenario complicado para la región. Dijo que ante el crecimiento urbano e industrial, es cuestión de tiempo que la presa de El Cuchillo se vacíe, por lo cual se deben encontrar soluciones urgentes y que sean efectivas en el mediano y largo plazo.
Aunado a lo anterior, enfatizó que los primeros en sufrir los efectos negativos serán quienes viven en las zonas marginadas de la ciudad, en donde habrán cortes en el suministro de agua cada vez más prolongados.
La doctora Yeminá Valdez Samaniego (Posdoctoral-El Colef), puntualizó que si en el imaginario social no se encuentra internalizado la práctica del uso racional de agua, condiciones climáticas, disponibilidad de agua, entre otras cuestiones, en la normatividad menos.
Explicó que en marzo del 2020 se identificó la problemática del agua que afrontaría la región, lo mismo aconteció en 2021, 2022, y la discusión vuelve a surgir en el año en curso. Por lo anterior, la especialista señaló que las políticas públicas o programas para la distribución de agua son de carácter reactivo.