“El amor entre dos mujeres es igual al de una pareja heterosexual: es identificarse con alguien, sentir que estás con la persona indicada, con la que te visualizas en la vejez… y que a algunos les parezca mal, siempre existirá”, dijo Mónica.
Ante ese amor y pese a la crítica social, cultural o religiosa, Mónica y Thelma han unido sus vidas de manera legal. Desde el pasado 8 de diciembre de 2012 son un matrimonio homosexual que vive feliz.
“Es un paso como el de cualquier pareja, pero muy especial para nosotras porque nuestro amor quedó asentado de manera legal, además buscamos una inclusión y se hagan valer nuestros derechos como pareja del mismo sexo”, expresó Thelma.
Añadió que aunque ahora existe un papel que las avale como matrimonio homosexual, siempre ha existido el compromiso de una hacia la otra. “Un buen día nos pedimos matrimonio y nos preparamos para la unión legal”, dijo.
El contrato legal como mujer y mujer, unidas en matrimonio, lo obtuvieron en el Distrito Federal, ya que en Nuevo León no se ha aprobado una ley para las uniones entre personas homosexuales.
“Hicimos los trámites y no tuvimos ningún problema. Incluso, la hermana de Mónica nos ayudó a investigar los requisitos, llenado de papelería y envío hasta que todo quedó listo en pocos meses”, explicó Thelma.
La pareja comentó que antes de iniciar el proceso, pensaron en contraer nupcias en las bodas multitudinarias que se hacen en la capital mexicana, pero al analizarlo mejor, decidieron que fuera algo único y más privado.
Y así fue… el 8 de diciembre del año pasado se dieron el sí. Todo fue tan normal como otra ceremonia civil, ante una juez, en compañía de sus testigos y hermanos de Mónica, quienes ya sabían sobre su relación.
Tanto Mónica como Thelma lucieron muy guapas; portaron unos bonitos vestidos en color beige; acudieron al salón de belleza para el maquillaje- peinado y no faltó el tradicional ramo de rosas naturales. La ocasión lo ameritó, pues finalmente serían un matrimonio.
“Nos sentíamos contentas y la juez nos habló muy padre que no descansó en su discurso hasta vernos llorar; nos habló del compromiso, del amor y cuando nos pidió intercambiar argollas, lloramos; fue muy emotivo”, comentó Mónica.
Posterior al enlace, tuvieron una pequeña fiesta con Rosy y su esposa, quienes las presentaron como amigas el 30 de mayo de 2009 y fungieron como testigos en la unión lega; también las acompañaron la hermana de Mónica y su cuñado.
ANTE LOS OJOS DE DIOS…
A ocho meses de feliz vida marital, Mónica y Thelma quieren formalizar su unión en la iglesia para darle un sentido más especial.
“Queremos hacerlo por la iglesia para darle un mayor solidez a nuestra relación porque ser bendecidas por Dios también es importante”, dijo la pareja.
Sin embargo, aún no deciden fecha para su enlace matrimonial en Casa de la Luz, Iglesia de la Comunidad Metropolitana de Monterrey, cristiana de inspiración, ecuménica, evangélica e incluyente.
“Queríamos que fuera el 30 de mayo porque ese día nos conocimos pero cae entre semana, entonces estamos buscando el día ideal para casarnos; si no es en el 2014, será dentro de dos”, expresó Thelma.
Elegir el día de la boda por la iglesia que ya permite la unión entre personas del mismo sexo es una decisión fundamental.
“Debe ser una fecha representativa para ambas, así que en eso estamos, además de que tendremos que ver las actividades que tenga la iglesia para hacerlo sin problema alguno”, dijo.
Lo que parecía imposible ante la comunidad o iglesia tradicional ya se puede efectuar en Casa de la Luz; matrimonios lésbico- gay.
“Hace 40 años un negro no se podía sentar en la parte delantera del autobús en Estados unidos y ahora el hombre más poderoso del mundo es negro… por qué no, algún día exista apertura a los matrimonio gay en la iglesia”, comentó Mónica.
Agregó que todo requiere de tiempo y lleva su proceso. “No se va a dar fácil pero las cosas pueden cambiar y en un futuro no muy lejano seremos una sociedad incluyente”, añadió Thelma.
Casarse por la iglesia no hubiera pasado por su mente si no hubieran conocido Casa de la Luz, comunidad a la que acuden desde hace tres años.
EL AMOR ENTRE HOMOSEXUALES PUEDE SER BENDECIDO
“Nosotros creemos en el amor, Dios es amor y lo bendice, por qué no hacerlo en su nombre”, dijo Alejandro.
Ante ese lema y la accesibilidad para permitir el matrimonio entre parejas homosexuales, Mónica y Thelma sellarán su amor ante Dios en un año o dos, tal como lo mencionaron.
“Creemos que Dios debe ser parte fundamental en la vida de las parejas y buscar que los matrimonios lleven su amor al altar es algo que siempre motivaremos, porque es dejarlo en sus manos, la paciencia y todo lo que se requiere para salir adelante”, declaró el Pastor.
Argumentó que Dios dice que no es bueno que el hombre esté solo pero tampoco es sencillo porque hay dos caracteres, dos sueños, pero llegar a ser uno es donde entra la magia del amor.
Con la unión religiosa en Casa de la Luz y fraternidad cristiana, “queremos mostrarle a la sociedad que nuestras relaciones son tan sólidas como una relación heterosexual”, dijo.
“Nuestro amor es tan puro y verdadero como el amor que puede existir entre un hombre y una mujer. Creo que todo es parte de un proceso de transformación y de cambio social”, comentó.
LOS REQUISITOS
Para poder contraer matrimonio en esta comunidad habría que cumplirse algunos requisitos, indicó el Pastor, puesto que tampoco se permite hacerlo sólo por decisión de los interesados; hay todo un procedimiento legal y espiritual.
“El requisito primordial para la celebración de la Santa Unión es que la pareja haya realizado su matrimonio civil en la Ciudad de México o el Contrato de Convivencia en Saltillo, Coahuila”, enumeró.
Cualquiera de los dos documentos es válido pero Alejandro dijo que hacen hincapié en contar con el proceso legal del Distrito Federal, ya que tiene una mayor aceptación en otros trámites jurídicos.
Por otro lado, agregó que deben tener una relación de mínimo dos años y posterior a ellos la pareja toma unas pláticas pre-matrimoniales.
“También se piden testigos, padrinos de lazo, anillos, de Biblia, arras y con estos elementos se lleva a cabo una ceremonia como las tradicionales”, explicó.
Para ellos, la definición de matrimonio no varía a la establecida en la sociedad en general.
“Es compartir no un momento sino una vida. Es un estado en el cual se vive con una persona de manera voluntaria y en donde el eje principal es el amor”, afirmó.
Para amar no hay diferencias… y esto lo vemos en Casa de la Luz, donde al menos, al año, se celebran 10 matrimonios.
“Varía la cifra, de pronto unos o unas andan muy animados pero también hay quienes sin bendecir su amor por la vía legal o eclesiástica, tienen más de 20 años juntos”, dijo.
Mónica y Thelma cumplen con los requerimientos que marca Casa de la Luz y por ahora planean sin prisa su próximo enlace eclesiástico.
Casa de la Luz: ilumina a comunidad lésbico-gay
Desde hace 15 años Casa de la Luz se ha convertido en un destello de paz para los homosexuales de Monterrey, sean hombres o mujeres, para vivir sin complejos su identidad o preferencia sexual y estar cerca de Dios.
Como iglesia, Casa de la Luz pertenece a una fraternidad universal; Iglesia de la Comunidad Metropolitana; cristiana, con un ministerio desde la diversidad y hacia la diversidad, donde se promueve la inclusión de la comunidad lésbico- gay.
“Nuestra principal enseñanza es presentarles a un Dios inclusivo que no discrimina pero hacerles ver también que la gente de nuestra comunidad puede reconciliar su espiritualidad con su sexualidad, recuperando su dignidad como personas y su relación con nuestro creador”, expresó Alejandro González, el Pastor.
Acudir a ese espacio religioso y acercarse con el creador, comentó el Pastor, nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos. “Cuando vemos que lo Divino no tiene ningún problema con tu identidad sexual trae libertad al ser humano”, dijo.
“Lo ayuda que prestamos es precisamente que las personas recuperen su dignidad porque el colectivo lésbico-gay está muy lastimada por el rechazo, la homofobia y la discriminación en todos los ámbitos”, argumentó.
Ante ese panorama desalentador que poco a poco ha ido cambiando, la iglesia tiene una labor importante; decirle a las personas que valen mucho y son importantes para Dios, independientemente de su preferencia sexual.
SON PARTE DE UN IGLESIA INCLUYENTE
“Empezamos a ir porque las amigas que nos presentaron ya se casaron ahí y fuimos sus madrinas de anillo”, dijo Mónica.
Nos gustó la apertura e inclusión a las mujeres lesbianas pero también a la sociedad en general que vamos cada semana a las celebraciones.
“Es agradable saber que estamos en una comunidad donde nos hacen parte de ella, aunque somos católicas desde niñas”, dijo Thelma.
Ahí no hay exclusión ni por Dios. El Pastor le da pláticas sobre la interpretación de la Biblia, porque aunque este documento sagrado diga que ser gay es pecado y así lo piensen la mayoría de las personas, se les ha dicho que existen connotaciones de la misma ante esta iglesia.
“Conforme vas estudiando, lo entiendes y nos da muchos gusto tener una iglesia que nos integra, que es muy organizada y tiene espacio para todos sin importar identidad de género”, puntualizaron.
DIOS ESTÁ AHÍ
“Creo que compartir esta visión con las personas de nuestra congregación es crear personas más sanas, que estamos dispuestas a luchar por nuestros valores, el respeto a nuestra persona y darlo.
“La sociedad debe reconocer, que yo, como gay, soy una persona con principios, valores y espiritualidad”, dijo.
Añadió que la gente a veces confunde y cree que homosexualidad es sinónimo de perversión o promiscuidad, y son cosas diferentes, argumentó, porque esto lo puede tener cualquier ser humano, sin tener en cuenta su condición social.
“Es cuestión de reeducar a la sociedad, demostrándonos como personas de bien y proactivos. Eso es lo que nosotros tratamos de hacer con nuestra congregación porque cuando salimos de estas cuatro paredes para la sociedad es extraño presentarnos como cristianos y gay”, comentó.
Sin embargo, añadió que cuando la gente te puede identificar como un hijo de Dios, aunque al principio se lleve la sorpresa, la perspectiva cambia y es lo que se busca.
“Poco a poco cada uno de nosotros somos testimonio del amor de Dios en nuestras vidas, que podemos afirmar: el Señor es mi Pastor y soy Gay”, aseveró.
UNA IGLESIA EN CRECIMIENTO
Para muchos es difícil creer o aceptar que exista una iglesia incluyente, sin embargo cada vez más personas asisten que hasta se tienen un proyecto de ampliar el edificio, ubicado en la calle Diego de Montemayor.
“De tres años para acá que yo llegué aquí he visto que existe un Dios todo poderoso que hace posible lo imposible; hemos crecido y vienen millares de personas porque tenemos una asistencia muy variada pero te puedo decir que comprometidos, vienen 100 gentes a nuestras reuniones semanales”, expresó el Pastor.
Ante esa afluencia se analiza el proyecto para hacer más grande el recinto religioso. “Ya está el plan y es posible que hasta tengamos que dobletear reuniones para llegar a toda la población posible”, dijo.
La gente que está lastimada, o que simple y sencillamente necesita a cercarse a Dios, independientemente de su identidad sexual, agregó, busca estos espacios no sólo para sentirse amado, sino también para refrendar su amor con su pareja.
Desde mayo de 2009, la vida de Mónica y Thelma cambió; se conocieron por medio de unas amigas y al paso del tiempo, luego de conocerse, se hicieron novias.
El 14 de febrero de 2012, Thelma decoró su casa con post it que enunciaban frases de Te Amo, eres la mujer de mi vida y le propuso matrimonio a Mónica.
“Yo estaba muy emocionada y contenta porque también quería casarme. Casi lloro y de inmediato le dije que sí”, recordó Mónica.
El encuentro que tuvieron hace cinco años rindió frutos; su enlace legal y futuro ante Dios consolidará su amor.
Atrás ha quedado esa insatisfacción por no estar con la persona ideal, pero sobre todo, ambas han aceptado su preferencia sexual. Mónica y Thelma confirmaron su homosexualidad después de los 20 años, pero ambas manifestaron que desde niñas tenían ese instinto. Aunque no necesitan gritarlo al mundo, compartieron su testimonio… Mónica sí reveló su preferencia a su familia y la han apoyado.
Thelma prefiere no decírselo a sus padres aunque intuye que saben de su relación con su pareja. A sus hermanos sí les dijo y le han brindado su amor incondicional.