Días después de que sus acérrimos rivales, los Rayados del Monterrey fracasaran en su participación en el Mundial de Clubes, los Tigres recibieron a Mazatlán para buscar su primer triunfo del torneo en casa.
La noche era fría y lluviosa, el aforo estaba reducido al 30 por ciento debido a los contagios por el Covid-19, pero nada de eso detuvo a los dirigidos por Miguel Herrera para que dieran un vibrante partido donde se anotaron, en total, siete goles.
Al final, los pocos aficionados que acudieron al “Volcán” se fueron contentos por haber presenciado un espectáculo entretenido y, mejor aún, que representó tres puntos para su equipo.