
La espera terminó. Todas las especulaciones quedaron atrás, aunque el sabor que le quedó a la militancia de ambos partidos es amargo porque el esperado “dedazo” se dio de ambos lados de la mesa.
Lo que nadie se explica todavía es cómo el PRI y el PAN determinaron a sus “gallos” para gobernador y alcalde de Monterrey la misma noche del 3 de febrero.
Los priistas se fueron muy temprano el 4 de febrero a la ciudad de México a pisar base y aceptar, aunque sea a a fuerza, la designación de los poderosos.
Tres días después del evento, Abel Guerra no se había presentado ante los medios de comunicación en una muestra de que las cosas no salieron como el quería.
Los panistas fueron los primeros en dar la cara y Larrazábal lo hizo a pesar de estar en desacuerdo.
Si la elección fuera hoy, en la carrera por la gubernatura Fernando Elizondo le saca mucha ventaja a Rodrigo Medina, del PRI.
En una encuesta realizada por Hora Cero entre 600 personas de distintos municipios del área metropolitana, Elizondo obtuvo un 48 por ciento de las preferencias, contra un 26.33 por ciento de Medina. Un 25.6 por ciento prefiere a otros candidatos.
En cuanto a la alcaldía de Monterrey la cosa está pareja. Fernando Larrazábal, que quería ser candidato a gobernador, tiene un 40.8 de las inclinaciones, por un 40.66 de Abel Guerra, quien también quería ser gobernador.
Así están las cosas antes de que inicien las campañas políticas más importantes de Nuevo León… ¿usted por quién vota? v