
Día con día en el área metropolitana, cientos de caballos carretoneros son sobreexplotados por sus dueños al ser sometidos a extensas jornadas de trabajo, llevando cargas excesivas de peso que apenas pueden soportar, y como muchos de ellos son rentados, no llegan a tener un solo día de descanso.
Para crear conciencia sobre esta situación, tanto a las autoridades como a los carretoneros, desde hace cuatro años el grupo Yolkati inició la lucha para salvaguardar el bienestar de los equinos.
“Hasta ahora nadie se había enfocado a ellos; hay grupos que defienden a los toros, a los animales de circo, perros, gatos, pero a los caballos nadie los había ayudado”, destacó Marisol Gómez Moreno, presidenta y fundadora de Yolkati Bienestar Animal.
Este grupo, cuyo nombre es un término náhuatl que significa “convertirse en animal”, comenzó labores desde marzo del 2010 con la finalidad de realizar brigadas de atención médica a los caballos.
Además de brindar atención a los equinos, Yolkati organiza campañas de esterilización de perros y gatos para evitar la sobrepoblación de animales callejeros, ya que de acuerdo a la dirigente del grupo, es una problemática que también les interesa.
“Se necesita que la autoridad regule el uso de los caballos”.
El proyecto más ambicioso de Yolkati para el futuro es poner en marcha un reglamento que regule el uso de los caballos como herramienta de trabajo.
“Hay veces que los caballos andan trabajando muy noche y causan accidentes, o si no los carretones traen cargando más de tres personas, hay carretoneros que los conducen en estado inconveniente y todo lo hacen porque nadie los regula”, aseguró la dirigente.
Entre las cláusulas del proyecto se encuentran que cada uno de los carretones traigan una “placa” que los identifique; llevar al caballo a verificaciones periódicas con un veterinario para que vea el estado en el que trabaja el animal y de no encontrarse en disposición, que sea suspendido de sus labores; procurar el buen estado del carretón; poner un horario de circulación de los citados vehículos; prohibir más de dos pasajeros en el carretón, entre otras más.
Hasta el momento, sólo el municipio de San Nicolás tiene un reglamento para los caballos, pero los integrantes de Yolkati buscan que tanto Guadalupe como Monterrey lo adopten.
“Hemos estado en pláticas con Margarita (Arellanes) desde que entró (a la alcaldía de Monterrey), al igual que en Guadalupe porque ahí es en donde los animales trabajan en más malas condiciones, pero a veces nos reciben y otras nos dicen ‘llámame después’ pero seguimos insistiendo”, afirmó Marisol Gómez.
Pero contrario a rendirse por las trabas de las autoridades, Yolkati ve más allá y busca que el Congreso apruebe la Ley de Protección y Bienestar Animal.
“Hemos estado asistiendo a unas juntas para crear esta ley, es nuestro objetivo a largo plazo”.
“Las brigadas son
muy costosas”
Debido a la falta de recursos y a la poca coincidencia de disponibilidad entre los colaboradores, el grupo organiza sus operativos ecuestres cada seis meses.
En estos, tanto los estudiantes de veterinaria y los voluntarios como los integrantes del grupo, realizan exhaustivas evaluaciones de los caballos para revisar su estado.
La presidenta del grupo afirmó que “nueve de cada 10 caballos que revisamos tienen anemia, están flacos y desnutridos”, además de que “la mayoría tiene rozaduras y heridas a causa de los arneses que a simple vista no se ven”.
Tras revisar los hocicos y patas de estos animales, se les practican curaciones en sus heridas y se coloca spray cicatrizante para evitar infecciones. A cada uno de los equinos se les inyecta la vacuna del tétano y se les desparasita.
Para completar su labor, los integrantes de Yolkati hablan con los carretoneros y les brindan consejos para mejorar el cuidado de sus caballos.
“Tratamos de hablar con los dueños convenciéndolos de que los caballos son su herramienta de trabajo y si el caballo está mal o muere pues ellos ya no van a poder trabajar.
“Hay personas que se han dedicado toda su vida a ser carretoneros y no saben que los caballos se tienen que desparasitar cada tres o cuatro meses, lo desparasitan una vez al año y así nunca va a engordar el caballo; además no le dan de comer lo que debe, un caballo tiene que llevar una dieta equilibrada y comer granos, alfalfa, avena, no nada más puro zacate o alfalfa… tratamos de convencerlos por las buenas”, mencionó Marisol Gómez.
El grupo regresa periódicamente para supervisar que los trabajadores sigan sus consejos y verificar a los animales, regalarles verdura y retroalimentar las inquietudes de los carretoneros para estar más en contacto con ellos.
Para realizar las brigadas, el grupo necesita como mínimo un monto de 4 mil pesos para solventar el costo de las medicinas y alimentos que se le dan a los equinos.
La inversión para cada uno de los caballos, entre vacunas y curaciones, es en promedio de 200 pesos.
“En cada campaña vemos alrededor de 50 caballos, no podemos hacerlas tan seguido porque son muy costosas”, comentó Marisol.
¿De dónde saca el grupo recursos para las brigadas? “Vendemos cosas”, indicó Marisol, “a veces nos donan ropa, zapatos, de todo y vamos y lo vendemos al mercadito o cosas así para sacar dinero”.
Otros de los productos que ofrecen a la venta son pasteles, quequitos, galletas y pays… para perros y gatos.
La dirigente del grupo comentó que las ventas de estos productos a través de las redes sociales han sido exitosas y si continúan con el mismo ritmo, en un futuro cercano podrían comenzar a organizar fiestas para las mascotas “con pastel, bolsitas, gorritos y todo”.
A su vez, cada vez que pueden se organizan junto a otras asociaciones para realizar eventos masivos y así recolectar ayuda para los animales.
La historia de Yolkati
Marisol siempre ha sido amante de los animales. Antes de comenzar su trabajo con Yolkati, ella por su cuenta rescataba perros y gatos y los daba en adopción, costumbre que mantiene hasta la fecha.
“A veces nos hablan de que hay perros abandonados en diferentes lugares y voy a recogerlos, los llevo a la veterinaria y luego a mi casa, los separo de mis mascotas para brindarles atención especial y empiezo a promoverlo para ponerlo en adopción si es que ya está sano y esterilizado”, comentó.
Fue gracias a su labor como rescatista de mascotas que la presidenta de grupo se involucró cada vez más con los animales y se relacionó con personas con sus mismas inquietudes, para al final formar el grupo pro ecuestre.
Apenas seis personas integran de forma fija Yolkati, pero en cada campaña equina cuentan con el apoyo de diversos voluntarios y de los alumnos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
“Todos tenemos nuestras ocupaciones pero le dedicamos todo el tiempo que podamos al grupo. Tenemos muchos planes, hay muchas cosas que hacer pero sí nos hace falta más gente”, reveló Marisol Gómez.
Actualmente el grupo se encuentra en trámites para convertirse en asociación y así poder recaudar más recursos para ampliar su labor de ayuda más allá del área metropolitana.
“Nos gustaría ir por ejemplo a Villa de Santiago, porque muchos reportan que a los caballos los utilizan para subir a la gente hasta arriba del paseo y los animales muy a penas pueden porque suben a muchas personas al carretón y como van de subida, los caballos se resbalan y se caen; nos gustaría ir a ver esa situación por allá”, señaló la líder del grupo.