Convertido en un personaje mediático tras la pandemia del Covid-19, Manuel de la O Cavazos, secretario de Salud de Nuevo León, dice en entrevista con Hora Cero que Nuevo León va rumbo a una “situación tétrica” con el aumento de contagios y defunciones.
El encuentro con el funcionario se llevó a cabo el viernes 16 de julio cuando en el Estado se reportaron 511 contagios y 10 defunciones, mientras que para el cierre de esta edición 27 de julio la cifra superaba los mil contagios diarios.
De la O acepta que ha sido “el malo y el bueno” de esta pandemia, porque ha recibido críticas por el cierre de negocios, pero también ha luchado de la mano de la ciudadanía para combatir el Covid-19.
Al funcionario le preocupa que el porcentaje de vacunados con ambas dosis en la entidad es inferior al 23 por ciento, y que en la tercera ola los niños, adolescentes y adultos jóvenes se convirtieron en los nuevos “focos de contagio”.
“Hace unos meses le dije a mi gente que en julio tendríamos una tercera ola, observando cómo se comportaba la pandemia en otros países. La primera ocurrió en julio, la segunda cinco o seis meses después y espero que no nos toque sufrir una cuarta.
“Al día de hoy hay más contagiados de ese sector al que llamábamos el grupo fuerte y que presumíamos que no les pasaba nada. Me preocupaba enormemente ver a jóvenes intubados en los hospitales”, afirmó.
En un año y cuatro meses de pandemia, el doctor De la O experimentó el dolor de miles de neoleoneses al morir de Covid-19 un hermano de su madre, “el tío Pepe”; un hermano se salvó y su hijo medio se contagió.
— ¿Crees que está fallando el autogobierno familiar para que los jóvenes no tomaran vacaciones o festejaran sus graduaciones?
Cuando nosotros éramos pequeños, existía una disciplina mucho más estricta de padre a hijo. Con la pura mirada se imponía el respeto y siempre a nuestros padres les hablamos de usted.
Los jóvenes son respetuosos, empiezan la adolescencia y quieren “reventar el mecate”, comenzando con el reto de la autoridad. Se jactan de pensar diferente y argumentan que ya tienen edad suficiente para tomar decisiones de peso.
Utilizan excusas y pretextos como el aburrimiento, el hartazgo de estar encerrados e incluso dicen que no les pasará nada. Los padres observan a sus hijos y les conceden el permiso siempre y cuando se cuiden.
Desconocen el riesgo de adquirir del virus, llegan a sus reuniones y se olvidan de todos los protocolos sanitarios, que si la selfie o que si el baile, lo que incrementa el riesgo de contagio.
Se necesita estar muy al pendiente de los jóvenes porque no están vacunados, y es por eso que seguiré insistiendo, aunque mis palabras no les gusten a las autoridades federales porque soy muy franco, hay que decir las cosas como son.
—¿Es más peligrosa la gente que no entiende, que las variantes de Covid?
Es una combinación de todo, hay siete cepas en Nuevo León, principalmente la Alfa y Delta, que también están en Tamaulipas.
El que busca encuentra y si nosotros hacemos pruebas nos damos cuenta de la situación, tenemos cerca de 33 pacientes infectados con la variante Delta y los que faltan por sumarse.
También es preocupante que hay personas con su esquema de vacunación completo y que se contagiaron. El Covid modifica su forma y estructura para seguirse multiplicando y burlar la protección que nos otorgan las vacunas.
Ante este virus que no deja de causar estragos, nos corresponde seguir avanzando con la vacunación, desarrollar nuevas vacunas, investigar sobre una revacunación o agregar una tercera dosis, e incluso convertirla en una vacuna estacional como la influenza.
— A esas personas vacunadas, ¿les pides que no se confíen ante el riesgo de morir?
Claro, la recomendación de un servidor para todas aquellas personas vacunadas contra el Coronavirus es que no bajen la guardia. La vida se acaba en un instante, las vacunas son muy efectivas para prevenir las formas graves o la muerte, pero no tienen un 100 por ciento de efectividad.
— ¿Ante la saturación en algunos hospitales privados, hacia dónde va Nuevo León, vamos a un escenario tipo julio 2020 o febrero 2021?
Estoy muy preocupado, he tenido reuniones periódicas con mi equipo y los directores de hospitales privados. Estamos en estado de alerta y viene el “tsunami de Covid” que no tarda en alcanzarnos.
Nadie sabe qué tan fuerte va a pegar. Los epidemiólogos más famosos del mundo se han equivocado, lo único que sé es que va a estar tétrica la situación. El grupo de jóvenes es inmenso, sumado a que el porcentaje de vacunados sigue muy bajo.
— ¿Se va a mantener la baja mortalidad a comparación de febrero, donde fallecían 40 personas en promedio?
Es muy probable que vayan a aumentar las defunciones. Ante el reducido número de muertes del mes de junio me llegaron a decir que tendríamos días donde no registraríamos decesos, pero yo fui escéptico.
Me encantaría que ya no hubiera muertes por Covid, pero incrementarán como parte de la tercera oleada. Si bien los jóvenes se recuperan más rápido, no están exentos de sufrir o perder la vida ante el Covid.
— ¿En este año y cuatro meses, pensaste en tirar la toalla?
No. Siempre he tenido en mi vida una responsabilidad y he tratado de hacer mi trabajo de la mejor manera. Hago un esfuerzo importante y no he dejado de impulsar y proteger a mi equipo.
Hoy la Secretaría de Salud tiene 12 mil 500 empleados, todos muy comprometidos, trabajadores y entregados. Todo el personal médico de Nuevo León son héroes y heroínas.
En el plano personal me separé de mi esposa e hijos por el riesgo de contagio. Aunque uno tenga la mente concentrada en el trabajo, hay que cuidar lo que más amas: la familia.
— ¿Cuáles fueron los momentos más difíciles de la pandemia que te quebraron?
Fueron varios días en donde despertaba por las noches escuchando los gritos de todas esas personas que perdieron a un familiar.
En mi celular tenía muchos mensajes donde hablaba con los pacientes, me decían que los iban a intubar, me pedían que no me alejara de ellos y días después perdían la lucha contra el Covid.
La gente piensa que los médicos, por convivir con pacientes graves, son fríos e insensibles. Todo lo contrario, y al igual que todos, lloramos y en esta pandemia no ha sido la excepción.
También cuando nos vimos obligados a cerrar negocios y tener restricciones me recordaron incontables veces a mi mamá. ¿Qué culpa tenía ella? Me pintaron como el malo de la película, pero también he sido el bueno porque no he dejado de dar mi mayor esfuerzo en esta pandemia.
— ¿Ha muerto alguien cercano a ti por Covid?
En mi familia un hermano de mi madre, mi tío “Pepe”. Lo quería muchísimo, estuve al pendiente de su salud, sentí mucha tristeza cuando perdió la vida e impotencia de no haber podido ayudarlo más.
Un día que estaba en una de las brigadas Covid me marcan para comentarme que mi hermano Óscar traía una saturación de entre 95 y 96 y durante la mañana bajó a 84. Suspendí la brigada, me fui a su casa, lo trasladamos al hospital y afortunadamente pudo salir adelante.
Mi hijo también se enfermó, lo tuve internado en unos cuartos de mi clínica y logró vencer al virus. Son situaciones que duelen hasta el tuétano, pero hay que salir adelante, seguir luchando y perseverando. La vida sigue y nos corresponde cuidar a una sociedad que no deja de sufrir por tantas pérdidas humanas.
— ¿Fue casualidad que antes del 6 de junio sobraran las vacunas? ¿Fue una estrategia electoral del gobierno?
Yo siempre he mencionado que la salud no se politiza. Cuando tú politizas la salud se echa a perder todo. En ella no hay colores ni partidos. Te puedo decir que un servidor ayudó en las jornadas de vacunación a alcaldes del PRI, PAN y Morena, por mencionar algunos.
Existe un problema de desabasto a nivel mundial, hay un problema de producción y los países más poderosos del mundo las acapararon. Batallamos enormemente para conseguir vacunas y nadie las puede comprar en este momento.
Afortunadamente estamos recibiendo más dosis y esperemos no dejen de llegar. He estado en constante diálogo con las autoridades federales y hay que seguir avanzando y perseverando.
— ¿Crees que México también tenga una pandemia de no vacunados como en Estados Unidos?
No en Nuevo León, porque gracias a los medios de comunicación y las ruedas de prensa diarias, hoy la gente nos cree y tiene fe que el sector salud los está cuidando. Son muy pocos los que no creen en la vacuna.
He estado observando la situación de Chiapas. La gente no va a vacunarse por falta de educación en salud, persisten los módulos vacíos e incluso lanzaron la campaña “DosMásUno”, en la que si un joven lleva a dos adultos mayores de 40 años a vacunarse también recibe la dosis.
— Si de ti dependiera, ¿qué medidas tomarías para hacer entender a la gente?
Hoy en estos momentos de la pandemia, le pediría ayuda a los “influencers” a que dirijan el mensaje a los jóvenes que se sienten prácticamente invencibles y poderosos ante este virus.
Podemos seguir reforzando las medidas que ya conocemos, pero hoy el objetivo es claro: concientizar a los jóvenes.
— Sobre el tema del regreso a clases presenciales, ¿qué les dices a los que se oponen y los que están a favor?
Como maestro en la Facultad de Medicina puedo decirte que me encanta la educación. Quiero que regresen las clases presenciales, pero obviamente la prioridad es la salud.
Hay muchísimas presiones, recientemente un grupo de padres de familia de un colegio en específico quiere abrir en los niveles de preescolar y etapa inicial. No me dejaron platicar con ellos porque estaban molestos.
Si las condiciones epidemiológicas no lo permiten, no vamos a abrir. El que abra y no tenga el permiso de las autoridades de salud y educación, lo vamos a cerrar. No les puedo asegurar al 100 por ciento que las clases volverán en agosto. Veo un escenario complicado.
— Si tuvieras un hijo menor de 10 años, ¿lo llevarías de la mano a un salón de clases?
No. Hoy la pandemia nos enseñó demasiadas cosas y nos obligó a otras como la educación a distancia y trabajar desde casa.
— ¿No descartaría recurrir de nuevo a las instituciones de seguridad para obligar a la gente a cumplir las medidas sanitarias?
Quiero aprovechar para enviar un mensaje a la población. Mi equipo de salud, de la Subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario estará realizando operativos junto a Fuerza Civil y aquel establecimiento que no cumpla lo vamos a cerrar.
Seré de mano dura, volverán las multas y no contestaré el teléfono para perdonarles su incumplimiento. Lo hemos dicho muchas veces, si no respetan las restricciones de horarios y aforos, habrá consecuencias.
— Termina el sexenio del “Bronco”, ¿quisieras continuar para no dejar ningún pendiente en este año y cuatro meses de pandemia?
Yo creo en Dios, él tiene una misión para cada uno en la vida y me llevará por el rumbo más adecuado para servir a la población y cumplir mis objetivos, siempre ha sido así y él me llevará al sitio adecuado.
Hace dos años estuve al borde de la muerte por una cornada de toro y Dios me dejó vivo para enfrentar esta pandemia. Mientras tenga vida y salud, voy a seguir haciendo lo que me apasiona: dar consultas, ver pacientes e impartir clases.
— ¿Y si te llamara el gobernador electo?
Ya platicaremos y partiendo de ahí, tomaría una decisión…