
Una ciudad que presume ser industrial y uno de los principales aportadores al Producto Interno Bruto del país puede tener muchas virtudes, pero posee grandes carencias, entre ellas, la inaccesibilidad para la gente con discapacidad.
El pasado jueves 12 de octubre, Samuel Isaí Ornelas, de 25 años de edad, sufrió un accidente fatal al interior de las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metrorrey, específicamente en la estación San Bernabé perteneciente a la Línea 1, la última estación antes de llegar a la Terminal Talleres, al norponiente de la ciudad.
Y es que Samuel era una persona invidente que se disponía a tomar el Metro, precisamente en dirección a Talleres, cuando ante la falta de guías podotáctiles y sin que hubiera algún guardia de estación que lo apoyara, provocó que cayera a las vías en el momento que un tren arribaba a la estación.
A juzgar por las imágenes difundidas por las autoridades de Protección Civil y las versiones extraoficiales que surgieron, Samuel se encontraba en el andén cuando el chofer del tren hizo el llamado de aviso de que estaba a punto de hacer alto total.
Ante esto Ornelas, guiado por su bastón, caminó hasta la orilla del andén en el momento que los vagones estaban a punto de frenar por completo y cayó causando su muerte instantánea.
Samuel, además de trabajar en un cine para sacar adelante a su mamá que también es invidente, pertenecía a la Asociación Deportiva de Ciegos y Débiles Visuales de Nuevo León, en la que se dedicaba a entrenar a personas de su misma condición para el futbol adaptado.
El suceso generó una reacción inmediata natural en la comunidad regia que se indignaba en redes sociales al expresar que lo sucedido pudo haberse evitado de muchas formas.
EL CRECIMIENTO URBANO
La ciudad de Monterrey ha crecido a pasos agigantados, pues de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la década de 1960, el estado de Nuevo León llegó al primer millón de habitantes. 60 años después, según los Censos Poblacionales, se superaron los 5 millones 700 mil habitantes en todo el estado, de los cuales, más de 3 millones 900 mil viven dentro de los municipios considerados dentro del área metropolitana.
Debido a este crecimiento, en 1991 el entonces gobernador de Nuevo León, Jorge Treviño Martínez, inauguró la Línea 1 del Metro, que inicia en la estación Exposición, en la zona del centro de Guadalupe y llegaba a San Bernabé para, posteriormente, extenderse hasta Talleres.
Pero desde esos años, nunca fue prevista la gente con alguna discapacidad o los de la tercera edad, pues basta un recorrido para observar lo que envuelve a una estación de Metrorrey y darse cuenta que muchas de ellas son inaccesibles para estos sectores de la población.
De acuerdo al INEGI, de las casi 6 millones de personas que habitan Nuevo León, el casi 14 por ciento de ellas, es decir, poco más de 800 mil personas, sufren de alguna discapacidad, donde el 46 por ciento son incapaces de caminar, subir o bajar y el 42 con discapacidad visual aún con lentes, incluyendo que hay personas que poseen las dos.
La Estadística de Transporte de Pasajeros Urbanos revela que solamente en el mes de julio de 2023, el Sistema de Transporte Colectivo Metrorrey, atendió a 10.8 millones de pasajeros convirtiéndose en el principal medio de transporte público.
LOS PROBLEMAS
Tan solo en la estación San Bernabé, donde perdió la vida Samuel, hay que subir 70 escalones desde la banqueta hasta el andén donde se espera el tren.
Además, en las las Líneas 1 y 2 no existe una guía táctil en el suelo para ayudar a las personas invidentes o débiles visuales con bastón. Tampoco existen nomenclaturas en código braille.
Como si se tratase de una broma de mal gusto, al interior de esta estación, pasando los torniquetes existe un mural en color blanco con el abecedario en sistema braille.
Al llegar al lugar del accidente de Samuel, es evidente que éste pudiera darse cuenta de qué tan a la orilla se encontraba del andén, porque aunque existe una línea amarilla elaborada de mosaico, no es podotáctil.
En la avenida Aztlán, bajo la estación mencionada, no existe ningún paso de cebra o semáforo que ceda el paso a las transeúntes, exponiendo así la integridad de las personas.
La Línea 3, inaugurada en 2021 por el entonces gobernador Jaime Rodríguez Calderón, es la única que cuenta con herramientas inclusivas para las personas con discapacidad.
Aquí todas las estaciones cuentan con escaleras eléctricas, elevadores, código braille y guías podotáctiles.
Sin embargo, no han faltado los reportes de que las escaleras eléctricas se encuentran fuera de servicio o apagadas.
Además
Sin embargo, existen quienes por ahorrarse unos pasos, usan los elevadores de uso exclusivo para personas con discapacidad.
Buscando mejoras las condiciones del servicio, las autoridades Metrorrey iniciaron con la construcción de un elevador en la estación Eloy Cavazos… que tiene 30 años de estar operando.
En el Sistema de Transporte Ecovia, que prácticamente funge como frontera entre el norte y sur de la ciudad, atravesando 30 kilómetros de poniente a oriente por la avenida Abraham Lincoln y Adolfo Ruiz Cortinez, las condiciones son cuando menos mínimas.
En este sistema inaugurado en 2014, cada estación cuenta con un semáforo visual y auditivo para cruzar la calle o avenida, así como las guías táctiles y, al menos, un guardia de seguridad encargado de verificar que se efectúen los pagos y el apoyo a pasajeros.
En el caso de los autobuses del transporte público, la situación es aún más crítica, pues las paradas de camión son prácticamente improvisadas por los usuarios o los transportistas.
Un servicio con mucha demanda
:: Metrorrey:
10 millones 894 mil 497 usuarios
:: Transmetro:
2 millones 733 mil 871 usuarios
:: Ecovía:
1 millón 17 mil 801 usuarios
:: Metrobús:
483 mil 237 usuarios
Fuente: Estadística de Transporte Urbano de Pasajeros de INEGI del mes de julio de 2023.