Con el nacimiento de las estéticas unisex, irónicamente otro negocio del mismo giro estuvo a punto de morir: las peluquerías o barberías.
Y es que los negocios exclusivos para hombres, atendidos principalmente por mayores, perdieron un alto número de clientes al negarse a renovar sus estilos de corte y afeitados.
Sin embargo, actualmente el negocio de barbería se está recreando en la ciudad, regalando a los varones un nuevo concepto de espacio y servicio.
Este es el caso de “Bravos”, un negocio instalado en el corazón de Monterrey, que de la mano de su joven propietario, Orlando Damián Flores Salazar de 27 años, busca rescatar el negocio de las barberías.
“La gente que tiene barberías desde haces años se quedó con lo mismo, nunca innovaron, entonces tal vez a la gente ya no se les hacía nada novedoso, nada nuevo”, comentó el joven.
Egresado de la carrera de Diseño Industrial, Damián reconoce que no está creando nada nuevo, sólo trata de innovar la esencia de la antigua peluquería.
“No se está inventando nada, nada más se están tomando las raíces de la barbería. Se hizo una pequeña investigación con gente local, con barberos, se les preguntó cómo se trabajaba y se les dio un toque innovador a esas barberías que ya existen”, afirmó el vecino de la colonia Tijerina.
La intención es la misma: crear un espacio para caballeros en el que se puedan relajar, platicar y distraer mientras esperan su turno en la silla, todo en un ambiente más jovial y original.
“Es el hecho de que uno va a la peluquería y te atienden por sacar el dinero, aquí lo que se trata es que llegues a un lugar cómodo, que te sientas a gusto y que te tomes tu tiempo para que te den un servicio, el servicio de peluquería en este caso”, mencionó Flores Salazar.
“Hacerte sentir en familia, que llegues, que te reciban bien, que te traten bien, que era lo que antes se hacía. Que te salgas de tu rutina, del trabajo, vengas, te cortes el pelo, estés un rato con nosotros, que te salgas de un círculo un poco”, añadió.
Localizado en la calle Abasolo, entre Doctor Coss y Diego de Montemayor, en Barrio Antiguo, “Bravos” se hospeda en un inmueble tradicional del área, con acabados coloniales que hacen un perfecto contraste con los detalles modernos del negocio.
Así mientras un cliente espera en uno de los originales sillones y bancas, puede alegrar la vista con artículos de caza postrados en el suelo, dibujos hechos a mano colgados en la pared y hasta una motocicleta que adorna temporalmente el lugar, sin olvidar el tradicional “dulce” rojo y azul, característico de las peluquerías.
Y es que lo que su propietario Damián siempre buscó fue que “Bravos” ofreciera un espacio que llame la atención y que sea cómodo para los caballeros.
“Para que exista ‘Bravos’ ha participado mucha gente, amigos que tienen algo que ver con lo que es ‘Bravos’: las decoraciones, los diseños, la administración, todo ha sido una colaboración de mucha gente para que pueda ser ‘Bravos’ realmente”, comentó el entrevistado.
“Se quiso hacer algo exclusivo para el hombre porque a lo mejor uno va a la estética y se siente presionado porque está la mujer esperando su tinte, lo que queremos es que llegues y te hagan tu corte”, añadió.
El concepto de “Bravos” nació hace un año en la colonia Tijerina de Monterrey, en donde un pequeño local sirvió para dar los primeros destellos de luz a su anhelo: poner a las barberías nuevamente en el gusto del público masculino.
Tras casi un año de “dar choques eléctricos” para revivir el negocio de la peluquería en su colonia, el joven decidió expandir sus horizontes hacia el centro de Monterrey, aprovechando el “boom” que este tipo de negocios está retomando en la ciudad.
En Barrio Antiguo el local ya tiene poco más de un mes de existencia.
Previamente, Damián realizó un pequeño estudio con las barberías locales para conocer el motivo del porqué decayeron en el gusto de los caballeros y encontró que la resistencia a innovarse fue lo que las llevó casi a la sepultura.
Por tal motivo, el regiomontano imprimió un toque de frescura a su negocio, que les da certeza a los clientes que pueden recibir desde el corte más tradicional hasta el más vanguardista.
“Soy diseñador industrial, fui educado para hacer las cosas bien”, expresó Flores Salazar.
“Mi mercado son jóvenes que a lo mejor no quieren ir con un señor, quieren ir a un lugar más fresco”, agregó.
Al considerarse detallista, pues trata de poner mucha atención a cada corte, el joven asegura que trata de innovarse constantemente para no perder vigencia y postergar la vida de las barberías.
Aunque actualmente los cortes tradicionales de las décadas de los 30, 40 y 50 regresaron, el mundo de los cortes de cabello se rige por tendencias que están en constantes cambios
“Trato de ver otros lugares, actualizarme, ver lo que está pasando en Europa, Estados Unidos, la idea es siempre estar viendo para saber qué es lo que viene y qué es lo que le conviene a ‘Bravos’”, aseguró el entrevistado.
“Aunque siento que cuando pase (la moda) no me preocupa (quedarme sin clientes) porque la gente que va a seguir viniendo, es la gente que le gusta el concepto de ‘Bravos’”, añadió.
Y es que la intención de Damián es convertir a “Bravos” en una marca que, además del servicio de cortes, venda desde ceras para el cabello hasta artículos de belleza para la piel y demás.
“Hay un ‘boom’ (de barberías), pero quiero imprimirle un detalle, en este caso tal vez es el lugar, pero también quiere evolucionar”, mencionó el regiomontano.
Actualmente, un servicio de corte en el establecimiento cuesta 100 pesos, pero el joven asegura que la satisfacción del cliente es tal, que algunos deciden pagarle un poco más.
EVENTO MASIVO
En su intención por colocar a “Bravos” como una marca amigable y en base a una tragedia familiar, Damián planea un evento masivo en Monterrey que pueda aportar un poco de ayuda a quien más lo necesite.
“‘Bravos’ es un concepto muy amigable, que trata de ayudar a las demás personas porque existimos gracias a otras personas”, comentó el entrevistado.
Cuando su tía falleció de cáncer, el joven decidió usar su talento con las tijeras para apoyar a alguien más.
Un determinado sábado, el cual aún no había sido definido hasta el cierre de la edición, busca cortar el pelo sin costo alguno, sólo con la aportación voluntaria y lo recabado se iría a beneficio de un desprotegido.
“La idea es que la persona llegue, se corte el pelo y que deja la cooperación voluntaria, que va para beneficio de alguien”, comentó el diseñador gráfico, quien tiene la intención de invitar a más peluquerías para que se sumen a su causa.
Entre cortes y buenas intenciones transcurre la vida de Orlando Damián Flores Salazar, el joven de 27 años cuyas tijeras buscan colocar nuevamente en el mapa un negocio que parecía estar a punto de morir: las barberías.