David Ceballos no duda ni por un segundo cuando afirma que, del 22 al 25 de junio, vivió los peores días de su vida.
Durante esas 96 horas, este joven integrante de una empresa familiar sufrió con la idea de saber que, en un segundo, la vida de su esposa Ingrid y Belén, su hija aún no nacida, podían terminar debido al Covid-19.
Durante esos cuatro días David no sólo recuperó la fe en la humanidad, sino en las redes sociales, desde donde se tejió una impresionante cadena de oración y favores que permitieron que su esposa se convirtiera en una involuntaria protagonista de la historia de México.
Y es que Ingrid es la primer mujer embarazada en el país que recibe el tratamiento de plasma para combatir el Coronavirus, lo que le permitió salvar su vida y la de su bebé en su vientre.
Esta increíble historia inició el 13 de junio cuando David decidió acudir a hacerse la prueba, pues él también estaba empezando a tener síntomas, y se había enterado de que un compañero de su empresa había dado positivo a Coronavirus, quien incluso tuvo que ser intubado.
“Ahí fue cuando prendimos la alarma pues yo empecé con síntomas, luego mi papá y mi hermano, pues todos trabajamos juntos”, dijo.
Le pidió su esposa que lo acompañara a hacerse el muestreo, pues el contacto entre ambos había sido constante.
En ese entonces, la preocupación de David era su pequeño hijo Salomón, de apenas dos años, quien no se separaba de su mamá ni por un segundo.
Veinticuatro horas después de aplicarse la prueba la familia recibió el diagnóstico que se temían, pero también esperaban: eran positivos al Covid-19.
Debido al embarazo de su esposa, quien entonces no presentaba síntomas de la enfermedad, David decidió aislarse y permitir que ella se quedara con el niño.
Durante esa semana el joven presentó tos, dolor de pecho y malestar general, mismos que pudo ir sorteando poco a poco.
Pero la noche del sábado 18 de junio, Ingrid le informó que no se sentía muy bien y que, incluso, tenía problemas para respirar.
A la mañana siguiente y al ver que su esposa embarazada no mejoraba, David decidió no perder más tiempo y la llevó al Hospital San José.
“Fuimos los tres porque la verdad no era un caso extremo, no era que no pudiera respirar nada, por eso creíamos que sólo iba a ser una valoración, pero pues nada, le dijeron que tenía neumonía, que se tenía que quedar. Ahí fue donde empezó la semana más fea de mi vida”, recordó.
Como David era positivo al Coronavirus, tuvo que esperar la valoración de su esposa desde el auto. Fue ella misma quien mediante una llamada telefónica le informó que debía quedarse internada. Fue la última vez que la vió en persona durante los siguientes angustiantes días.
Pasaron las horas y la comunicación telefónica entre Ingrid y David era constante. La joven informaba a su marido que su salud no mejoraba y la mañana del 22 de junio -cuando escuchó su voz por última vez-, la joven le informó que los doctores estaban muy preocupados pues no estaba oxigenando bien y debían intubarla.
David recuerda que en ese momento apenas acertó a darle algunas palabras de aliento a su esposa.
“Yo me acuerdo que le empecé a decir que ella es una guerrera, es una mujer fuerte, que vamos a pasar todo esto con la mano de Dios, pero la verdad sinceramente mi mujer siempre ha sido una mujer muy luchadora, muy dada para adelante y pues lo que hice fue recordarle lo que es también por la Belén; en sí ese fue el mensaje”, indicó.
De ahí en adelante, toda la comunicación que David recibía era de los tres médicos que estaban al pendiente de su mujer: un neumólogo, un internista y un neonatólogo, quien vigilaba la salud de Belén.
David aseguró que hubo un momento en que este médico le informó que estaba listo para que, en un determinado momento llevar a cabo el procedimiento para adelantar de urgencia el nacimiento de la bebé.
Esta alerta no era en vano, pues la salud de Ingrid no mejoraba y fue cuando los médicos, en un intento desesperado por salvar a la joven, recomendaron administrarle el plasma, un tratamiento que apenas está en experimentación pero que en Nuevo León ha dado muy buenos resultados.
Urgido por encontrar las plaquetas que necesitaba, David recurrió a las redes sociales, donde miles de personas no sólo ofrecieron el plasma que su esposa requería, sino oraciones y buenos deseos que reconfortaban un poco al joven esposo.
Este movimiento surgido en las redes sociales demostró a David que, más allá de los horrores y las malas intenciones que abundan en ellas, existe un sector de sus usuarios que está dispuesto a ayudar y a brindar su apoyo desinteresado cuando se necesita.
La decisión de administrarle plasma a Ingrid fue la correcta, pues apenas 24 horas después de la primer dosis la joven comenzó a presentar mejoría. Una segunda transfusión le ayudó a vencer la enfermedad.
“Ingrid es la primer mujer embarazada que recibe plasma en México. Hasta cierto punto fue un experimento, por decirlo de alguna manera, pues había muchos doctores atrás de esta decisión; realmente hubo un consenso entre ellos, y estoy muy agradecido pues había un mundo de personas que estaban al pendiente de la reacción tanto de ella como de Belén, pero gracias a Dios todo funcionó muy bien”, expresó.
Sintiendo un el alivio de aquél que se despoja de una enorme carga de sus hombros, David atesora en su corazón el 26 de junio, día de su cumpleaños, cuando le informaron que su esposa estaba reaccionando muy bien a los tratamientos y que seguramente en cuestión de días sería extubada.
“Ese día fue cuando recibí la mejor noticia de mi vida. Ahora le digo a Ingrid que siempre me da los mejores regalos de cumpleaños, pero ese fue el mejor”, indicó.
Recordó que un par de días después recibió una videollamada de los médicos, quienes le mostraron la imagen de Ingrid, libre del ventilador y consciente, mostrándole el dedo pulgar en alto, como muestra de que todo estaba bien.
Esta señal fue suficiente para David, quien sabía que aún no podía hablar con su esposa pues, debido al proceso de entubación, su garganta estaba lesionada.
“Toda esa semana era como si yo anduviera cargando todo el tiempo un chango y en ese momento es como si se fue el chango. Literal sentí que estaba cargando una losa muy pesada y en ese momento solté… simplemente solté”, manifestó.
Aún en estos momentos en que Ingrid se está recuperando en casa, la joven necesita estar en descanso absoluto, por al menos dos semanas, tiene que tomar medicamento y hacer unos ejercicios de respiración para ayudar a sus pulmones a recuperarse totalmente.
“Lo de la extubada es otro rollo por todo lo que te ponen, además de que literal necesitas dos días para poder empezar a hablar porque las cuerdas vocales se dañan, la garganta está rasposa. De hecho Ingrid me dice que la salsa le pica mucho pues ella sigue lastimada, pero bien”, precisó.
Hoy que la familia por fin se encuentra reunida, David quiere dejar pasar unos días para acudir ante las autoridades sanitarias y convertirse en donador de plasma, con lo que espera poder ayudar a otros enfermos a repetir el milagro de su esposa.
Irónicamente, Ingrid no podrá ser donadora, pues de entrada su embarazo se lo impide, además de que los doctores anticipan que al dar a luz a Belén, todos los anticuerpos que se crearon durante su enfermedad, se perderán con el parto.