
El 6 de marzo pasado el Gobierno de Nuevo León descartaba casos de COVID-19 en la entidad, las recomendaciones para evitar el contagio entre la población eran básicas: lavado frecuente de manos con agua y jabón, utilizar gel antibacterial, cubrirse al toser o estornudar la boca y nariz con el ángulo interno del brazo o un pañuelo desechable.
Un mes después la rutina de vida de algunos regiomontanos se ha modificado al extremo, con personas que evitan el contacto físico entre miembros de su propia familia, además de que deciden bañarse y lavar la ropa cada vez que tienen que salir y regresan a su hogar.
México es uno de los países que se caracteriza por no poner límite a sus afectos en público y menos en el círculo familiar, aunque también existen las personas introvertidas quienes les gusta mantener su espacio personal o no están dispuestos a hacer una demostración de afecto.
Pero al parecer la pandemia ha modificado en poco tiempo este estilo de vida en Nuevo León, como lo aseguró Leticia Martínez, madre de familia
“En la casa nadie se saluda de beso, ni abrazo, ni nada. Mi niña de 11 años y mi esposo son muy amorosos y ha sido muy difícil, porque de hecho se les olvida y de lejos les grito no se toquen, no se besen, y si es difícil pero necesario.
Por su parte Patricia, quien también se dedica a las labores del hogar dijo: “Los besos y abrazos ya los eliminamos en la familia, en un principio no te acostumbrabas porque por instinto lo hacías y ahorita ya nada de eso”.
Amparo Morín también reconoció el cambio en la manera de convivir con su familia: “el contacto físico de besos y abrazos quedo suspendido por el momento, solo mantenemos seguir con las bromas para seguir felices”.
Alfredo, padre de familia, dijo: “En mi familia son tres pero me encargo de mis papás y un hermano. El contacto físico en mi familia no puede ser, con mis papás llego y les dejo las cosas en un punto, luego cuando voy a mi casa tengo que bañarme y si voy a salir regreso y vuelvo hacer eso. El contacto con mi esposa, estamos juntos y convivimos y tal vez les puedo dar un poquito más de cariño pero es mínimo y cuando salgo definitivamente con nadie”.
Hay familias que siguen las recomendaciones oficiales, pero se resisten a dejar de mostrar afecto o muestras de cariño hacia sus parientes.
“Si ha modificado nuestra vida, somos seis y el contacto físico sigue, juego con mis hijos y mantenemos toda la higiene pero eso no impide que deje de ser cariñosa con ellos, son mis hijos no les puedo negar que se me acerquen”, expresó Laura, ama de casa.
“Los besos y abrazos siguen en la familia, bueno tengo dos hermanitas más chicas y me gusta abrazarlas, mi mamá no nos ha prohibido eso”, manifestó Jazmín, paqueterita de supermercado.
NUEVOS HÁBITOS
La rutina de vida de la mayoría de regiomontanos iba cambiando poco a poco.
Quizás hay algunos hábitos que después de que pase la contingencia prevalecerán, familias han tenido que convivir durante 24 días, de los cuales han tenido que reforzar el apoyo y repartirse los deberes entre los miembros.
En los supermercados, se ve como llegan los padres de familia a realizar las compras y se ve una que otra mujer.
Por otra parte los hábitos de higiene se reforzaron en todas las familias, como es en el caso de Jazmín, quien cuenta que a partir de la pandemia ha tenido que tomarse más en serio el desinfectarse las manos antes de ingerir alimentos en la calle.
“Bueno lo que ahora si noto es que tal vez ya nos tomamos más en serio las medidas de higiene, antes mi mamá batallaba con mis hermanas para que se fueran a lavar las manos antes de sentarse a comer y a veces la engañaban y le decían que si lo hacían pero a partir de que empezaron a saber del Coronavirus ya lo hacen solas.
“Yo por ejemplo cuando en la calle quiero comprarme papitas ya ahora si uso el gel antibacterial, antes me daba igual. Yo creo que solo eso se va a modificar en nuestra rutina, ser más aplicados con el aseo personal o higiénico”, advirtió.
La contingencia también ha modificado las salidas de casa reduciéndolas lo menos posible.
“Serán tiempos difíciles para todos, pasaremos por momentos tristes al no poder tener cerca a amigos y seres queridos, pero esta distancia solo nos hará más fuertes. Separados, pero más juntos que nunca, podemos frenar la propagación de COVID-19”, aseguró el gobernador, Jaime Rodríguez Calderón.