
Hace aproximadamente 50 años iniciaron los primeros trasplantes de órganos alrededor del mundo, sin embargo, en México, la cultura y los mitos que existen alrededor de esta práctica hacen que la gente no quiera participar.
“Todavía nos falta convencer a la sociedad de que a la medida que nosotros donemos, vamos a ser beneficiados porque en un momento dado podemos necesitar un órgano”, dijo la doctora María José Sebastián Ruíz, coordinadora hospitalaria de Donación de Organos de la Clínica 25 del IMSS en Monterrey.
Un estudio publicado el 8 de agosto de este año revela que en México existen 16 mil 296 personas en lista de espera para recibir un trasplante de las cuales ocho mil 577 necesitan un riñón, siete mil 287 una córnea, 366 hígado, 40 corazón, 11 riñón y un páncreas, seis sólo páncreas, seis un pulmón, dos hígado y un riñón y una más, corazón y un riñón.
“México ocupa el lugar número 42 a nivel mundial en material de donación de órganos. Al día de hoy 16 mil 700 mexicanos están en la espera de un trasplante de órgano que les permita tener una mejor calidad de vida o en muchos casos salvar su propia vida”, dijo Aurelio Collado conductor del programa de Televisión de Opción Múltiple.
El último estudio del Observatorio Mundial de Donación y Trasplante coloca a México en el cuarto lugar de donantes vivos registrados. Claramente las cifras muestran un avance, sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, pues en México solamente 406 hospitales están certificados para extraer y realizar trasplantes.
El Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) es el organismo normativo del Sistema Nacional de Trasplantes, que coordina a los hospitales y personal médico que participan en procesos de donación y trasplante en todas y cada una de las instituciones de salud en México.
El Centro Nacional de Trasplantes ha logrado la integración de un Sistema Nacional de Trasplantes con la participación de las instituciones que forman el Sector Salud. Este sistema se caracteriza por ofrecer a los ciudadanos que lo requieren la oportunidad efectiva de recibir un trasplante dentro de un marco jurídico eficiente y claro, con apego a los principios de equidad, altruismo y justicia.
EL RECHAZO
En México sigue siendo un obstáculo para la donación de órganos que la gente no quiere dar uno de sus órganos buscando morir con su cuerpo completo.
“Yo a veces les he planteado: bueno si ya te operaron de la apéndice no vas completo, si te sacaron una muela no vas completo, entonces ¿por qué en ese momento sí quieres aplicar lo de que me quiero ir completo?”, explica el doctor Alejando Valdez Cepeda, director del Centro de Trasplantes del Hospital San José, TEC de Monterrey.
El médico explicó que existen dos formas de muerte: paro cardíaco y muerte cerebral. La primera es la suspensión simultánea de la circulación en todo el organismo. Y la segunda es cuando deja de haber circulación de sangre al cerebro, previa al paro del corazón. En ésta, el resto de los órganos siguen recibiendo sangre (con oxígeno y nutrientes) y por tanto, los órganos se mantienen funcionales por un tiempo.
De las personas que fallecen a consecuencia de un paro cardíaco se pueden obtener únicamente tejidos. En otras palabras, sólo son útiles las córneas, el hueso, las válvulas del corazón.
Debido a que el corazón se detiene a la hora de la muerte y deja de impulsar la sangre al resto del organismo, ninguno de los órganos como el riñón, el hígado, el corazón, el páncreas o los pulmones, resultan útiles para el trasplante.
Cuando se fallece con muerte cerebral, en cambio, se puede obtener cualquier órgano o tejido como corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas, córneas, hueso, válvulas, piel.
En la actualidad el riñón es el órgano que más se trasplanta en el país, ya que las personas saben que al quitar este órgano del cuerpo, pueden seguir llevando una vida normal.
“Solamente el 20 por ciento proceden de lo que llamamos ‘donante cadáver’, que son personas que han fallecido en situación de muerte encefálica o lo que antes se conocía como muerte cerebral. Pero todavía la proporción es 80-20 cuando lo ideal quizás sería que mínimo llegáramos a un 50-50”, dijo la doctora María José Sebastián Ruiz, coordinadora hospitalaria de
Donación de Organos Clínica 25 del IMSS.
Lamentó que un 50 por ciento de las personas con muerte cerebral no donan sus órganos ya sea por lo cultural o por algún mito o creencia que tienen o por la contraindicación médica.
Donar es una asociación civil fundada hace seis años en la Unidad de Hígado del Hospital Universitario gracias a la idea de dos mujeres trasplantadas de riñón, que iniciaron con los trámites de regulación hacendaria y demás. Como parte de sus objetivos se encuentran la promoción de la salud y la promoción de la cultura de la donación de órganos en nuestra sociedad, a nivel local.
Hilda Martínez Orpinel, directora de Vinculación Estratégica del grupo, sabe lo importante que es la donación de órganos pues su esposo Rubén Barahona requirió de uno hace años y gracias a un familiar, ahora tiene una segunda oportunidad de vida.
Buscando incrementar la conciencia de la sociedad, integrantes del organismo visitaron a los alumnos del TEC de Monterrey para promover la cultura de la donación de órganos.
Incluso alumnos tanto de Mercadotecnia y Sistemas de Información trabajaron en diferentes estrategias para proponerle a la asociación, diferentes usos de tecnología para apoyar y captar más donantes.
“Ha sido un punto importante que los alumnos hayan desarrollado aplicaciones y hayan trabajado en el manejo de diferentes tecnologías y en las diferentes estrategias para poder ayudar a la asociación a captar más donantes”, dijo Imelda Valdez Salazar, profesora del Itesm.
“Con el uso de las tecnologías nos damos cuenta que es mucho más fácil llegar al público estar en contacto con ellos; si no existieran estas herramientas y dispositivos móviles estaríamos con más dificultad con un contacto con los posibles donadores o con gente que necesita este tipo de órganos”, agregó.
LA LARGA ESPERA
Los pacientes que están registrados en una lista de espera para recibir trasplante de un órgano son inscritos en un Registro Nacional coordinado por el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) es el organismo normativo del Sistema Nacional de Trasplantes.
“Legalmente todo paciente que va recibir un trasplante de donador fallecido o cadáver, tiene que estar en una lista, registrado nacionalmente si no, no se puede trasplantar, eso es una ley”, dijo el doctor Alejando Valdez Cepeda.
“Cada hospital registra a sus pacientes, si en el hospital San José hay un donador, esos órganos son para los receptores inscritos en el
hospital, uno porque es ahí y lo otro por cuestiones también de viabilidad de los órganos.
Así es como funciona primero en el hospital, luego en la ciudad, en el estado, regional y a nivel Nacional, pero todos están en una lista; no se puede trasplantar a una persona si no está en la lista y todo va por un orden”, dijo el médico.
Y añadió: “Cuando hay una persona que tiene una enfermedad crónica ya sea de riñón, de corazón o en una situación ya terminal de su hígado hay un equipo médico que se encarga de valorar si ese paciente primero va ser candidato al trasplante porque lo importante es que aunque ya tenga una cirrosis o una falla renal, el resto de los órganos esté suficientemente bueno como para que podamos darle una esperanza de vida”.
Los límites de edad para la donación de órganos ya no existen ya que se han usado donantes de hasta 90 años. Sin embargo, el límite de edad general para la donación de tejidos es de 70. Los órganos pueden ser donados por alguien tan joven como un recién nacido.
Casi todo el mundo que quiere ser un donante puede donar al menos los tejidos. El personal médico hará pruebas en el momento de la muerte para tomar esa determinación. Una de las principales dificultades es que, muchas veces, es la falta de aceptación de la muerte cerebral como muerte “real” por parte de los familiares.
Incluso, existen muchos mitos alrededor de esta decisión.
Uno de los mitos más arraigados que los integrantes del grupo han encontrado, es el de que si llega a haber un accidente los médicos no van a hacer nada para salvar al paciente que manifestó en su licencia que le gustaría ser donante con tal de obtener sus órganos.
Además están las discusiones internas en las familias sobre quién debe de tomar la decisión si se donan o no los órganos del pariente enfermo.
Todas estas decisiones han provocado que esta práctica, que puede salvar millones de vidas, aún no sea tan generalizada… 50 años después de haberse iniciado.
La autora de este trabajo es estudiante de la materia de Comunicación y Medios Digitales del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).