En la segunda década del nuevo milenio, las relaciones humanas, sean afectivas, amorosas y/o sexuales, se han vuelto un tanto complicadas, y esto se ha visto en las nuevas formas de interacción que se realizan en la actualidad, en donde puedes conseguir una cita igual de rápido que se entrega la comida a domicilio.
Dave Brennan presenta su libro “Dicknidad” integrado por 13 relatos que narran los encuentros casuales de Rodrigo, el personaje principal, con los hombres que conoce por la aplicación “Grindr” y cómo estas experiencias se convirtieron en lecciones para él.
Sobre la pregunta: ¿las relaciones entre homosexuales son más complicadas que las relaciones entre heterosexuales? el autor considera que las primeras pueden tener más dificultades, debido a la cuestión cultural.
“Si tuviéramos que elegir si las relaciones entre homosexuales son las más complicadas, aquí el factor decisivo que juega entre esta separación de relaciones heterosexuales y homosexuales, creo que es el hecho de que estamos más acostumbrados a las relaciones heterosexuales por la norma.
“Es la norma, es lo que vemos en mainstream, lo que vemos en libros, series o películas; entonces yo creo que esta falta de presencia de relaciones sexuales homosexuales -aunque vamos ganando terreno poco a poco-, falta mucho por descubrir y analizar”, expresó Brennan.
La falta de presencia de la cultura LGBT en los medios, añadió, sí le puede añadir un grado de complejidad a las relaciones homosexuales sólo por esta falta de apertura, debido a la discriminación que enfrenta la comunidad gay.
“Porque además de encontrarnos a nosotros mismos, encontrar una pareja y desarrollar una conexión gratificante, tenemos que lidiar con otras cosas que lo heterosexuales no tienen que lidiar”, señaló.
Aunado a eso, el cambio que estamos viviendo con las redes sociales, complica tanto las relaciones homosexuales como heterosexuales
“Estamos en un mundo hiperconectado, hay un exceso de información en la web, hay un sinfín de distracciones, de estimulantes a la mente, al cuerpo, en el día a día, y tiene que ver con que se ha notado un alza en la soltería, al tener mayor apertura en las redes, las personas se van saliendo de la norma de tener un compromiso, de una relación cerrada.
“Y nos hemos expandido a relaciones poliamorosas, a encuentros de una noche y con un estilo de vida muy ajetreado; son nómadas modernos, el nómada millennial que se la vive buscando un el mejor Hotspot de WiFi mientras se viaja por su trabajo por todo el mundo y eso hace que se dificulte que se llegue a una relación como la conocemos tradicionalmente”, afirmó.
HUMOR Y REFLEXIÓN
Rodrigo Ciantoro -según su propio perfil-, tiene 25 años y sufre de trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH); describe sus encuentros de una noche con sentido del humor, de manera explícita, pero al mismo tiempo deja entre líneas una reflexión sobre lo que vivió en cada “cita”.
“Es un contraste un poco humorístico porque Rodrigo sí sabe, se navega muy bien en las aplicaciones, pero si nos damos cuenta, la historia de Rodrigo está contada a manera de crítica humorística porque la mayoría de estos encuentros no son los deseables.
“Rodrigo lo puede contar de manera divertida, pero sí analizamos bien qué es lo que está viviendo con estos ligues, nos podemos dar cuenta que no son experiencias que queremos tener, porque si bien pueden satisfacer nuestras necesidades básicas, no es el tipo de relaciones sexuales que son las ideales”, indicó Brennan quien abordó el tema de esta manera, porque cree que hay un aprendizaje al terminar dichos encuentros.
Señaló que quiso escribir un libro que además de contar lo que sucedía entre los protagonistas del encuentro casual, se enfocó en describir más cada escena, las emociones, las canciones, etcétera.
“Todo esto con el afán, por un lado, de alejarnos de esta superficialidad, y dos, esta parte de que el lector refleje sus experiencias en el libro”, comentó.
GENERACIÓN VISUAL
Y en relación a lo anterior, cuando los integrantes de la comunidad gay hacen uso de estas aplicaciones, toman mucho en cuenta el aspecto físico de la persona con la que hicieron “click” o “match” y con la que van a interactuar en persona a corto plazo.
“Hay una falla inherente en estas aplicaciones que es la predilección a a superficialidad, los millennnials como s una generación muy visual y creo que en el mundo gay es un mundo de ir al gimnasio, tener un cuerpazo, vernos muy bien, como que somos muy narcisistas.
“Y todo esto, se relaciona en la forma en la que buscamos los encuentros en las aplicaciones, porque muchas veces los perfiles no tienen nombres, ni siquiera descripción, nada más son fotos de sus bíceps, de su abdomen, y eso hace que te escriban y te pidan el encuentro”, destacó.
En el capítulo “Acquaintance-zoned” Rodrigo narra: “Mucho antes de conocer a mi exnovio Alfonso, salí con un Yair, uno de esos perfiles ultra secretos en Grindr, esos que no tienen ni una sola foto y apenas 2 datos: su edad (28) y el acrónimo “GB” (gente bien). Discreto, #masco4masc son la trinidad impía de perfiles de los cuales te tienes que alejar si buscas una buena conexión.
“Los primeros están muy cómodos en su clóset, los segundos tienen tintes de clasismo y ya discutimos los terceros. Ah, pero cómo una foto puede derribar nuestros principios en 3 segundos, ¿verdad? Ymir me mando una foto (con fecha de caducidad,claro) y al parecerme muy atractivo accedí a salir con él. Tache para Ro”.
EL XIII SIGNO
Uno de los elementos importantes en “Dicknidad”además de todas las referencias culturales, es la inclusión de los 12 signos del Zodiaco, más “Ofiuco”, que sería el número 13.
“El año pasado que estaba viviendo en Berlín, Rocío Saínz, una amiga astróloga y cantante, me comisionó a escribir unas canciones con ella para un álbum de signos del zodiaco y me dio cursos de astrología.
“Me enseñó las características de cada signo yo veo esto como un arte y pensé: esto me sirve para el libro, porque al igual que el personaje de Rodrigo al igual que yo está dividido entre arte y ciencia, y no sabe si es más científico o más artístico”.
Explicó que por eso son 13 historias y no 12, pues la astrología dice que son 12 signos, pero la ciencia dice que son 13 signos, pues Ofiuco es una constelación más que está ocupando el mismo espacio físico en el cielo donde están las otras 12.
“Lo que yo hice fue incluir este décimo tercer signo por el bagaje científico que tiene el personaje quien había estudiado medicina y está inmerso en este mundo científico que embona muy bien con lo que representa esta constelación número 13”, señaló Dave, cuyo signo es Sagitario como Rodrigo, en astrología, pero Ofiuco en astronomía.