Con bombo y platillo, el Gobierno del Estado a través del Instituto de Movilidad y Accesibilidad anunció que la nueva ruta Express “Aeropuerto-Y Griega” arrancaría operaciones a partir del viernes 18 de junio.
En un hecho inédito para la entidad, una unidad de transporte público tendría la autorización de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de circular por el tramo federal y ofrecería una interesante alternativa a miles de usuarios.
A fin de comprobar su eficacia y que cumpliera con todas las comodidades que le fueron implementadas, viajé de ida y vuelta por casi dos horas en un trayecto marcado por las escasas paradas y una conexión Wi-Fi intermitente.
DE IDA Y SIN PARADAS
Después de un breve recorrido a bordo de los nuevos vagones de la Línea 1 del Metro, bajé en la estación “Y Griega” donde rápidamente observé las nuevas unidades en su característico color morado y por el frente con un cubrebocas estampado y el mensaje “¡PÓNTELO!”.
Vi que los camiones estaban estacionados en un pequeño lote ubicado en el cruce de la avenida Miguel Alemán y la calle Antonio I. Villarreal, los cuales iniciaban su recorrido cada 10 minutos.
Fue hasta las 10:50 horas que me acerqué al terreno y le pregunté a uno de los choferes dónde podía abordar, a lo que me respondió que podía subirme a la unidad saliente.
Apenas ingresé y sentí inmediatamente el cambio del recalcitrante sol y los molestos 30 grados a la frescura del aire acondicionado, momento en el que marqué el primer acierto a la Ruta Express.
Antes de poder pagar, donde ya tenía lista mi tarjeta Feria con la que solo me cobrarían la cuota preferente de 9.50 pesos, tuve que colocarme gel antibacterial en las manos proveniente de un dispensador y me revisaron la temperatura, la cual marco 36.2 grados.
Ya una vez que pasé los filtros de acceso, vi que solo había dos personas más a bordo: una mujer de aproximadamente 30 años con varios tatuajes y un joven que al igual que yo, con su celular grababa todo lo que parecía innovador del camión.
Iniciado el camino rumbo al aeropuerto, seguí observando los detalles técnicos de la unidad y para mi sorpresa no dejaba de cumplir: el Wi-Fi funcionaba, contaban con 24 asientos cómodos, un área exclusiva para personas con discapacidad, agarraderas para los pasajeros que no alcanzaran lugar y seis puertos USB con doble entrada, los cuales permitirían 12 cables conectados al mismo tiempo.
Al tiempo que iba transitando tenía en mi celular el mapa de las paradas oficiales a fin de verificar que sí se respetaran, sin embargo, me llevé una sorpresa al ver que en puntos como Churubusco, Constituyentes, el Soriana y la Multiplaza Lindavista nadie hizo la parada.
La tónica de ir “directo al grano” continuó y cerca de Plaza Citadel noté el primer fallo a bordo del camión: el Wi-Fi se desconectó. Afortunadamente, con solo seleccionar la opción “acceder” la conexión se reestableció al instante.
El camino siguió sin contratiempos y justo antes del acceso al Parque Stiva el tráfico aumentó considerablemente, lapso en el que el Internet nuevamente se cayó en cuatro ocasiones.
Una vez que pasamos ese “cuello de botella” pude presenciar el histórico momento en el que la Ruta Express circuló por las inmediaciones del Aeropuerto Internacional Mariano Escobedo, pasando por las tres terminales y concluyendo la ida después de 52 minutos.
Ya en la Terminal C los tres pasajeros que permanecimos todo el camino descendimos y el joven que documentó todo el trayecto siguió con lo suyo, asumí que estaba transmitiendo en vivo por Facebook o historias de Instagram.
ADIÓS INTERNET
En el mismo punto donde el camión culminó su viaje se encontraba otra unidad lista para emprender el camino de vuelta, volví a pasar mi tarjeta Feria y por solo 19 pesos iba a conseguir un recorrido que tiempo atrás habría visto imposible.
Apenas subí y ya estaban dentro cinco personas, entre las que destacaron una familia de tres adultos y una bebé, los cuales venían recién saliendo de un vuelo y traían dos maletas al tope de su capacidad.
Contrario al trayecto de ida, este chofer no tardó mucho en realizar su primera parada y a la altura del Parque Industrial Monterrey se subieron dos personas más y en menos de 15 minutos sobre el Parque Industrial Kalos otras dos abordaron.
Chequé mi reloj y a las 11:56 horas ya éramos 10 personas, con lo que triplicamos la cantidad de pasajeros del primer recorrido, aun así, quedé anonadado ante el poco poder de convocatoria de la Ruta Express en su arranque de operaciones.
De pronto me percaté que el Wi-Fi de la ruta urbana no había funcionado en todo el camino, revisé y revisé el celular y simplemente aparecía “conectado sin Internet”; tache para la unidad.
A fin de comprobar que el apartado tecnológico no tuviera más fallos y aprovechando que mi celular tenía uno por ciento de pila, lo conecté al puerto USB más cercano y funcionó, por lo que me mantuve pegado al enchufe hasta que consiguiera una carga decente.
Los últimos pasajeros del recorrido, compuestos por una joven familia de tres personas incluyendo una menor de edad, fueron recogidos a un costado de la entrada al Centro de Apodaca, con lo que sumamos 13 personas con destino a la Y Griega.
A la par, me enteré que una de las unidades “debutó con el pie izquierdo” tras sufrir su primer choque poco antes del mediodía a un costado de Multiplaza Lindavista con una camioneta blanca de envíos; afortunadamente no se reportaron lesionados.
Cerca del Monumento a la Madre ubicado sobre la colonia Libertad nos quedamos atorados más de 15 minutos en el tráfico, aglutinación que contribuyó a que en el resultado final tardaríamos más de vuelta que de ida.
Finalmente, el segundo trayecto concluyó en 59 minutos con 38 segundos y al bajarme del autobús detuve el cronometro y el resultado final de la ruta quedó en una hora con 51 minutos y 38 segundos.
Como conclusiones puedo decir que la Ruta Express cumplió su objetivo: el aire acondicionado nunca falló, la comodidad y seguridad siempre estuvieron presentes y aunque el camino duró casi dos horas, esta alternativa servirá a miles de ciudadanos y la recomiendo en su totalidad.