Son muchas las historias de éxito que se tejen en la vida y una de ellas es la de Noel Díaz, un empresario en la industria de la comunicación que pasó de bolear zapatos y padecer hambre a fundar El Sembrador, un medio de comunicación evangelizador.
En entrevista con la periodista Valentina Alazraki desde Roma, Italia, Díaz relató cómo fue su historia de vida y cómo el propósito cambia cuando eres una persona exitosa, buscando en su fe la realización para ayudar a quienes más lo necesitaban.
Fue así que después de varios años de sufrimiento encontró el éxito económico, pero eso no le bastó para ser feliz y decidió incursionar en los medios católicos.
“Recuerdo cuando te conocí, de repente te vi agachado en el avión y le estabas lustrando los zapatos al Papa Francisco, todos nos quedamos impresionados y dijimos, ¿esto de que va?, después nos enteramos que era algo que tú realizabas de pequeño”, comentó Alazraki.
“Fue una gracia de Dios, cuando me tocó saludarlo, ya me había dicho un padre que iba en el avión, que él le había platicado la historia de cuando yo boleaba zapatos y me aconsejó que cuando llegara el Papa le dijera lustra botas”, contó Noel.
Relató que cuando se acercó el Papa Francisco le comentó que era el lustra botas y ahí comenzaron a platicar, eso para él fue una experiencia inolvidable.
“Meses después, el Papa me escribe y dice unas palabras que ahí las tengo: ‘Hay cosas en la vida que no se pueden olvidar y el gesto que tuvo en el avión es uno de ellos’, de ahí surgió una relación”, platicó.
Noel Díaz nació en Tijuana, México, y toda su infancia se la pasó con su madre, que era soltera, a quién recuerda esforzarse de manera sobre humana para sacarlo adelante por la condición en que se encontraban.
“Desde niño vivimos en la pobreza, yo hacía varios trabajos y uno de ellos era bolear zapatos.
“Un día mi mamá cruzó la frontera conmigo y trabajaba temporadas cuidando niños en las casas, indocumentada” relató.
Mucho antes de eso, su madre había intentado infinidad de veces trabajar en los Estados Unidos, pero cada vez que cruzaba la frontera era deportada a México, ya con Noel vivió la misma experiencia y fueron deportados dos veces, sin embargo, eso no truncaba los sueños de su madre de darle una mejor calidad de vida.
Ella se esforzaba por darle lo que podía y, al ver esto, Noel decidió partir a los Estados Unidos a la edad de 17 años, también de manera ilegal.
“Conforme fueron pasando los años, hubo una nueva ley cuando estaba el presidente Reagan, la amnistía, y ahí fue donde nos legalizamos mi madre y yo”, contó.
Así comenzó a trabajar y estudiar en los Estados Unidos, y fue en la óptica donde comenzó la prosperidad económica.
“Estudiaba y trabajaba, ahí es donde empecé a trabajar parte del tiempo en la óptica, que eventualmente eso se convirtió en mi profesión.
“Nosotros fabricamos lentes, tenemos un laboratorio, la prescripción la recibimos del doctor y posteriormente enviamos los lentes para sus pacientes”, explicó.
Dijo que, como la mayoría de las personas que cruzan la frontera norte de México en busca del Sueño Americano, su madre y él tuvieron que esforzarse para tener una mejor forma de vida.
La necesidad espiritual
Noel señaló que la incursión en los medios católicos nació de su experiencia espiritual, de saber que la misión de tener un mejor estado de vida económico es sumamente importante, pero sin olvidar las raíces de dónde venía.
“Para mi llegó un momento que lo económico lo logré, y me dije que ahí habría que hacer algo más en la vida que el dinero, Jesús dijo: ‘De que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma’, ahí es donde entra la parte espiritual.
“Fue ahí donde empecé a ir a la Iglesia, estudiar la Biblia; un día decidí voluntariamente ir a la Parroquia y trabajar con los migrantes, así empezó la misión de El Sembrador”, relató.
En su meta espiritual, Noel se propuso un día tener un medio de comunicación para devolverle algo a su País.
“El canal y todo el apostolado de comunicaciones fue fundado por inmigrantes como yo, hoy tenemos más de 100 empleados, un estudio en Guadalajara, estamos preparando un estudio de producciones en la Ciudad de México, todo con contenido evangelizador”, detalló.
Lo que empezó como con ayuda y para la evangelización de migrantes en la Unión Americana, se replicó para ayudar a sus paisanos en México y personas de Centroamérica.
“Esto es realmente un milagro de un grupo de migrantes que decidimos hacer algo más que tener lo material”, precisó.
Esa misión de evangelizar se reforzó después de su experiencia con el Santo Padre en el avión papal, en donde le lustró los zapatos.
“El Santo Padre me dijo que no me desanimara y que siguiera trabajando, yo le pregunté que qué mensaje quería que llevara y me contestó: ‘dígale a la gente que salga de las cuevas’, para mí eso se convirtió en otra misión”, resaltó.
Aunque a lo largo de su vida ha vivido situaciones duras o tristes, una de las experiencias más dolorosas fue cuando perdió a su madre.
“Fue muy fuerte ese momento, pero también gracias a la Fe en Dios pude aceptar esa realidad.
“En la niñez había momentos de hambre, recuerdo que cuando me dejaban solo, había una vecina que se llamaba Juanita, yo le tocaba la puerta y ella salía y me preguntaba: ‘¿Qué quiere mijo?’, yo le preguntaba que si me podía regalar un taco, ella me decía, ‘claro que sí, mijo’”, rememoró.
Esos recuerdos no se escapan de su mente, pero más que revivir dolor y sufrimiento, le sirven para valorar lo que hoy en día tiene y ayudar a la gente que pasa por situaciones similares.
“Siempre en la vida te vas a encontrar con gente muy buena, eso pasó en mi vida y nosotros tenemos que hacer lo mismo con los demás”, externó.
Para llegar más allá de la evangelización, en Tijuana abrió una casa hogar, junto a sus colaboradores, para ayudar a los niños en situación vulnerable y poder darles comida y educación.
Hoy en día cada proyecto que emprende lo hace con entusiasmo y no contempla el miedo para desarrollarlo, pues asegura que su madre lo instruyó para no sentirlo.
“Hay un cierto temor que todos tenemos, pero creo que fui vacunado por parte de mi mamá para no sentir miedo; recuerdo una ocasión en la noche en nuestro cuartito de cartón, en una vecindad.
“Mi mamá estaba platicando con una vecina y en eso me mandó a tirar la basura, los desechos los teníamos que sacar hasta la parte de enfrente y atravesar una parte muy oscura porque no había luz.
“Entonces la vecina le dijo a mi mamá: ‘¿Doña Chuy, su hijo no tiene miedo?’ mi madre le respondió que no, realmente yo si sentía, pero cuando escuché a mi madre me sentí armado”, recordó.
Esas palabras de su madre, con la fe que encontró en Jesús, hoy en día lo hacen enfrentar los retos con valentía
Fue así como con la fe y el querer ayudar a las personas, pudo encontrar la paz espiritual, además de ser un hombre exitoso.