Hace 25 años que la Universidad Autónoma de Nuevo León estrenó la Secretaría de Extensión y Cultura, la cual le dio un nuevo significado a la difusión, promoción y expansión del arte y la cultura dentro y fuera del sistema universitario.
Desde hace 5 años Celso José Garza Acuña lleva las riendas de esta dependencia que, especialmente en el último año, ha tenido un impacto favorable entre la comunidad estudiantil y el público en general que ha seguido y se ha conectado a los eventos que convoca @CulturaUANL a través de sus plataformas digitales.
“Para mí ha sido un honor estar al frente de la Secretaría de Extensión y Cultura, acompañar en su gestión al rector Rogelio Garza Rivera, quien es un hombre muy sensible en los temas de cultura y arte y un convencido plenamente del cumplimiento institucional de la misión sustantiva Universidad y la difusión de la cultura.
“Y en el último (año) nos han tocado circunstancias muy adversas, la situación financiera en el mundo en general y en nuestro país, y con el tema del COVID-19 nos ha obligado a replantear esquemas, pero sobre todo a imprimir una disciplina en el ejercicio de los recursos”, afirmó.
En este sentido consideró que, ante este escenario, se ha tenido la visión y la madurez para reaccionar de manera inmediata y eficiente, de tal forma en que la institución educativa ha podido salir adelante de todos los frentes y particularmente en el frente de Extensión y Cultura.
“En un primer balance te puedo decir que de enero de 2016 hasta marzo de 2020 se habían llevado a cabo más de 8 mil actividades presenciales, con la asistencia de más de un millón 800 mil personas a estas actividades, lo cual habla de una intensidad muy fuerte que tenía la secretaría en todas sus direcciones.
“Y estando en pandemia, con el programa ‘En Casa Unidos con Cultura’, de marzo a diciembre se celebraron cerca de 600 transmisiones por las redes sociales de @CulturaUANL con un alcance de casi 2 millones de personas, y eso habla de la posibilidad que hemos estado explorando en las plataformas digitales”, enfatizó.
Aclaró que, si bien no es la misma emoción asistir a los eventos de manera presencial, las restricciones obligan a hacer uso de las redes sociales y de tal forma seguir tendiendo estos puentes entre el arte y los públicos, entre la cultura y los universitarios.
Por otro lado, el año pasado ha sido un año de pérdidas para todos y dentro de la comunidad universitaria, grandes personajes han trascendido, algunos por otras razones ajenas al COVID-19.
“La universidad ha tenido pérdidas muy lamentables -no necesariamente por el Covid-, y estoy pensando en decesos como el de don Alfonso Rangel Guerra, el de Alejandra Rangel Hinojosa y el de Rogelio Villarreal Elizondo, este último, secretario de Extensión y Cultura del 2004 al 2015.
“Son figuras claves, creo que tienen un lugar muy establecido en la historia de la cultura universitaria con todos los honores y todos los reconocimientos. Actualmente los directivos actuales se encuentran bien de salud”, mencionó el también autor de los libros “Cuaderno de reportero”, “Entrevistas a dioses y demonios”, entre otros.
MISIÓN EN ACCIÓN
Además de adaptar la agenda que se realiza año con año en la Secretaría de Extensión y Cultura debido al confinamiento, también se tuvieron que realizar algunos ajustes con relación al presupuesto para continuar cumpliendo con la misión de promover la cultura.
“Sabemos que en el ámbito de la cultura los recursos nunca son suficientes y siempre se resuelven con alianzas con otras universidades, con los sectores públicos a nivel municipal, estatal o federal, o bien con el sector privado.
“Siempre hay estrategias que permiten suplir la ausencia de recursos suficientes para poder realizar los proyectos tanto institucionales, en conjunto, comunes de difusión de la cultura. Ha sido complicado, pero afortunadamente en la naturaleza misma de la universidad está el cumplimiento de la misión sustantiva de la cultura y esto nos permite garantizar condiciones adecuadas para el desempeño de las funciones, de los proyectos y los programas”, enfatizó.
Destacó que prueba de que Cultura UANL ha seguido adelante en estas circunstancias, es que los eventos anuales como El Festival Alfonsino y La Escuela de Verano se realizaron en el año pasado de manera virtual; la Feria Universitaria del Libro UANLeer alcanzó a recibir presencialmente a sus visitantes, pero este año será su primera edición digital.
“Se ha intentado mantener y fortalecer todos los proyectos estratégicos como: la Feria del Libro, el Festival Alfonsino, la Escuela de Verano. La OSUANL celebró su 60 aniversario, la Capilla Alfonsina su 40 aniversario y La Casa Universitaria del Libro su décimo aniversario.
“Este año celebramos el 30 aniversario del Teatro Universitario, el 35 del Centro de Información de Historia Regional C.I.H.R. de la Hacienda San Pedro en Zuazua; entonces, no obstante, estas situaciones de adversidad, el universo cultural universitario se ha expandido y consolidado de tal forma podemos decir que la flama del arte y la cultura sigue muy viva”, manifestó el funcionario cultural.
BUENOS MAESTROS
Celso José Garza Acuña tuvo dos buenos maestros en el tema de la gestión cultural: su padre, Celso Garza Guajardo, quien fuera fundador del C.I.H. R. en la Hacienda San Pedro, en Zuazua, que lleva su nombre; y Rogelio Villarreal, quien falleció en el mes de mayo del 2020. Con el ejemplo de ambos, el también periodista ha procurado continuar con esas líneas de trabajo ahora que él está al frente.
“Uno es la persona que es, por la formación que se tiene. En mi caso soy hijo de dos maestros normalistas, y particularmente mi papá fue un historiador muy vinculado a la Universidad; yo vi y aprendí de mi papá como universitario y todo su proceso de construcción de remodelación de la Hacienda San Pedro, de la visión y el amor con el que desarrolló sus proyectos.
“Por otra parte, ya de manera profesional, tuve la fortuna de acompañar al licenciado Rogelio Villarreal Elizondo en sus 12 años como secretario de Extensión y Cultura; primero como colaborador cercano y luego como director de Publicaciones de la UANL, y viví todo el proceso de restauración y puesta en marcha del Colegio Civil como Centro Cultural Universitario”, compartió.
Y en este periodo de contingencia, recalcó que se han diseñado estrategias para apoyar a los artistas locales con diversas convocatorias e iniciativas.
“Ha sido complejo, pero hemos mantenido esos principios de diversidad, de pluralidad y de respeto al artista, y gracias al apoyo institucional lo hemos podido lograr.
“Ahora en la pandemia ha quedado demostrada la vulnerabilidad del sector cultural, de los artistas, es un área muy frágil que requiere de mucha atención y creo que la Universidad ha estado presente para apoyar a los creadores de Nuevo León”,
puntualizó.