
El futbol es conducto por el que muchos padres pueden formar vínculos más estrechos con sus hijos al heredarles la pasión por un determinado equipo.
En la vida del menor, también es de los primeros momentos que se pueden tener mejor atesorados: la primera vez que se pateó un balón.
Esta conexión es necesaria, natural y biológica para la relación que tienen padre e hijo o ahora también con las hijas, quienes cada vez más se acercan al juego de pelota y las porterías.
Luego de esta enseñanza y primeros contactos con el balón del futbol, en los primeros años de vida del infante, el papá, a veces en complicidad con la mamá, deciden inscribir al niño o niña en alguna academia de futbol.
Pero esto podría generar un problema, pues muchos padres de familia suelen ser más exigentes de lo que deberían con sus hijos.
En algunos torneos escolares, de academias o en el barrio con las categorías infantiles, es muy palpable la presión que se imprime en los pequeños jugadores.
Gritos, indicaciones, regaños. Todo retumba en los oídos de niñas y niños que practican alguna disciplina en competencia, pero esto puede traer resultados contraproducentes.
De acuerdo a estudios psicológicos, esto podría generarse por la proyección del padre en su hijo. Pues el adulto, al no haber tenido la oportunidad de practicar un deporte de forma competitiva, quiere vivirlo a través de su descendencia.
Padres estrictos, exigentes, críticos pueden criar adolescentes con baja autoestima, falta de autonomía, inseguridad, deficit de competencias sociales, entre otros, que muchas veces no son visibles por los progenitores.
Antes de los 10 años, es muy complicado que un menor dentro del campo pueda distinguir qué posición juega, qué zona del campo le toca cubrir, qué movimientos tiene que hacer cuando el baló venga hacia él.
Sin embargo, para los padres es lógico entender que hijo juega como delantero y es aquí donde toman el rol de ser un padre-entrenador que da instrucciones que seguramente el infante no logra descifrar, ocasionando hasta un regaño.
El parámetro para que un adulto sepa si su niño jugó bien, son los goles anotados, las barridas exitosas, los pases que no erró. Pero deja fuera de la ponderación otra cosa que es más importante: si el niño se divirtió.
Todo esto forma parte del proceso de formación de nuevos atletas, pues desde pequeños comienzan a tomar valores como el trabajo en equipo, la tolerancia a la derrota y la diversión.
Una parte fundamental de este desarrollo deportivo y cognitivo, es que el padre asista y acompañe al menor en todo momento, que si bien en el papel es algo bueno, a veces las emociones son desbordantes.
LA IMPORTANCIA DE LOS PADRES
La psicóloga deportiva Abril Cantú Berrueto habló sobre este papel que fungen los padres de familia en el proceso formativo de deportistas, pues sin el apoyo de los mismos, no sería posible el desarrollo de nuevos atletas.
Como profesional, Cantú Berrueto ha trabajado con la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), así como con la Federación Mexicana de Futbol (FMF) enfocada a las selecciones nacionales juveniles de futbol femenil.
— Hay momentos en los que a veces el padre puede ser un poco exigente con el hijo con la hija en la obtención de resultados, ¿esto a qué se debe?
“Bueno pues ahí podemos tener muchísimas respuestas, dependiendo de los diferentes enfoques psicológicos de lo que queramos ver, lo que es una realidad es que en muchos contextos el desarrollo deportivo pasa de ser un lugar seguro, a un lugar que provoque altos niveles de ansiedad de estrés en los niños”.
— También como padre o madre de familia, ¿cuál sería la recomendación para encaminar bien el proceso del deportista?
“Creo que la primera confiar en sus hijos, confiar en el entrenador o entrenadora en que si tú lo estás llevando a entrenar al centro X, pues que confíes porque tú elegiste ese centro, si no te da confianza a un entrenador o entrenadora, corre.
“Confiar en los procesos y entender los procesos, no podemos adelantar de nivel a un niño, sólo porque creo que tiene capacidad.
“La comunicación constante positiva, porque entonces nos enfocamos a veces en lo que no hizo en que lo regañaron en que hoy no le salió, pero pocas veces el papá o mamá se detienen a reconocer aquellas cosas que hicieron bien”.
— El involucramiento que tienen el padre y la madre tiene dos extremos, porque a veces el niño o la niña al deportista, puede llegar a odiar la disciplina si los padres se reflejan mucho en el deportista.
“Claro, por ejemplo si empiezan de muy chiquitos, llegan a una etapa en la vida en la que empiezan a retar a la autoridad, inclusive “entonces ah te gusta mucho este deporte, papá o mamá, pues a mí ya no me gusta”.
“Cabe resaltar la importancia de papá y mamá. Al final sin papá y mamá es muy difícil tener atletas y desarrollar atletas, son base fundamental y en algunas familias o casos de éxito hemos visto que a veces no son, ellos son los abuelitos, son alguien que confío en ellos.
“Es bueno si el niño dice que no quiere y si ese niño no quiere, pues no quiere, o sea no podemos obligar a nadie a nada y se obtienen mayores resultados cuando los niños eligen y disfrutan.
“O sea la figura del padre y la madre debe de en teoría en el contexto del desarrollo, ser un apoyo un apoyo por si mi hija quiere llorar un apoyo por si mi hija necesita palabras de aliento, un apoyo, por si mi hija necesita que le dé un bote con agua, porque nadie más le va dar un bote con agua, o sea me convierto en ese apoyo”.
FUTBOL CON VALORES
La Fundación Real Madrid opera un proyecto llamado Campus Experience, a través del cual forman jugadores y comparten los valores de la institución usando al futbol como medio.
En un artículo de este programa hablan sobre el rol de los padres en la formación deportiva de niñas y niños, destacando la educación, que si bien se puede desarrollar mediante la práctica de una disciplina, la formación base viene desde la casa.
“Los niños y niñas disfrutan del deporte y aprendan a ganar, perder, jugar bien o no, sin temer las reacciones externas. Permitir que los niños y niñas jueguen y se diviertan bajo una condición de serenidad y paz mental. También es fundamental evitar crear competencia con sus compañeros/as, alejándose de comparaciones sobre sus resultados con otros jugadores”.
El exfutbolista español del Barcelona, Luis Enrique Martínez, actualmente es el director técnico del Paris Saint Germain, con pasado dirigiendo al Barcelona y la selección española, entre otros, aconsejó a los padres de familia a dejar disfrutar a los niños.
“Para los padres es muy importante dejar a tu hijo que disfrute. No meterse en la tarea del entrenador, ni en agobiar al niño, que si mete o no mete goles, que disfrute, si el único objetivo que tienes para tu hijo es que sea feliz y que se desarrolle como persona”, mencionó durante una transmisión en vivo.
Hay una infinidad de caso en el mundo futbolístico profesional de madres y padres que han apoyado a sus hijos sin llegar a agobiarlos, pues el apoyo es fundamental. Tal es el caso del mismo Cristiano Ronaldo con su madre, Lamine Gamal con su papá y Achraf Hakimi, quien tiene toda su fortuna a nombre de su madre.
Lo más importante en este proceso formativo, es la cercanía y el vinculo parental sin desbordar emociones o regaños. El acompañamiento es vital, siempre y cuando sea sano.