
La tecnología cambia, avanza y mejora con el paso de los años, por lo que la sociedad trata de adaptarse lo más rápido posible a ella.
Dentro de estos cambios se encuentra el Internet y hoy en día es una herramienta casi indispensable para niños y adultos, pero el uso excesivo de éste o más bien el uso no productivo, puede ocasionar serios problemas personales.
Sin embargo, a pesar de los múltiples beneficios que trae consigo el avance tecnológico, también trae notables consecuencias, una de ellas es la Ciberadicción o adicción a Internet, conocida como una dependencia comportamental, ya que no depende de una sustancia para hacer que la persona la necesite, por lo que se le compara con la ludopatía y las compras de tipo compulsivo.
Este tipo de patología consiste en el uso excesivo e incontrolable de la red, interfiriendo negativamente en la vida diaria de la persona afectada o de sus allegados.
Las principales características que marcan esta dependencia son que la persona descuida el ámbito social, familiar, laboral y personal, haciendo del ordenador lo más importante de su vida.
La necesidad lo lleva a descuidar su higiene y su salud, pues al no querer “desconectarse”, se olvida de comer, bañarse y cuidar su apariencia.
Al vivir en un mundo irreal, el hecho de no tener contacto con la red, le provoca al adicto ansiedad, depresión, aislamiento personal, déficit de atención, pérdida de habilidades sociales y necesidad de dosis cada vez mayores.
Cuando los usuarios no tienen acceso a Internet, su humor se vuelve cada vez más negativo y adquieren una actitud similar a la de las personas que se quitan de drogas ilegales.
Su temperamento se torna agresivo, no encuentran satisfacción en nada que no sea conectarse a la web y si no lo consiguen se sienten tristes, vulnerables, aburridos, desesperados, agobiados, etc.
Un adicto es ingobernable, por eso se considera de suma importancia el apoyo, la paciencia, tolerancia y la motivación por parte de los que lo rodean, de esta manera, el adicto se sentirá impulsado y en conjunto será más eficaz la resolución del problema.
Las tipologías que se manejan dentro de esta enfermedad y que pueden producir comportamientos más compulsivos en línea son: el cibersexo, la pornografía, los juegos, el chat y las redes sociales.
Se espera que la Asociación Americana de Psicología y la Asociación Americana de Psiquiatría, editora del DSM IV (el manual más utilizado para el diagnóstico de desórdenes mentales) acepten la dependencia al Internet como adicción.
Antecedentes, grupos
de autoayuda
El primer grupo de autoayuda se originó en Estados Unidos, en 1935, con el nombre de Alcohólicos Anónimos (AA), posteriormente, utilizando los mismos pasos se fueron conformando grupos para tratar otro tipo de adicciones como a las drogas, a la comida, a las compras, entre otras.
Estos grupos ayudan a miles de personas a salir adelante y son formados por grupos de adictos que desean una recuperación.
La clave principal se centra en la identificación, pues las personas que asisten, comparten sus experiencias, les transmiten confianza y al presentar historias similares a las suyas se crea empatía.
Los miembros del conjunto ayudan a proponerse metas a corto plazo y les transmiten esa fuerza de voluntad para lograr sus objetivos, en este caso, disminuir poco a poco la adicción al Internet, hasta llegar al punto en el que ya no representa problemas para el usuario.
Primer grupo para ciberadictos en Nuevo León
En Monterrey ya existe el primer grupo de autoayuda que trata la adicción al Internet y es coordinado por el psicólogo clínico Pedro Peña.
“La idea surgió al leer acerca de la Ciberadicción y al ver que no se brindaba apoyo grupal decidí hacerlo, ya que es un problema que si no se cuida tendrá incremento notable”, dijo.
Peña comentó que decidió iniciar el grupo después de realizar consultas de parejas, pues en la mayoría de los casos, los problemas surgían por adicciones, infidelidad o violencia.
“Las adicciones se manifestaban por el uso inadecuado de Facebook ya que origina celos, desconfianza, infidelidades y mala comunicación. Al realizarles la entrevista (a las parejas) de manera individual, los resultados marcaban que era una persona adicta”, mencionó.
También aseguró que la parte fundamental para ingresar es el deseo de dejar la patología, ya que al hacerlo, el adicto está reconociendo su problema.
“Si le preguntas a alguien si es adicto a Internet difícilmente dirá que sí, aunque pase todo el día pegado a la computadora”, comentó.
Peña notó que las personas que no han tocado fondo y que no han sufrido, seguirán en la postura de que no son adictos y el hecho de que pidan ayuda implica que están reconociendo el problema.
“Los grupos para dependientes a Internet van a ser necesarios, me gustaría que se formen más y que esto tenga más difusión, tanto el problema como la solución”, dijo.
Por ahora sólo tiene personas de entre los 23 a 30 años de edad, pero brinda atención a gente de todas las edades, de manera individual y/o grupal.
Las personas que aún no se han acercado al grupo del terapeuta son los adictos a los juegos en línea.
“No existe ninguna persona que haga los pasos a la perfección y tampoco existe un tiempo definido para decir que alguien está recuperado”, afirmó.
El terapeuta comentó que el tiempo de recuperación para adictos no se podía medir. Explicó que existen factores que influyen en los avances de cada persona y que el más importante eran las ganas de mejorar.
Posteriormente, su estabilidad espiritual, ya que es fundamental creer en una fuerza superior para lograr paz en el cuerpo y la mente.
También mencionó que el hecho de decir “estoy recuperado” era peligroso para el adicto.
“Al momento de lograr una estabilidad emocional, espiritual y de dependencia podrá sentirse recuperado y al sentirlo, podría volver a sus hábitos y recaer en la adicción” aseguró.
“Un ejemplo podría ser el hecho de que una persona que fue alcohólica, jamás podrá ser un bebedor social, porque esto implicaría regresar poco a poco a su adicción.
“Un adicto a Internet, es lo mismo, aún cuando haya logrado una estabilidad no deberá de exceder los límites en el tiempo de conexión, ni sentir que no caerá en la dependencia, esto resultaría contraproducente”, agregó.
Peña explicó que al cumplir con los 12 pasos, los integrantes pueden seguir asistiendo y para apoyar a los nuevos integrantes. También explicó que si el usuario se sentía capaz de no recaer podría dejar de acudir un tiempo.
“Cada integrante se recupera de manera distinta y al completar el proceso, no es necesario que siga acudiendo, pues el cliente ya estará consciente de lo que logró y de lo que podría perder al recaer”, afirmó.
El grupo es completamente gratuito, brinda atención a cualquier persona que sufra de la adicción al Internet y de todas las edades. En caso de ser menor de edad el psicólogo recomienda que sea acompañado por un adulto.
Para dudas o agendar cita llamar al 8282-7159, con el psicólogo Pedro Peña.
Las reuniones se realizan lunes, miércoles y viernes de 8:00 p.m. a 9:30 p.m. El consultorio se encuentra ubicado en Mina 749 entre Matamoros y Allende, Zona Centro (Barrio Antiguo) Monterrey, Nuevo León.
¿Cómo saber si soy adicto al Internet?
La página www.adiccionainternet.org creada por el terapeuta ofrece un autodiganóstico para definir la dependencia que se tiene por la web.
:: 1.- ¿Ha tratado de desconectarse alguna vez por una semana, sin haber logrado cumplir el plazo? ¿Ha hecho repetidamente esfuerzos infructuosos para controlar, reducir o detener el uso de Internet?
:: 2.- ¿Le gustaría que con respecto a su uso de internet, la gente no se metiera en lo que no le importa, dejando de decirle qué tiene que hacer?
:: 3.- ¿Ha llegado a desinstalar programas o software o de “limpiar” lo que le perjudica de su computadora con la esperanza que eso le ayudaría a reducir su tiempo en internet?
:: 4.- Durante el último año, ¿ha tenido problemas que estén relacionados con su uso de internet?
:: 5.- ¿Ha causado su uso de internet dificultades en el hogar?
:: 6.- ¿Se dice a sí mismo que puede desconectarse en el momento que quiera, aunque continúe navegando sin tener la intención de hacerlo?
:: 7.- ¿Ha faltado algún día a su trabajo o escuela a causa de Internet?
:: 8.- ¿Con qué frecuencia se encuentra con que lleva más tiempo navegando del que pretendía estar?
:: 9.- ¿Desatiende las labores de su hogar por pasar más tiempo frente a la computadora navegando? ¿Su productividad se ve perjudicada por el uso de Internet? ¿Termina sus obligaciones “al cuarto para las 12” por haber estado navegando?
:: 10.- ¿Prefiere excitarse con fotos o videos a través de Internet en lugar de intimar con su pareja?
:: 11.- ¿Con qué frecuencia establece relaciones amistosas con gente que sólo conoce a través de Internet?
:: 12.- ¿Con qué frecuencia chequea el correo electrónico antes de realizar otras tareas prioritarias?
:: 13.- ¿Se ha soñado a sí mismo usando internet?
:: 14.- ¿Se encuentra alguna vez pensando en lo que va a hacer la próxima vez que se conecte a Internet o pensando en cosas relacionadas a Internet cuando no está conectado?
:: 15.- ¿Teme que su vida sin Internet sea aburrida y vacía?
:: 16.- ¿Se siente molesto cuando alguien le interrumpe mientras está navegando?
:: 17.- ¿Le ha pasado alguna vez eso de decir “solo unos minutitos más” antes de apagar la computadora? ¿Se queda más tiempo conectado de lo que inicialmente había pensado? ¿Siente la necesidad de incrementar la cantidad de tiempo de uso de Internet para lograr la satisfacción?
:: 18.- ¿Trata de ocultar cuánto tiempo pasa realmente navegando? ¿Ha mentido a los miembros de su familia, seres queridos u otros para ocultar su grado de implicación con Internet?
:: 19.- ¿Prefiere pasar más tiempo online que con sus amigos de la vida real?
:: 20.- ¿Se siente ansioso, nervioso, deprimido o aburrido cuando no está conectado a Internet?
:: 21.- ¿Se ha sentido inquieto, malhumorado, deprimido o irritable cuando ha intentado reducir o detener el uso de Internet?
:: 22.- ¿Ha perdido o puesto en peligro alguna relación significativa, trabajo, oportunidad educativa o profesional debido al uso de Internet?
Más…
:: No consigue controlar esa dependencia.
:: Sentimiento de euforia cuando está en Internet.
:: Ansiedad por pasar más tiempo en Internet; desasosiego cuando no está allí.
:: Desatención de familiares y amigos.
:: Sentimiento de culpa o vergüenza por lo que hace en la red.
:: Alejamiento de otras actividades.
¿Cuáles fueron tus respuestas?
Si te identificaste con 5 o más preguntas existen dificultades con tu uso inmoderado de Internet.
Evadir la realidad: raíz de las adicciones
“Al pasar mucho tiempo de mi vida diaria y hacer del Internet parte de mi rutina, me di cuenta que tenía problemas con el uso de la red”.
Un integrante (anónimo) del grupo de adictos a Internet que coordina el terapeuta Pedro Peña, compartió parte de lo que vivió con la Ciberadicción.
“Era Narcótico, actualmente llevo 5 años limpio gracias a la rehabilitación que recibí al estar internado, pero me di cuenta que sustituí una adicción con otra”, comentó.
Hace tres meses se integró al grupo de ciberadictos, al reconocer su adicción, la identificó rápidamente, debido a la experiencia con las drogas que había tenido con anterioridad.
“El hecho de haber sido narcótico le creó un defecto de carácter, por lo que puede recaer fácilmente en algún otro vicio”, indicó el psicológo.
El paciente notó que pasaba mucho tiempo expuesto a internet, con el fin de evadir la realidad, para salir de estrés o de angustia. Encontraba satisfacción en los sitios que visitaba o en las relaciones sociales que tenía.
Se desvelaba por estar pegado al monitor, lo que le ocasionó múltiples problemas en el área familiar y constantemente recibía reclamos por parte de su esposa pues se quejaba del tiempo que él dedicaba al Internet.
El paciente de Peña dijo que las tipologías que padece son tres: la adicción a las redes sociales (Facebook), al cibersexo y a la pornografía a través de la red.
Aseguró que muchas de las veces una página lo llevaba a otra, por ejemplo si abría el facebook de ahí iniciaban relaciones conflictivas, en ocasiones implicaban cibersexo o por el hecho de ver algunas fotografías, se pasaba páginas pornográficas.
Con el tiempo que lleva dentro del programa ha logrado crear en él conciencia y precaución, ya que borró de facebook relaciones enfermizas y evita las páginas pornográficas, porque sabe que si inicia con una, no se podrá detener.
El paciente dijo que antes del programa pasaba como mínimo 8 horas diarias y en la actualidad, sólo utiliza el Internet para cuestiones de trabajo (revisar correos o sacar información) que en ocasiones necesita del facebook, pero que si no ocupa, no lo abre.
“En ocasiones el paciente es capaz de detener los detonantes (tipologías a las que es adicto), pero a veces no, por lo que se requiere mucha voluntad y conciencia, enfatizó el terapeuta.
A pesar de que todo lo anterior parezca tarea fácil, no lo es, pues el psicólogo comenta que aún estando con terapia grupal o individual, se podría tener recaídas, ya que es un proceso de prueba y error.