Conocida también como “La Capital del Acero” por su importante industria siderúrgica, Monclova cobró relevancia internacional semanas atrás cuando un brote de Coronavirus se registró en el Hospital General de Zona (HGZ) número 7 del IMSS, que afectó a decenas de empleados del Sector Salud.
Ubicada a 194 kilómetros al noroeste de Monterrey, la tercera ciudad más grande de Coahuila se encuentra prácticamente paralizada y en estado de sitio, mientras que los “guerreros” de primera línea: médicos, enfermeros, laboratoristas, asistentes, trabajadores sociales y de intendencia, luchan por salvaguardar su integridad y por mantener a flote al nosocomio que atiende a pacientes infectados.
Las autoridades estatales y municipales han tomado medidas que rebasan las impuestas por el gobierno federal para frenar la diseminación del enemigo invisible y que incluyen el uso de la fuerza pública para obligar a los ciudadanos a quedarse en casa.
La pesadilla de Monclova, también llamado el “Wuhan mexicano”, comenzó el 15 de marzo cuando un conductor de tráiler, proveniente de Estados Unidos, llegó a la clínica 7 con evidentes síntomas de Covid-19.
El hombre de 42 años, quien falleció, cumplía la definición operativa de la enfermedad por lo que se trasladó al área de urgencias; sin embargo, una semana más tarde su cuadro clínico empeoró y se le aisló en piso, aunque la contención no fue la adecuada para su padecimiento en vías respiratorias.
La falta de insumos y material de protección para el personal médico se conjugaron para desatar la crisis sanitaria que hoy mantiene en vilo a la ciudad acerera, tal y como narró para Hora Cero un residente de dicho nosocomio, quien prefirió el anonimato.
“Nosotros pensamos que el trailero fue el caso cero, el que inició todo. Hasta donde tengo entendido los médicos adscritos ingresaban a verificar al paciente por las mañanas y le hacían cambios en el manejo, pero no se contaba con equipo de protección personal como el que tenemos actualmente. Ahí es donde tal vez hubo los contagios y los contactos que llevaron posteriormente a la diseminación.
“En piso sí se contaban con medidas de contención de aislamiento, pero no eran las adecuadas, el asimiento del sistema respiratorio es más estricto. Como en todo hospital público había deficiencias en cuanto a medicamentos e instalaciones, aunque cada institución hace lo mejor que puede con lo que tiene”, dijo el entrevistado.
Los rumores sobre la llegada del temido virus a Monclova corrieron como pólvora en redes sociales y el nerviosismo aumentó cuando se especuló sobre el contagio masivo del personal médico a causa del paciente cero. La preocupación se confirmó días más tarde en el Palacio Nacional, aunque con imprecisiones.
El 30 de marzo, el subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, indicó que el brote de Coronavirus en el hospital de Monclova se originó por una consulta externa al nosocomio y después se propagó al interior. Un día después, el funcionario se disculpó por los dichos y aceptó que el contagio se dio en las instalaciones del HGZ.
En ese momento, Monclova se colocó en la agenda del gobierno federal por albergar el primer contagio masivo en una clínica del IMSS a nivel nacional.
Previo a la llegada del paciente cero, personal del área de urgencias ya había protagonizado una protesta para exigir insumos con el fin de atender la pandemia.
Tras el escándalo, el material finalmente llegó al hospital, que ya tomaba medidas de fase 3: liberación de residentes de medicina familiar, traumatología, urgencias y medicina; aplicación de pruebas de Covid-19 al personal médico y aislamiento a todo aquel que presentara síntomas de la enfermedad.
También se dieron cursos intensivos de intubación para atender los casos de Coronavirus en la torre B del HGZ, que se convirtió en área Covid-19.
“Al interior del hospital se intensificaron las medidas de precaución. Ya no hay internos. Aquí yo siento que en el hospital aplicaron una fase 3. En otros hospitales continuaron con internos y residentes, sin mucho cambio, y en el hospital de Monclova siento que aplicaron un híbrido de fases porque se eliminaron clases y se dieron de baja a los internos.
“Al principio como no había muchas pruebas no se aplicaron y todo personal de salud que presentaba síntomas, aunque no cumpliera la definición operacional, para ese entonces se enviaba a casa a aislamiento por 15 días”, dijo el entrevistado, quien también estuvo aislado por 14 días.
Se estima que el contagio entre el personal médico del hospital en Monclova supera los 70 positivos y aunque la mayoría ha mostrado solo síntomas leves, el brote ya cobró la vida de cinco trabajadores de la salud: el director de la clínica 86, Roberto Gerardo Farías; el doctor Gualberto Reyes de la Cruz; la doctora Elisa Amaya Cruz; el administrador Mario Trejo y la trabajadora social Rosa Idalia Martínez.
La crisis sanitaria también ha mermado la planilla del Hospital General de Zona de Monclova a quien se le solicitó llegar y salir vestidos de civiles para evitar acciones hostiles en su contra como se ha registrado en otros estados de la república.
“Empezamos a ver que entre los médicos adscritos empezaron a presentar síntomas, tan así que ahorita no hay suficientes médicos de medicina interna, no tenemos muchos médicos internistas, muchos de ellos están incapacitados.
“Por seguridad y por higiene, que es como siempre debe de ser, nos pidieron ingresar vestidos de civiles y salir también como civiles”, mencionó el joven residente.
Como era de esperarse el brote de Coronavirus no se contuvo en las paredes del hospital, con el paso de los días se dispersó por el resto de la ciudad y municipios vecinos.
Tan sólo la zona metropolitana de Monclova, formada también por Frontera, Castaños y San Buenaventura los contagios suman 234 casos (el 59 por ciento de todo Coahuila) y 23 fallecidos (el 60.5 por ciento del total estatal).
La sanitización llegó con urgencia al complejo del IMSS ya que el sitio donde se propagó el virus sería también el receptor de los nuevos pacientes… que no tardaron en llegar.
Lizeth de Alba, a quien llamaremos así para ocultar su identidad, es parte del ejército médico que diariamente lucha contra la pandemia en Monclova, aunque eso signifique arriesgar su propia salud.
En los días posteriores al brote, la monclovense atestiguó la cascada de positivos que se desataron en la ciudad.
“Entré al hospital para hacer mi check-in y nada más en lo que entré, en lo que fui al checador estaba un enfermero en la puerta mencionado a los familiares de los pacientes. Yo escuché que le hablaron a tres familiares de tres pacientes diferentes y a los tres le dijeron lo mismo: que su paciente estaba en tal cama, que estaba intubada y estaba grave”, expresó la química que lleva casi un año laborando en el hospital del IMSS.
Al día del cierre de esta edición, Monclova registraba 24 personas hospitalizadas por Coronavirus -10 de ellas aún como sospechosas- así como 46 dadas de alta.
La magnitud de la crisis sanitaria la obligó a extremar precauciones e incluso a hacerse de insumos propios para una mayor protección, ya que además de cumplir su trabajo tiene que velar por su salud y la de su familia.
“Al principio yo pensaba que si me protegía bien no tenía por qué tener miedo, pero ahora que voy sí voy con miedo. No por mí, pero sí he pensado que a lo mejor ya lo traigo, pero que soy asintomática y se lo puedo transmitir a mi familia.
“Cuando empezó el brote todos empezaron a poner atención a las precauciones porque estaban muy incrédulos, no pedíamos el equipo, no lo exigíamos como ahora que sí lo estamos exigiendo. Hay una paranoia generalizada entre el personal.
“Yo compré cubre bocas, desinfectantes, todo me lo llevaba al trabajo, cada quien se protegía como podía. Nunca nos han faltado insumos, por la contingencia a veces escasean. Por ejemplo, nosotros cada vez que vamos a tomar muestras tenemos que pedir equipo, cambiarnos, terminamos y se tira a la basura porque son desechables”, dijo de Alba.
La labor del personal médico en Monclova es tan valiosa en estos momentos que en días recientes se propagó por redes sociales una campaña en la que se le daba rostro a los “héroes” locales. Con la leyenda “los héroes tienen nombre y apellido” se publicaron fotografías de los trabajadores de la salud para reconocer sus esfuerzos ante la contingencia.
ALMA DE ACERO
Monclova está enclavada en la región centro-desierto de Coahuila y con cerca de 250 mil habitantes es la tercera ciudad más importante del Estado, pero la más azotada por la pandemia del Coronavirus.
Para darse una idea, al cierre de esta edición, el municipio coahuilense por sí solo registra el 59 por ciento de todos los casos en Coahuila.
No es de sorprenderse que las autoridades de Coahuila estén enfocando la mayor parte de sus acciones a contener los contagios en Monclova, en donde se ha dictado una especie de “toque de queda” para contrarrestar la diseminación del Covid-19.
En la ciudad los filtros sanitarios se colocaron por todas partes, especialmente en el Bulevar Harold R. Pape, su principal avenida y en donde también se aprecia un mensaje en el monumento a Madero que dice: “quédate en casa hoy para que mañana no nos falte nadie”.
En los puntos de control las autoridades de seguridad y vialidad verifican que el número de pasajeros en los autos no sea mayor a dos y que los tripulantes no presenten síntomas de la enfermedad.
Por decreto estatal, la movilidad se redujo y el uso del cubrebocas es obligatorio en Monclova y el resto del estado.
Por su parte, las autoridades del municipio acerero endurecieron aún más las medidas propuestas por el Estado al aplicar multas a las personas que sean sorprendidas fuera de sus domicilios sin justificar alguno de los siguientes motivos: comprar alimentos, medicinas u otros productos básicos; acudir a un centro médico; realizar trabajo esencial; cuidar a un adulto mayor, menores o personas vulnerables; acudir a instituciones financieras o regresar a casa tras actividad esencial.
Los castigos podrían derivar en sanciones económicas y hasta cárcel.
Y en un esfuerzo coordinado entre la autoridad estatal (priista) y municipal (panista) en los próximos días entrará en función un nuevo hospital móvil, instalado a un lado del hospital “Amparo Pape de Benavides” para atender exclusivamente a pacientes Covid-19.
“Tenemos el alma de acero” dice el himno del equipo de beisbol de la ciudad -los Acereros de Monclova- que también se han sumado a la causa y que como el resto de la sociedad luchan para que el Coronavirus no “funda” el espíritu guerrero de la ciudad industrial.