
Gobernar Monterrey… ¿bendición o castigo? todo depende de a quién se le pregunte.
Los últimos “bendecidos” por la silla municipal fueron los ex gobernadores Sócrates Rizzo y Benjamín Clariond, quienes usaron a la alcaldía regia como trampolín para llegar a la gubernatura en la década de los noventa.
Sin embargo, desde entonces, no habido ningún otro edil regio que brinque del Palacio de Cristal al de Cantera y, por el contrario, su estancia en la silla municipal se traduce a su declive político.
Lo anterior llevó a la creación de una leyenda que dice que la alcaldía de Monterrey está “maldita“ y que el político que llega a su administración está condenado al fracaso en sus siguientes proyectos. Y para muestras hay muchos ejemplos.
El caso más reciente es el Luis Donaldo Colosio, ex alcalde emecista de la capital, quien llegó al Palacio de Cristal con el 47.4 por ciento de los votos en 2021, una diferencia de más de 100 mil sufragios contra su principal contrincante el priista Francisco Cienfuegos, quien apenas alcanzó el 31.3 por ciento de las preferencias, de acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).
Tres años más tarde, el hijo del ex candidato presidencial Luis Donado Colosio Murrieta, intentó repetir la hazaña, pero ahora rumbo al Senado, en donde perdió contra la fórmula de Waldo Fernández y Judith Díaz de Morena-PT-Verde.
El emecista se tuvo que conformar con la primera minoría para acceder a su curul en la Cámara Alta, misma que también estuvo a punto de perder, pues en las elecciones del 2 de junio pasado, la pareja de Karina Barrón y Fernando Margáin Sada del PRI-PAN-PRD casi lo mandan al tercer lugar.
En el cómputo final Colosio Riojas y su compañera Martha Herrera ganaron el segundo lugar por una diferencia apenas del 0.46 por ciento.
Otro ejemplo de “la maldición de la silla“ es su antecesor Adrián de la Garza, quien ya había gobernador Monterrey en dos ocasiones de 2015-2018 y de 2018-2021.
Tras dos trienios exitosos en la alcaldía regiomontana, el tricolor se posicionó como candidato natural a la gubernatura de Nuevo Léon, aunque para llegar tendría que ganarle a la que entonces era su contrincante más cercana: Clara Luz Flores de Morena.
Durante la primera etapa de campaña, un video de la ex alcaldesa de Monterrey con el supuesto líder de una controversial secta, la eliminó prácticamente de la contienda y dejó el camino libre para el priísta.
Sin embargo, “la maldición“ de la silla volvió a a aparecer y de la nada, un novato candidato de MC, de nombre Samuel García comenzó a ganar simpatía en el electorado, que le dio el triunfo el 6 de junio de 2021 con el 36 por ciento de los votos.
En 2024 Adrián “revirtió” el “hechizo” de la alcaldía regia y regresó a liderarla con altas posibilidades de ser la carta de su partido rumbo a los próximos comicios para renovar la gubernatura en 2027.
Quien no corrió con tanta suerte fue su predecesora: Margarita Arellanes, quien se convirtió en la primera mujer alcaldesa de Monterrey y la última emanada del PAN en solitario.
La controversial panista llegó al Palacio de Cristal en 2012 con más de 216 mil votos y durante los casi tres años de administración se perfiló como la “carta fuerte” de su partido para representarlos en la lucha por la gubernatura de 2015.
A pesar del golpeteo político, la popularidad de Arellanes creció cada año y su candidatura era cuestión de “mero trámite”.
Sin embargo, la “mala suerte” no llegó del exterior, sino de su propio partido, ya que después de algunos diferencias con los principales líderes albiazules y tras una contienda interna, Felipe de Jesús ganó la nominación del PAN… pero no corrió con suerte.
Desde entonces la ex panista desapareció la escena política nacional.
El “verdugo” de Arellanes es otro que también tuvo el “infortunio” de ser inquilino del Palacio de Cristal. De Jesús Cantú gobernó la capital regiomontana de 2000 a 2003 y desde entonces su carrera política entró en altibajos.
Tras liderar la ciudad más poblada del estado, el ex panista se refugió en el Congreso de Nuevo León y el Congreso de la Unión, pero cuando fue llamado a contender por la gubernatura en 2015 se quedó en tercer lugar con apenas el 22.3 por ciento de los votos. Es decir, más de 25 puntos debajo del ganador: Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
Felipe de Jesús Cantú es tal vez el ex alcalde al que la silla le ha pasado la factura más cara, pues luego de perder su pase al Palacio de Cantera en 2018 intentó buscar nuevamente la alcaldía regia.
En una cerrada elección, el entonces panista logró el triunfo contra la reelección de Adrián de la Garza, pero tras la impugnación de los comicios, la Suprema Corte ordenó una elección extraordinaria en la que los votos ya no le favorecieron.
En 2021 intentó regresar al Palacio de Cristal, pero ahora bajo las siglas de Morena, sin embargo fue derrotado por el emecista Luis Donaldo Colosio.
Otro que también buscó gobernar Nuevo León, luego de ser alcalde de Monterrey, fue Fernando Larrazábal Bretón, predecesor de Margarita Arellanes y quién también padeció “la madición de la silla”.
El panista administró la capital regia de 2009 a 2012, justo durante la época de mayor violencia en el estado.
De hecho, el atentado en el Casino Royale en agosto de 2011, lapidó la popularidad del político oaxaqueño por su presunta responsabilidad al por no haber hecho inepecciones en el inmueble de San Jerónimo.
Al finalizar su administración, Larrazábal Bretón ganó una curul en Cámara de Diputados federal, en donde se le perdió la pista.
En 2021 el panista regresó a la escena política al registrarse como candidato de su partido a la gubernatura de Nuevo León, pero quedó en un lejano tercer lugar.
A la lista de “víctimas” por la Silla de Monterrey se le puede agregar Adalberto Madero “Maderito”, edil de 2006 a 2009, quien ha intentado en múltiples ocasiones volver a gobernar la capital, pero sin éxito.