Por Fernando Walle
En el marco de las festividades del mes de septiembre, la autoridades olvidaron los monumentos históricos; algunos no solamente lucen con suciedad, sino que muestran daños en su estructura por nulo mantenimiento y actos vandálicos.
En el centro de Monterrey se encuentran una decena de estructuras como estatuas, placas y construcciones icónicas como el Faro del Comercio, la Fuente de la Vida, o la Plaza Hidalgo.
En un recorrido que comenzó en la plaza Zaragoza, se pudo ver cómo al kiosco del Foro Lucila Sabella le falta una parte del techo, además de que una de las cuatro estatuas que representan a una ninfa le hace falta un trozo de su mano.
A la figura del General Ignacio Zaragoza, que está representado sobre su caballo, se le nota el deterioro en su base denotando que lleva muchos años sin recibir mantenimiento.
Unos pasos más adelante está el árbol que los alcaldes de la zona metropolitana plantaron como “símbolo de su compromiso” en el 2019, mismo que destaca por lucir abandonado e incluso seco. Junto a él se encuentra el Reloj de Sol, además de la Fuente del Comercio, obra del reconocido arquitecto Luis Barragán, donde se observó basura flotando.
La desatención de estos monumentos no solo se reduce a la Macroplaza. Al cruzar la calle Zaragoza, a espaldas del Museo Metropolitano, se encuentra la Plaza Hidalgo, erigida en 1894 y nombrada así tras el primer Centenario de la Independencia en 1910.
La locación ha servido para celebrar la ceremonia del “grito”; a su alrededor se encuentran hoteles históricos, además recibe eventos culturales y conciertos; sin embargo, aunque la plaza tiene un peso histórico y artístico, el lugar está desatendido, tanto por la basura que se acumula en las alcantarillas, como por los daños que resaltan en el monumento del cura Hidalgo que sirve de cama para un indigente que duerme sus pies.
El monumento de Diego de Montemayor, colocado a un lado del Congreso Local, ha sido vandalizado en dos ocasiones, la primera en el año 2011 cuando alguien se robó la espada del personaje y la segunda en el 2018. Hasta el momento continúa mutilada
Otros monumentos que también han sido vandalizados son las estatuas del General Mariano Escobedo y José María Morelos, figuras presentes en la Explanada de los Héroes, frente al Palacio de Gobierno, las cuales lucen aún con grafiti.
En el mismo lugar se encuentra la obra El Fuego de la Amistad; ahí debería estar prendida una llama que simboliza la relación entre México y los Estados Unidos inaugurada por los entonces presidentes George Bush y Carlos Salinas de Gortari en 1990, sin embargo el fuego esta ausente.
El abandono no solo está presente en la Macroplaza, también el Barrio Antiguo. Al recorrerlo se puede notar que las placas conmemorativas de hechos históricos que hay en algunas casas se encuentran sucias, dañadas o incluso desaparecidas.
Esta desatención también afecta a los marcadores históricos, estos pretenden informar a las personas de puntos turísticos de la historia de Monterrey.
El marcador que está a un lado del Casino Monterrey se ve rayado, grafiteado y hace imposible ver su información, en este mismo punto se halla también la placa “Cuarteles de Ampudia y Polvorín”, esta ha sido vandalizada y el sitio es usado por los indigentes como baño público, lo que despide un hedor a heces las cuales que siempre están presentes en el lugar.
ETERNO DESCUIDO
El director del Archivo General del Estado Nuevo León, Héctor Jaime Treviño Villarreal, dijo que los monumentos históricos siempre han padecido de un descuido por parte de las autoridades.
“Los que llegan al poder creen que colocar la estatua es dejarla ahí y se acabó, pero no, esto requiere un mantenimiento permanente y constante porque es parte del ornato, de la imagen urbana de Monterrey”, expresó.
Mencionó que los monumentos en ocasiones reciben mantenimiento, sin embargo estos han sido mal restaurados debido a que el parte del dinero asignado termina por desviarse a otros intereses.
El también ex delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), aclaró que el instituto solamente interviene en el mantenimiento de construcciones y obras anteriores a los años 1900, después de esta fecha el Instituto Nacional de Bellas Artes es quien está a cargo del cuidado de las mismas, sin embargo, en la entidad no se cuenta con una delegación del INBA.
En este sentido el compromiso de la restauración y mantenimiento queda en manos de autoridades municipales y estatales; los monumentos que están ubicados desde el palacio de Gobierno hasta la calle Padre Mier son tarea del Gobierno del Estado y desde el palacio municipal hasta Padre Mier corresponden al municipio.
El director expresó: “Desafortunadamente no hay gente especializada dentro del departamento de mantenimiento del municipio, lo bueno sería que cuando se van a intervenir por ejemplo una estatua, hay que consultar con los que saben, con restauradores reconocidos como Cuauhtémoc Samudio, Sergio Salinas o David González”.
Indicó que en ocasiones son los mismos ciudadanos quienes malogran los monumentos, un ejemplo es el robo de placas históricas, las cuales anteriormente eran de bronce y al ser constantemente hurtadas, tuvieron que ser reemplazadas por mármol.
Treviño Villarreal señaló que hacen falta eventos que involucren a estos espacios para despertar conciencia sobre su importancia, aunque para ello primero se debe hacer un recuento de los monumentos que existen a la fecha en Monterrey.
“Hay que hacer una revisión del número de estatuas y monumentos que tenemos, por decir Conarte tiene un catálogo, luego hay que involucrar a las autoridades en la importancia de estas figuras y también las placas históricas, después debemos formar un comité de participación ciudadana a favor del mobiliario urbano que existe”, finalizó.
LAS BUENAS INTENCIONES
Recientemente el Gobierno del Estado cedió el mantenimiento de la Macroplaza al Patronato del Parque Fundidora, el cual estaba a cargo de Parques y Vida Silvestre, con ello inició una restauración con un costo de 24 millones de pesos.
El presidente del Consejo de Administración del Parque Fundidora, Bernardo Bichara, dijo que si bien la Gran Plaza fue erigida hace ya 36 años, poco ha sido el mantenimiento ha recibido en más de 30.
Sin embargo, aunque dijo que este mantenimiento abarca la renovación de jardines, vitapista, subterráneo y de todas las esculturas que hay en la Macroplaza, solo la Fuente de la Vida será restaurada, misma que recibió una inversión de 5 millones de pesos para su mantenimiento.
Por otra parte, el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, pedirá al Gobierno del Estado la autoridad para ofrecer el cuidado de los monumentos posteriores a la plaza Zaragoza.
En el estado, la cantidad de placas conmemorativas, esculturas, estatuas, fuentes y edificios es amplia; pese a que el Consejo de las Artes en Nuevo León ya los tiene documentados, es notable que hace falta más por parte de la autoridad y las asociaciones civiles el incorporarlas al conocimiento público.
Con ello se pretende no solo conservar sus imágenes, las cuales son usadas como un recurso embellecedor para las plazas públicas, sino también el qué representan para la sociedad regiomontana y así mantener la dignidad de los monumentos históricos de Nuevo León.