La pandemia dejó al descubierto los problemas de una integración digital incompleta. La transición hacia una digitalización expansiva fue necesaria en la medida que el confinamiento obligó a personas de todo el mundo a mediar su experiencia diaria a través de pantallas conectadas a internet.
En países como México donde, de acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH 2019) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo 56.4% de la población cuenta con una conexión fija y estable a internet desde sus hogares, y el uso de teléfonos inteligentes ha sido fundamental para acompañar estos procesos de incorporación de nuevas tecnologías en el quehacer diario.
Dicha encuesta estimó que en México hay más de 85 millones de usuarios de smartphones, lo que se traduce en 75 por ciento de la población mayor a seis años; en ese mismo sentido, 95.3 por ciento de los accesos a internet en este país se dieron a través de estos dispositivos.
“Es una realidad que el smartphone vino a revolucionar nuestras vidas. Lo sugerente es que no hay unas sola esfera de la vida de cualquier persona que no pueda ser mediada o auxiliada por un teléfono inteligente: desde asuntos del quehacer diario, el entretenimiento, la conectividad a través de redes sociales y desde luego los servicios financieros digitales”, apunta Modesto Gutiérrez, Presidente y Cofounder de Miio, el primer telcobank de México y Latinoamérica.
EL AVANCE DE LA TECNOLOGIA
No deja de ser irónico que los teléfonos en general ya casi no se usan para hablar. A lo largo de los últimos 30 años, paulatinamente se han ido incorporando distintas funciones a los smartphones que ha sustituido a otras herramientas como agendas, calculadoras, máquinas de fax, relojes despertadores, libros contables y administrativos, consolas de videojuegos, libros, periódicos, revistas, hasta la televisión y el equivalente a computadoras personales.
“A veces pensamos que los smartphones nada más sirven para divertirnos: pasar horas en redes sociales viendo memes, ver nuestra serie favorita, escuchar música o jugar el videojuego de moda. Pero las posibilidades que abre un teléfono inteligente son prácticamente infinitas, incluido el acceso a la industria bancaria en la palma de nuestra mano: realizar trámites, pagar servicios, dispersar una nómina, gestionar inversiones, solicitar servicios e instrumentos financieros”, explica el Presidente de Miio.
Pero los avances en los teléfonos inteligentes no se detienen aquí. Por el contrario, la telefonía celular del futuro es una que se está desarrollando sobre la marcha ahora mismo. Particularmente, hay tres innovaciones disruptivas que podrían cambiar la cara de los smartphones a lo largo de las próximas décadas y que están al centro de lo que se conoce como Cuarta Revolución Industrial: la tecnología 5G, el blockchain y el internet de las cosas (IoT).
Por ejemplo, la tecnología 5G podría mejorar la velocidad de conexión a internet privilegiando comunicaciones de gran fiabilidad y baja latencia. De acuerdo al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), los sistemas 5G traen posibilidades como: Mayor ancho de banda, mayor capacidad de transmisión de datos, menor tiempo de espera o latencia, nuevas oportunidades de acceso inalámbrico
Esta tecnología multiplicará exponencialmente el número de dispositivos conectados. Asimismo, se apuntala como una habilitadora de otras como el blockchain y el IoT.
Blockchain es un sistema que permite descentralizar procesos, particularmente en la industria financiera, a través de un libro de cuentas conectado a millones de usuarios, pero que, por estar cifrado, permite una distribución segura y transparente de información.
De igual manera, el internet de las cosas es el conjunto de sistemas que conecta dispositivos físicos -desde refrigeradores y tabletas hasta cajeros automáticos y automóviles- con datos que se reciben y transfieren a través de redes inalámbricas. Al centro de estas tecnologías está el smartphone como la llave maestra que amalgama e impulsa estos desarrollos.
El Consejo Nacional de Inclusión Financiera estima que para 2022 en México podría haber un total de 68 mil 201 millones de dólares en transacciones en el sector fintech. En este contexto futuro, “la incorporación de aplicaciones ágiles y sencillas de la banca digital en teléfonos inteligentes desempeñarán un rol indiscutible en los procesos de modernización del siglo XXI”, considera Gutiérrez.
La expansión del uso de teléfonos inteligentes a través de fintech y tecnologías utilizadas por la banca tradicional puede traer beneficios para la población como: Inclusión financiera, transacciones a cualquier hora y desde cualquier lugar, impulso de la economía digital, nuevos productos y servicios financieros. mejores herramientas para la gestión de finanzas, educación financiera, entre otros.
La telefonía celular y la llegada de jugadores disruptivos como los Telcobanks (fintech que fusionan los servicios financieros con la telefonía móvil) serán los pilares que permitan aglutinar sistemas y procesos cada vez más sofisticados, eficientes y accesibles.
A través de tecnologías habilitadoras como el 5G, el blockchain y el IoT, los smartphones serán verdaderos centros de operaciones en los que hasta los servicios más sofisticados estén al alcance de la mano de todos los usuarios.