Lo que al inició fue una señal de alerta, hoy es tristeza y lamento para familias a quienes les arrebataron un ser querido. Y es que Nuevo León ha sido escenario de crímenes, causados por la celotipia.
“Un celotípico todo lo ajusta a su idea delirante, sus trastornos encajan en lo que él cree que es correcto y la idea es que su pareja lo está engañando”, aseguró el psicólogo Pedro Peña Hernández.
Entre julio y agosto del presente año, se registraron cinco casos destacados de asesinatos por celos, en distintos municipios del Estado.
Hombres de entre 17 y 65 años de edad, al carecer de un sano juicio, decidieron terminar con la vida de su pareja sentimental, sin importar las consecuencias de sus actos y dejando en orfandad a sus hijos.
El 5 de julio una pequeña de seis meses de edad quedó huérfana, porque su padre de 19 años fue encarcelado por asesinar a Zaira Alejandra González después de una discusión por presunta infidelidad.
Luis Érick Lovera Contreras arrojó el cuerpo de su esposa en una alcantarilla a seis cuadras de su hogar, en la colonia Los Altos del municipio de Escobedo.
Pero cuando el remordimiento lo invadió, decidió enviar una carta anónima a los padres de la víctima informando que la joven estaba muerta dentro de una coladera a 30 metros de la casa de la pareja.
Al llegar al lugar, los familiares se percataron de que la joven estaba en estado de descomposición y cubierta con una madera.
Los motivos del asesinato fue una presunta infidelidad por parte de la víctima, que de acuerdo al papá de Lovera, el pasado 24 de junio, durante un partido de futbol, su nuera recibió una llamada telefónica.
Dicha llamada provocó su nerviosismo, por lo que cuando su hijo y ella llegaron a la casa comenzaron a discutir y que incluso Érick la amenazó con una navaja.
Señaló que Zaira salió corriendo de la casa y que supuestamente su hijo fue a buscarla pero que no la encontró, sin embargo las autoridades citaron al joven para que diera su testimonio donde confesó que él era el responsable de la muerte de su pareja, porque le era infiel.
Mientras que unos días después, el 26 de julio, en el municipio de García, Elizabeth Mendoza Vázquez de 36 años fue asesinada enfrente de sus hijos de ocho y cuatro años de edad.
Los sucesos se reportaron en la calle Paseo del Milagro 1134 de la colonia Paseo de las Capellanias, donde la víctima fue auxiliada por paramédicos de la Cruz Verde, pero ya no presentaba signos vitales.
De acuerdo al reporte, los celos enfermizos de su esposo provocaron el deceso de Elizabeth.
Elementos de la policía municipal acudieron al reporte de una riña familiar descubriendo el crimen y logrando la captura del homicida.
Pero en esta enfermedad no existe un rango de edad, ya que el 31 de julio un menor de 17 años (Carlos) acabó con la vida de su ex novia Estefanía Carolina Teruel Baena, de 18 años, al enterarse de que ya tenía una relación con otro joven.
Después de ocho meses de ruptura, Carlos no soportó el hecho de que su ex novia ya mantuviera relación con otro joven y como seguían siendo amigos, la invitó a un mercado ubicado en la colonia Miravista en el municipio de Escobedo.
Cuando regresaban del lugar, al pasar por un campo de futbol, la derribó y la apuñaló en repetidas ocasiones.
El joven se delató por medio de las redes sociales, al preguntar por una mujer muerta en el campo de futbol, cuando aún no se había hecho el hallazgo. Pero a unos días de diferencia, Apodaca sería el terreno de otro crimen causado por celos.
El 6 de agosto Maribel Sánchez Díaz, de 39 años de edad, recibió una puñalada en el abdomen por parte de su esposo Javier Natividad López García, de 65 años, por encontrar indicios de que ella lo había engañado.
De acuerdo a testigos, la pareja discutía constantemente por que Javier era muy celoso, lo cuales se derivaban de una hija de 15 años que tuvo Maribel de su relación anterior. Además tuvieron un hijo que actualmente tiene 8 años, ambos menores y que fueron trasladados al DIF Capullos.
La noche del crimen pelearon, hasta que él tomó un cuchillo y se lo enterró en el estómago, pero al verla mal, pidió ayuda, aunque de camino al hospital Maribel Sánchez perdió la vida. Los hechos ocurrieron en Hacienda Guadalupe número 437, en su cruce con la Hacienda de la Soledad, en la colonia Villas de Huinalá.
Y uno de los casos más recientes es el del veracruzano Maximiliano Lara Herrera, de 28 años de edad, quien atacó a su esposa Paulina Santos del Ángel, de 22 años, quedando sin vida en el poblado Los Morales el 8 de agosto.
Lara Herrera encontró en la bolsa de su esposa una carta que presuntamente le dio un compañero del trabajo llamado Roque y, al darse cuenta del presunto engaño, la golpeó y la apuñaló levemente en el abdomen, dejándole una pequeña marca.
Pero un día después, cuando Paulina llegó de trabajar, el hombre la agredió nuevamente y le quemó su ropa, por lo que ella abandonó la vivienda para irse con su abuela y se llevó a sus dos hijos, de uno y cuatro años de edad.
Sin embargo, cuando la joven se dirigía a laborar, a las 5:30 horas, Maximiliano la sorprendió de entre matorrales y la tomó por la espalda, apuñalándola en el corazón y posteriormente se dio a la fuga.
Al sitio arribo Martina del Ángel, abuela de la occisa, quien no pudo hacer nada por su nieta.
Paulina falleció sobre la calle Escobedo, cerca de un vado, en el referido poblado del municipio Salinas Victoria.
Se presume que anteriormente, Maximiliano Lara Herrera había asesinado a otra mujer que también fue su esposa, por lo que huyó de Veracruz.
En cada uno de los casos, el común denominador son los celos que sin ayuda profesional se salen de control y terminan con la vida de jóvenes, madres e inocentes.
Características
de la enfermedad
“Como trastorno delirante tipo celotípico, se aplica cuando el tema central de la idea delirante es que el cónyuge o amante es infiel.
“Esta creencia aparece sin ningún motivo y se basa en inferencias erróneas que se apoyan en pequeñas pruebas, por ejemplo, ropas desarregladas o manchas en la sábanas que son guardadas y utilizadas para justificar la idea delirante.
“El sujeto con esta idea suele discutir con el cónyuge o amante e intenta intervenir en la infidelidad imaginaria coartando la libertad de movimientos del cónyuge, siguiéndole en secreto, investigando al supuesto amante o agrediendo”, lo anterior, de acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
El psicólogo Pedro Peña Hernández mencionó que para una persona que padece la enfermedad, los trastornos delirantes son una idea falsa alejada de la realidad, pero la persona cree que esos pensamientos son correctos.
“La celotipia no tiene nada que ver con la edad, es un trastorno mental; en el caso del señor de 65 que mató su esposa de 35, la diferencia de edad no tuvo nada que ver”, afirmó.
Las ideas creadas por la persona enferma son muchas y existen casos extremos en el que se aísla por completo a la pareja hasta que el sufrimiento es el papel principal de la relación.
“Si la mujer viene llegando a casa y está colgando el teléfono, el celotípico cree que estaba hablando con su amante, o si le llega un mensaje y lo lee sin decirle nada, cree que el amante le escribió”, dijo.
Y aunque no todos los crímenes pasionales, se tratan de una persona enferma de celos, en ocasiones también puede entrar la venganza, rencor o el impulso.
El psicólogo aseguró que cierto grado de celos son normales, ya que desde niños somos celosos, iniciando con los hermanos y, posteriormente, celamos por temor de perder a la persona amada.
“No se debe confundir, la enfermedad delirante es cuando no se tienen pruebas, es cuando los celos son infundados.
“Cuando tengas pruebas contundentes o reveladoras, pruebas reales, no delirantes o ya hubo una infidelidad previa hay ese resentimiento, odio, rencor, deseo de venganza y se podría descartar la celotipia”, dijo el terapeuta.
También aseguró que la persona que la padece, constantemente cela a su pareja; si es violento enclaustra a la mujer, no le permite salir, no la deja desarrollarse, no la deja trabajar, la encierra y la arrincona.
“Cuando una relación ya no está firme, fácil entra un tercero y se cumplen los delirios del celotípico, haciéndole creer que siempre tuvo razón”, comentó.
Por otra parte, mencionó los casos en los que la persona infiel cela mucho a su pareja, en la que no se maneja como celotipia, sino como un defecto de la personalidad o defecto de carácter que, por lo que ha vivido o visto, catalogue a los demás así.
El celotípico es una persona posesiva al grado que llega a enfermar a la pareja.
La enfermedad que se desarrolla en el transcurso de los años, hace al celotípico sumamente controlador y un claro ejemplo de esto es cuando critica de forma constante la forma de vestir de su pareja y le niega salidas.
En algunos casos, también se le prohíbe el uso de celular, el ingreso al mundo laboral, hablar con hombres, en otros casos con amigas (por creer que la encubren en una infidelidad), etc.
“Cuando la enfermedad ya está más desarrollada, puede estar la persona viendo la tele y la pareja puede llegar a imaginar que el conductor le hace señas a su esposa porque son amantes”, explicó el psicólogo.
Incluso cuando salen juntos, el enfermo puede sentir que su pareja se le quedó viendo a alguien porque le gusta o porque tienen algo, y si no se le quedó viendo, es porque está fingiendo que no tienen nada.
“De tantas sospechas y continuas discusiones, él se puede hacer violento y llegar a golpes, gritos e insultos”, explicó Peña Hernández quien lo padece, cela en exceso, existen humillaciones de su parte, ofensas hacia la pareja, que por qué se arregla, que por qué se viste de cierta forma, todo se le cuestiona”.
Otro de los pensamientos de un celotípico es que crea que el cónyuge le pertenece, que le haga escenas de celos dentro y fuera de la casa. Y una persona con el padecimiento causa, al menos, violencia verbal.
“Las personas con esta enfermedad en repetidos casos se internan en el hospital psiquiátrico. No se dan cuenta del daño que causan, no tienen un sano juicio, por eso no miden su actuar”, reiteró.
De acuerdo al terapeuta, en la mayoría de los casos, cuando se presentan pacientes con celotipia, son llevados por su pareja para que reciba ayuda, ya que ellos no saben que están enfermos.
“Se crea ideas en la mente que para él son reales, él no sabe que está delirando, el paciente no sabe que está enfermo, la pareja es la que lo detecta y es la que viene con esa queja”, dijo.
Las reacciones de los celotípicos varían de acuerdo a la persona, pero son impredecibles ya que ellos actúan acorde a su falsa realidad.