Hace un tiempo no muy lejano ¿cuántas personas –sobre todo, jóvenes– no acudieron a las tiendas de su ciudad para poder conseguir un reproductor musical?, ¿un walkman o discman?, ¡para nada!, eso quedó en el desuso desde hace mucho.
La novedad era el cómodo y extraordinariamente práctico mp3, pero ya no, porque ahora los teléfonos personales lo llevan integrado.
Así de voraz y tangible es la ola expansiva de la tecnología, la cual se extiende a tal grado que por ejemplo: en las plantas maquiladoras de Reynosa la vida útil de fabricación de un teléfono celular es de uno a dos meses, porque las líneas de producción cambian de modelo de forma constante. Los de semanas antes son pasado.
De acuerdo con Salomón Pecero Del Angel, director de la carrera de Tecnologías de la Información en la Universidad Tecnológica de Tamaulipas Norte (UTTN), el hombre vive en un mundo de exponencial desarrollo; nunca deja de estar en movimiento.
Sin embargo, enfatiza en la necesidad de preparar profesionistas que puedan potenciar esos talentos, ayudar a crear aplicaciones y resolver problemas en la órbita de los avances que está alcanzando la ciencia actualmente.
“En estos momentos la tecnología que más se encuentra impactándonos es la de los teléfonos móviles, pero la que más nos va a sorprender es la wireless (un término empleado para describir las telecomunicaciones y transferencias de datos mediante ondas electromagnéticas, en vez de cables). Esa sí va a modificar todo nuestro patrón de vida”, asegura.
Para el también ingeniero electrónico por el Instituto Tecnológico de Ciudad Madero (ITCM), con maestría en Aplicaciones Industriales, está próxima a desencadenarse una serie de desarrollos vertiginosos que va a revolucionar a industrias como la del comercio.
“Los medios sobre cómo adquirir la información en el supermercado están cambiando. Hay una tecnología que se llama IRF, con la que los productos van a tener el precio, la gente los agarrará, los echará a su carrito y automáticamente se van a ir registrando.
“Cuando las personas salgan ya no necesitarán un capturista, sino que pagarán y recibirán el ticket. Todas las prendas lo van a tener, es un adelanto que en otras partes del mundo ya se está aplicando, por eso digo que necesitamos preparar gente para eso”, menciona.
De hecho, en México y Estados Unidos varias cadenas de servicio están manejando sus precios en pequeños tableros digitales y en algunas tiendas ya no hay cajeras, sino que los mismos consumidores pasan sus productos por el lector, depositan su pago en una máquina –en efectivo o con tarjeta–, obtienen su recibo impreso y a la salida un guardia verifica la legalidad de las compras, aunque siempre hay personal para atender a los clientes en caso de dudas.
FACTORES COLATERALES
Si algo resulta cierto es que para operar un nuevo desarrollo hay que saber usarlo y si éste presenta alguna falla, repararlo o brindarle mantenimiento, por ello, Pecero Del Angel pondera la grandiosa oportunidad de que los especialistas mexicanos se acoplen a ese nicho laboral.
“Necesitamos capacitar personas para desarrollar diversos tipos de aplicaciones, los programas, porque esos no se van a dar solos, se tienen que conectar, configurar y se deben crear programas para leerlos.
“Imagínate, en la Comapa (Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado), en el Seguro Social, en el Registro Civil ya no va a ser necesario llevar hojas, porque toda la información se va a poder transportar en chips.
“Como es un sistema inalámbrico se tiene que hacer a través de redes. El médico desde su consultorio te va a poder estar monitoreando y Japón es un país de esos, a donde a los ancianos los tienen así. Hay sensores por todos lados”, ilustra.
Aunque la realidad aún no supera a la ciencia ficción ésta sí se le aproxima. En la década de los 70 e incluso en los 80 hubiera sido difícil imaginar que un estéreo reprodujera música almacenada en un diminuto pedazo de plástico.
La tecnología del Compact Disc era creíble, porque ya había discos de acetato; no obstante, hoy existen aparatos a los que basta insertarles una tarjeta de memoria para escuchar canciones hasta el cansancio, pues poseen una capacidad de acumulamiento cada vez mayor.
Hoy en día desde los teléfonos inteligentes es posible quitar o poner el seguro de la casa a distancia, monitorear mediante una cámara si alguien se acerca y recibir fotos instantáneas de las personas que merodean el auto.
En la educación, hasta antes de la propagación acelerada del internet las enciclopedias ocupaban un lugar importante, pero ahora son más bien un artículo decorativo en casas y oficinas.
Un vendedor de libros del sur de Tamaulipas dijo recientemente que esta ola tecnológica vino como un tsunami que arrasó con este negocio y lo hizo cambiar de empleo, dado que hoy los estudiantes y docentes se refugian en la red para realizar toda clase de consultas, algo en lo que coincide el director de la carrera de Tecnologías de la Información.
“A nosotros nos tocaron los libros, pero ahora va a ser todo digital, aunque a decir verdad todavía existe una brecha marcada entre la gente mayor y los jóvenes. Es decir que las personas desde los ocho a los 16 años andan ya muy adelantados, mientras los demás tienen una resistencia, pero aún así la tendencia es que los documentos sean digitales”, insiste.
Incluso, comenta este catedrático que debido a los avances de la industria algunas carreras se están quedando obsoletas.
“Es el caso de las secretariales y algunos otros oficios que se inclinan a desaparecer, al igual que el papel, porque todo va a ser por medio de archivos computarizados, actas de nacimiento, expedientes de salud, documentos educativos.
“Ahora los estudiantes van a contar con una licencia para ingresar a los libros en línea. El procedimiento es venderles el acceso para que puedan hacer uso de toda la biblioteca”, ejemplifica.
Añade Pecero Del Angel que los maestros también deberán adaptarse a este proceso, ya que la simulación va a ser de forma digital, así como la creación de un artículo comercial.
“Ya no son programas para hacer dibujitos, sino que ahora son de desarrollo de productos como el AutoCAD y el Pro/Engineer, que te diseñan una silla y ya te están viendo el proveedor del tornillo, el proveedor de la pintura y ya estableces tiempos, ya pones ergonomía y lo haces en forma digital, ya no tienes que andar arrastrando un lápiz.
“Diseñas, simulas, ves la vida del producto. Por ejemplo, si creas un balero o una llanta la sometes a pruebas ahí mismo. Esta llanta y este rin te aguanta una velocidad de 200 kilómetros por hora, a 300 los baleros se deshacen.
“Ya se simula todo. Lo que antes hacíamos en papel y calculábamos, ya se realiza por medio de software. No se necesitan hacer los planos ni imprimirlos, porque todo se puede efectuar ahí. En la revolución tecnológica el ámbito digital creo que es lo que más nos va a impactar a todos, porque va a ser de uso cotidiano”, manifiesta.
UN VIAJE AL PASADO
Durante la existencia del hombre el siglo XX es quizá el que más crecimiento industrial ha manifestado.
“Si hablamos de Reynosa en 1905 lo que impactó aquí fue el ferrocarril, sin olvidar el telégrafo. Luego fue el puente internacional, las carreteras como medio de comunicación.
“En 1930 entró la luz, que es una energía indispensable para todos nosotros. En 1929 el agua potable. El automóvil fue otra tecnología que vino a modificar mucho.
“Pemex (Petróleos Mexicanos) llegó en el año 1944, que creo fue cuando se perforó el primer pozo y de ahí comenzó un auge y que benefició a todos económicamente. Son cosas que impactaron aquí”, refiere.
Comenta que, posteriormente, arribaron la televisión y la radio: “De hecho tuvimos la estación más grande del país en aquellos años. Y así sucesivamente podríamos enumerar muchas cosas”, describe.
Sin duda, los logros obtenidos en el siglo pasado sentaron las bases para los que se están consiguiendo en el presente y para este ingeniero en electrónica lo más inminente y actual es el teléfono móvil, porque tiene la capacidad de brindar sin número de funciones, muchas de las cuales están por salir al mercado.
“El celular va a ser el que más se va a transformar. La tecnología que se desarrolla ahorita es para llevarla como pupilente en el ojo. Ya no vas a tener la pantalla, sino lo vas a estar viendo. Te vas a mover sobre esa parte y el modo de activar un control va a ser por voz”, define.
Google, el gigantesco motor de búsqueda del internet, está llevando a cabo su proyecto de anteojos, un programa de investigación y desarrollo para fabricar gafas de realidad aumentada (HMD), cuya versión para consumidores se espera que esté lista en 2014.
El propósito es mostrar información disponible para los usuarios de teléfonos inteligentes sin utilizar las manos, permitiendo también el acceso a internet mediante órdenes de voz, con sistema operativo Android y compatible con iPhone y otras marcas líderes, aunque debido a su precio estimado en mil 500 dólares (unos 190 mil pesos) todavía están lejanos de las masas.
Sony, por su parte está trabajando con el Smartwatch, un reloj de realidad aumentada, en el que se puede acceder a la red y tener múltiples funciones. Don Adams, el Superagente 86 estaría bastante complacido.
LO QUE VIENE EN LOS AUTOS
Pero si la tecnología ha ido muy lejos en los pequeños aparatos de uso cotidiano, también está creciendo en los medios de transporte.
“Aquí tuvimos hace tres años una carrera que se llama Autotrónica, que significa la electrónica del auto, donde los frenos desaparecen, las balatas. La transmisión del volante desaparece y todo funciona ahora a través de motores”, explica Salomón Pecero Del Angel.
El especialista define que el conductor seguirá teniendo el volante de su coche, pero físicamente ya no estará el mecanismo que hace que se mueva el engrane. Tal y como ocurre virtualmente con los juegos de Nintendo o el mouse de Apple, se enviará por red un mensaje al otro motor que está en las llantas y lo harán rodar, girar o detenerse.
“Internamente los carros tendrán un protocolo. Por ejemplo, le llamaron Domótica a todo lo doméstico, o de un hogar u hotel y establecieron formas de comunicarse. Para una licuadora, para un refrigerador, para una televisión establecieron una red. En los carros pasó lo mismo.
“El ABS en el motor, el tablero, y el aire acondicionado todos son módulos que se conectan a una red llamada CAN. Comúnmente los dispositivos se comunican por cables eléctricos y ahora serán por red. Son computadoras que se enlazan y actúan entre sí.
“Y entonces ya no van a ser balatas, sino motores los que se van a frenar solitos por medios eléctricos. Todo lo mecánico que tiene fricción tiende a desaparecer y va ser más eléctrico, más electrónico, más computarizado lo que produzca la industria”, detalla.
Pecero Del Angel, quien trabajó cinco años para el sector automotriz, señala que algunos vehículos ya no utilizan llave, sino que funcionan con huellas digitales.
“Lo que viene está por revolucionar a los talleres automotrices, que van a tener que ser electrónicos. En nuestra carrera la base es la electrónica, que está hoy en día en todos los sectores.
“Y la pregunta que surge es: si se nos descompone el auto ¿quién nos lo va a arreglar?, por eso debemos preparar personas que realmente sepan y hacia ese camino nos dirigimos nosotros”, comenta.
El director de la carrera de Tecnologías de la Información en la UTTN refiere que la industria petrolera antes se basaba en trabajo de campo, pero ahora está comenzando a utilizar el sistema wireless.
“Cuanto flujo, cuanta temperatura, cuanto nivel, la calidad, todo se está empezando a transmitir de esta forma y los sensores son inalámbricos. Los que trabajaban hace 10 años en las plataformas no tenían esa tecnología. Los que están ahora sobre la marcha lo van a aprender, pero necesitamos sacar gente preparada para eso”, subraya.
Afirma que en los aparatos el ancho de banda, la frecuencia, la radiofrecuencia, los medios como transmiten, el cómo se decodifican los datos, son para la gran mayoría de las personas intangibles, porque simplemente se utilizan y ya, empero quienes van a brindarle mantenimiento y configurar dicha tecnología deben saber esa teoría para resolver los problemas de una manera práctica.
“Hay mucho por hacer y más en esto que los cambios son muy rápidos”, enfatiza el entrevistado.
Al final y después de observar el extraordinario nivel que está alcanzando la ciencia, no sería descabellado pensar que algún día el hombre se desplazará en planchas voladoras. v