Por tierra, agua y aire es como Salvador Becerra busca a su hija Lidya Ireydi Becerra Ramírez de 43 años, su nieta Kinnereth Becerra Ramírez de 26 años y su nieto José Luis Lozano Becerra de 15, habitantes del municipio de Guadalupe.
Desde el pasado 11 de mayo la familia Becerra Ramírez perdió la comunicación con sus familiares que viajaban por la carretera a Miguel Alemán, Tamaulipas, con destino a McAllen, Texas, donde acudían constantemente para comprar pacas de ropa que venden en los mercados rodantes.
El calvario de Salvador Becerra inició la mañana de ese miércoles al perder comunicación con sus seres queridos y desde entonces no ha tenido fin.
La búsqueda no ha dado resultados, pero tampoco se han dado por vencidos al estar peinando terrenos en Nuevo León y Tamaulipas con el apoyo de voluntarios.
Además, están buscando la ayuda de un equipo de buzos para extender el rastreo en zonas aledañas y en donde solo ellos pueden tener acceso.
Aunado a esto, la atención y colaboración de las autoridades por parte de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León ha sido nula, al no darle avances de la investigación.
“No me dicen nada, no se han comunicado conmigo para decirme cómo van”, comentó.
Aunque todo pudiera parecer que fue un caso en la que la familia de Salvador tuvo mala suerte al toparse con la inseguridad que azota al norte del país, él cuenta con una versión que no quiere que las autoridades descarten como una de las principales líneas de investigación: las amenazas que recibió su hija días antes de su desaparición.
El pasado 5 de mayo, su hija viajaba hacia Estados Unidos, pero tuvieron que detener unas horas su viaje al poncharse una llanta de la camioneta en el puente Mojarras.
Tras ir en busca de una persona que les pudiera dar el servicio de una vulkanizadora móvil, al regresar al lugar donde dejaron el vehículo, encontró que había varias patrullas.
“Llega mi hija con mi nieta, donde ven la camioneta, los encañonan y los bajan. Supuestamente, los acusaron de polleros porque las camionetas no llevaban asiento atrás. Mi hija les dice ‘no, yo no me dedico a eso, yo traigo pacas de ropa usada para vender”, explicó Salvador Becerra.
Sin embargo, al ser separadas para interrogarlas, Lidya se percató que un policía golpeó a su hija Kinnereth por lo que no dudo en defenderla y advertir que iba a denunciar la agresión de los oficiales.
Salvador Becerra dijo que al dejarlos ir uno de los elementos amenazó a su hija diciéndole que ya los tenía identificados y que la próxima vez que pasaran los iban a desaparecer.
En la carpeta de investigación que poseen las autoridades estatales, Salvador pidió incluir las bitácoras de las patrullas que tuvieron el altercado con la familia días antes, sin embargo, la petición al Fiscal Especializado en Personas Desaparecidas, Raúl Sepúlveda, ha sido denegada.
La angustia que está viviendo la familia los ha llevado hacer una investigación por su propia cuenta, como contratar especialistas en geolocalización y viajar a la zona en donde fueron rastreados por última vez para localizar a su hija, nieta y nieto.
Los celulares pudieron ser rastreados por el equipo de especialistas en Nuevo Guerrero, Tamaulipas, sin embargo, estos perdieron la señal al ser apagados tras la declaración que filtró Griselda Núñez, fiscal especializada en Feminicidios y Delitos Contra la Mujer.
“Me quitó todas las esperanzas de ver a mis hijos con vida, yo espero, que los encontrara con vida, pero ya, así como está la situación, como lo dijo la licenciada, descubrió lo que yo estaba investigando, pues prácticamente yo ya nos los cuento con vida”, declaró Salvador.
Además de responsabilizar a Griselda Núñez, tras lo sucedido acudió a levantar una denuncia en contra de la Fiscal por haber filtrado información que él se había dedicado a recabar.
Durante su convocatoria frente al Palacio de Gobierno, el pasado 27 de mayo, Don Salvador fue apoyado por familiares de personas desaparecidas del estado.
Antes de decidir marchar hasta las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia ubicada en la calle Ocampo en el centro de Monterrey, Don Salvador, hizo un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador para que lo apoyara con elementos de la Guardia Nacional y él junto con voluntarios poder ir a peinar terrenos baldíos.
“Quisiera que estuviera en contacto conmigo para que usted me diera la mano para localizar a mis hijos. Yo quisiera señor presidente que se pusiera usted en mis zapatos. Yo lo que quiero es algo que sea federal, yo no conozco de leyes, pero yo a la policía de aquí de Nuevo León como de Cerralvo no les tengo confianza y usted me entiende por qué”, dijo Salvador Becerra.
Durante las últimas semanas, este hombre ha mostrado a la población que el amor de padre es verdadero y grande, hasta el punto de ofrecer su alma al diablo si es necesario a cambio de encontrar a su hija, su nieta y su nieto, pese a los días transcurridos la esperanza de que estén con vida se ha difuminado de sus pensamientos.
“Yo espero, pues, que bueno los encontrara con vida, pero ya, así como está la situación, pues prácticamente ya no los cuento con vida”, finalizó.
