Alrededor de un 42 por ciento de la población ha padecido vértigo, mareo e inestabilidad al menos una vez en su vida, por lo que con el fin de revisar, actualizar y difundir las diferentes formas de abordar al paciente con problemas de equilibrio, se llevó a cabo el primer curso de Trastornos Vestibulares en Monterrey.
Los Trastornos Vestibulares son más comunes en hombres y en mujeres entre los 40 y 50 años, sin embargo, este padecimiento puede presentarse en jóvenes e incluso en niños.
El Colegio de Otorrinolaringología y Cirugía Cérvico Facial del Estado de Nuevo León, organizó este curso que se realizó los pasados 4 y 5 de octubre en el Doctor Hospital DH con la participación de especialistas reconocidos a nivel local, nacional e internacional.
Existen varias causas por las que se pueden registrar los primeros síntomas del vértigo, entre las que destacan la hipertensión y diabetes, dos de las enfermedades crónicas que afectan a un amplio sector de la población.
El doctor Jesús Martínez Elizondo, el coordinador de este primer curso, afirmó que es muy importante que los médicos tratantes de este padecimiento como lo son los otorrinolaringólogos, los neurólogos, otoneurólogos, audiólogos y rehabilitadores, puedan identificar con mayor precisión y a tiempo los síntomas de sus pacientes.
Explicó que el vestíbulo es la cavidad ósea en la región media del oído interno, que tiene forma oval, pues en un extremo se encuentra el caracol y en el otro los canales semicirculares, la caja del tímpano y el conducto auditivo interno.
“Nosotros tenemos dos laberintos: el laberinto anterior con el que oímos que es la cóclea que tiene dos vueltas y medía en los sujetos normales y los conductos semicirculares que son tres, es decir, tenemos tres de cada lado, son seis en total y es para que nos dé una tridimensionalidad en la que nos movemos”.
Los canales semicirculares son tres tubitos arqueados en semicírculos, implantados en los vestíbulos y situados en tres planos rectangulares, según las tres dimensiones del espacio.
Los canales semicirculares nos dan la noción del espacio y, por tanto, contribuyen al mantenimiento del equilibrio de la cabeza y del cuerpo.
“Nosotros por sistema evolutivo hemos llegado a tener estos conductos semicirculares y en el vestíbulo se encuentran dos organelos que se llaman el utrículo y el sáculo, que son como dos bolsitas”, apuntó.
En relación a los pacientes hipertensos, diabéticos, o que tuvieron un traumatismo cráneo encefálico, dijo que se desprenden células en la microcirculación que andan flotando y que en ciertos movimientos provocan el vértigo.
Recalcó que es muy importante para los médicos distinguir el tipo de vértigo que tienen sus pacientes, pues existen dos: el vértigo central y el del oído, y depende del acertado diagnóstico, se le brindará el tratamiento correspondiente.
INESTABILIDAD CRÓNICA
La inestabilidad es la sensación que las personas tienen al caminar, pues sienten que van flotando o están inseguros al pisar y en muchas ocasiones se van de lado.
El doctor Nicolás Pérez, de la Universidad de Navarra, España, expuso tres importantes temas en este curso sobre vértigo: exploración de los reflejos vesiculares; exploración de la función dinámica visual y postular y el diagnóstico diferencial del vértigo y de la inestabilidad.
“Hoy estamos explorando el oído interno de una manera muy precisa y muy exacta por medio de reflejos.
“Cualquier enfermedad del oído interno o de nuestro sistema nervioso central puede dar inestabilidad, por lo que no hay una edad definida, pero sí tenemos esa posibilidad en los pacientes mayores”, indicó.
Comentó que la mala audición lleva a una situación desfavorable para los adultos mayores, pues no pueden realizar actividades como conducir un auto o simplemente salir de su casa, si no tienen un buen par de audífonos.
Y en caso de que se presente en las repercusiones pueden ser a veces superiores a otras enfermedades congénitas, pues les quita la posibilidad de una buena educación, de tener un buen lenguaje, por ejemplo.
Destacó que las condiciones urbanas o en el ambiente laboral pueden afectar la audición, ya que el promedio permitido dentro de los estándares normales es de 80 decibeles.
“El tema del ruido laboral y pérdida de la audición es una cuestión legislativa en el sentido de que cada gobierno establece los límites permitidos, pues todos sabemos que 80 decibeles es el tope.
“Pero si estás en un entorno laboral con 85 decibeles, puedes estar sólo cinco horas en toda la semana. El daño que hace el sonido en el oído crece exponencialmente, por ello la barrera son 80”, afirmó.
Aclaró que existen los protectores para el ruido, pero por desgracia los trabajadores tampoco pueden usarlos porque en tal caso no escucharían las alarmas que se utilizan en las fábricas para prevenir accidentes.
En cuanto a otras formas de contaminación auditiva, señaló que los aparatos reproductores de música pueden ser perjudiciales y contribuir al impacto negativo que recibe el oído interno.
“Hay también una predisposición genética que no lo podemos medir y sólo se previene no exponiéndose, pero existe el problema de los niños que tienen acceso a los aparatos MP3 y estos sistemas de reproducción, aunque tiene una especie de candado para no aumenten más el volumen, pero ellos ya saben cómo quitarlo”, puntualizó.
DISPOSITIVO AUXILIAR
Enrique Soto Eguibar, otro de los conferencistas, es investigador Titular Tiempo Completo “C” en el Instituto de Fisiología, de la BUAP, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) nivel III de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Ciencias, y es el creador de un innovador dispositivo auxiliar que se imprentaría en un futuro a los pacientes que padecen trastorno vestibular.
Mencionó que un ejemplo de desarrollo tecnológico paralelo que utiliza este sistema es el de “Seway Personal Transporter”, un vehículo de transporte ligero de dos ruedas, con autobalanceo controlado por un ordenador que utilizan comúnmente los policías en aeropuertos.
“Construimos con estos colegas de la Escuela de Físico Matemáticas un sistema, algoritmos de procesamiento para convertir la salida de sensores técnicos en algo que las neuronas puedan entender.
“En el vestíbulo, el equivalente en técnica del órgano que tenemos para mantener el equilibrio son acelerómetros y giróscopos. Los acelerómetros los debe de tener su automóvil y cuando chocan un acelerómetro es el que dispara la bolsa.
“Y en lo que se refiere a los giróscopos, ¿conocen el seway? Es una plataforma que utilizan los policías. Bueno, ese tiene 12 o 20 giróscopos, entonces te haces para delante y sensa aceleración angular con un giróscopo y se mueve”, refirió.
Añadió que con la nanotecnología se puede miniaturizar y se abrió la posibilidad de imaginarse que se puede utilizar como sustituto del órgano y de esta idea abstracta se inició la investigación para este dispositivo auxiliar.
Soto Eguibar subrayó que aún no ha sido implantado a ningún paciente, pero que en Estados Unidos y en México se está estudiando la posibilidad de que pronto se pueda desarrollar.
“Hasta ahorita ninguna prótesis vestibular se ha implantado, pero eso no quita que las universidades realicen suficientes investigaciones para concretar esta idea”, aseveró.
Señalo que actualmente se está analizando todo lo que implica la parte quirúrgica, en cuanto a cómo se harían los implantes, dónde se pondrían los electrodos, etcétera.