Más allá de que albergará una de las más importantes colecciones de arte popular, numismática y paleontológica del mundo, para Mauricio Fernández Garza su museo La Milarca lo que realmente será es una “caja de sorpresas”.
Entrevistado en su domicilio, en lo más alto del municipio de San Pedro Garza García, mismo que hoy luce diferente pues ya no exhibe muchas de las piezas que en un futuro estarán en La Milarca; el ex alcalde reconoció que el trabajo para levantar los poco más de 2 mil metros cuadrados de construcción en el Parque Rufino Tamayo no ha sido sencillo, más porque todos los gastos los ha cubierto él, sin ninguna clase de apoyo por parte del Ayuntamiento.
Aún así se muestra satisfecho con los resultados que se han ido obteniendo, especialmente porque el espacio será un digno escaparate para los más de 500 objetos de su colección, misma que calificó como “ecléctica”.
Para ser sinceros la satisfacción no es desmerecida, pues La Milarca contará con un gabinete que representa la última obra museográfica de una leyenda del ramo como lo es Miguel Angel Fernández, quien fuera conservador de Palacio Nacional, artífice de la museografía en el Museo del Templo Mayor y el Museo de Sitio de Palenque, Chiapas, además de fungir como Coordinador Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, entre muchos otros puestos.
Fue Fernández quien decidió que en este museo estén en exhibición “Los Alcaltraces”, considerada una de las obras maestras de Diego Rivera; el primer autorretrato de Frida Khalo y el retrato que Rufino Tamayo hizo de su madre, Márgara Garza Sada de Fernández.
Pero además, se contarán con objetos con una enorme carga histórica como lo son las espadas de Hernán Cortés, Agustín de Iturbide y Porfirio Díaz, la más importante colección de monedas antiguas en el mundo y una selección de arte popular.
A esto, hay que agregarle las joyas paleontológicas que ha ido recolectando a lo largo de su vida, como lo son las cabezas de un T-Rex y de un triceratops, el Ephidotus, un pez jurásico alemán; el fósil de tiburón bautizado “Milarca”, única especie en el mundo que publicó la revista científica Science, un fémur de un Apatosaurio, el más grande que jamás existió sobre la Tierra, y un nido de huevo de dinosaurio, así como el Mauriciosaurus Fernandezi, género extinto de plesiosauroide o lagarto, que vivió en el Cretácico tardío, descubierto en el municipio de Vallecillo.
Además están los siete arcos góticos de los Siglos XIII y XIV y los cuatro imponentes techos de los siglos XIV al XVI que, en su conjunto, tienen un costo superior a los 50 millones de pesos.
El coleccionista, añadió que la instalación de uno de estos techos generó lo que podría considerarse como un “afortunado accidente”, pues proporciona a la habitación donde se encuentra una acústica perfecta.
Relató que mientras estaba supervisando las obras de construcción, notó una música que se escuchaba en el ambiente, al levantar la cabeza se dio cuenta que venía de un radio de un trabajador que laboraba en el techo.
Intrigado, le preguntó al obrero qué clase de radio estaba utilizando pues la calidad del sonido era formidable y cuál fue su sorpresa cuando le informaron que era un sencillo aparato de transistores.
Fue entonces cuando hizo pruebas y se dio cuenta que la combinación de la habitación con el techo de madera brindaban una acústica perfecta reconocida por los más importantes músicos de la actualidad.
Todo esto estará al alcalde de la población en unas semanas, cuando inicie de manera formal sus operaciones La Milarca.