Gloria despertó a las 7 AM de un sábado, tomó su celular y vio el mensaje de su hermana, “la fiesta va a empezar a las 3:00 PM, te traes a todos los huercos y que no se te vaya a olvidar el regalo de mamá”.
Después de leerlo, Gloria ya se imaginaba lo atareado que iba a ser el día, pero al menos ya había comprado antes el regalo: unos aretes de oro que le costó pagar.
Salió de la cama y tomó su toalla, antes de meterse al baño fue al cuarto en el que dormían sus 4 hijos, agarró aire y les gritó: “¡Párense ya, es bien tarde, son las 9 y en lo que se cambian ya son las 10; párense ya!”, nadie despertó.
Hacía el mediodía, Gloria había vestido y perfumado a los hijos, le puso el candado a la casa y salió a la calle. Antes de llegar a la estación “Exposición”, de la Línea 1 del Metro, se acordó que había dejado el regalo en la mesa, tuvieron que regresar y aprovechando la vuelta, lo metió en una bolsa y le pidió al mayor de sus hijos que lo cuidará porque ella iba a tener que cargar al menor de los niños cuando llegarán.
Al abordar el Metro, esté comenzó a llenarse de pasajeros y Gloria pensó: “Ay no, me hubiera venido más temprano, a esta hora siempre hay mucha gente”, al llegar a la estación “Cuauhtémoc”, salió con sus hijos del andén y bajaron las escaleras para transbordar a la Línea 2.
En ese momento Gloria miró a su hijo al que le había encargado el regalo, sintió como se le erizaba la piel cuando vio que el niño no lo traía y le preguntó: “¿Dónde dejaste el regalo?”.
El niño, al borde de las lágrimas, contesto: “Ay mami, es que se lo di a mí hermano para que lo cuidara y se le perdió, me dio miedo decirte en ese rato, perdóname mami”.
Ya era muy tarde, había avanzado tres estaciones y no sabía qué hacer, hasta que un señor que escuchó lo sucedido se le acercó para comentarle: “Miré ‘seño’ igual y lo reportaron, no se desanime tan rápido, mejor pregunté si lo encontraron, ahorita que se baje fíjese en los letreros de la estación y ahí viene uno sobre objetos perdidos, chance y lo tienen”.
Sin ninguna esperanza Gloria salió al andén y efectivamente encontró el letrero que decía “Si usted extravió algo en nuestras instalaciones, favor de dirigirse con el personal de estaciones” y a un lado el número de atención a usuarios.
Decidió comunicarse y después de un par de timbres un empleado de Metrorrey atendió la llamada y tras unas preguntas le dieron la buena noticia:
“Ah si, hace un ratito alguien nos reportó una bolsa de regalo y se parece a la que me está describiendo, venga a la estación y aquí se la regresamos”.
Cuando llegó con el personal de la estación, nuevamente les indicó la descripción del regalo y tras verificar que era el mismo, este le fue devuelto a la agradecida madre de familia.
Así como el caso de Gloria, la oficina de Objetos Perdidos suele ser uno de los lugares más desconocidos para los usuarios del Metro, y es qué desde hace 34 años, el Sistema de Transporte Colectivo Metrorrey ha trabajado captando todos los elementos que fueron extraviados por sus dueños y que se han resguardado en una bodega en espera de que sean reclamados.
El procedimiento empieza cuando algún usuario pierde su propiedad ya sea en algún vagón o bien, dentro de las estaciones de las 3 líneas del sistema de transporte.
Posteriormente cuando se reporta el objeto con el personal del Metrorrey, este entra en una base de datos donde se detalla con un folio y una descripción precisa de la pieza.
El asistente administrativo para el área de estaciones y seguridad, Oziel Ríos, quién funge también como encargado del departamento de Objetos Perdidos, comentó que cuando el objeto se reporta, el usuario puede comunicarse para hacer el reclamo.
“En las estaciones, en el área de andenes hay unos anuncios que informan sobre objetos extraviados junto a un número de atención. Cuando se comunican los usuarios ellos detallan lo que perdieron y donde lo dejaron, si es en el tren le llamamos a la estación que sigue y ahí interceptan el objeto, por dar un ejemplo; cuando los usuarios reportan algo en las estaciones lo pueden guardar ese mismo lugar durante 12 horas, si pasa este tiempo se manda directamente a bodega de estación Cuauhtémoc”, expresó.
HAY DE TODO
Oziel señaló que los objetos que pueden llegar a la bodega nunca deja de sorprenderlos, puesto que han dejado desde carteras hasta bicicletas.
“Nos ha llegado celulares o carteras, pero se encuentran carriolas, patinetas, sombreros, paraguas hasta serruchos, a veces sucede que algún albañil viene con las herramientas del trabajo y quizá como vienen cansados se les olvida lo que traían incluso las bocinas, de las bicicletas que tenemos aquí es porque las dejan aseguradas en alguna de las estaciones y ya no vienen por ellas.
“Muchas veces también pasa que se les olvidan cosas nuevecitas, que las acaban de comprar y tienen mucha prisa que ya no regresan a recuperarla, por ejemplo, en esos casos casi la mayoría es ropa, o bien los regalos que ya vienen empaquetados o en su bolsita, esos también se les olvidan a menudo”, indicó.
Asimismo, enfatizó que los objetos de peligro como lo pueden ser un arma de fuego o punzocortante, están prohibidas dentro de las instalaciones de Metrorrey por lo que de llegarse a encontrar con un material de este tipo, los elementos de la Policía de Fuerza Civil se encargan de la recolección y proceso de la pieza.
En los 20 años que lleva laborando en Metrorrey, Oziel externó algunas historias que recuerda en sus labores como encargado de Objetos Perdidos.
“Hace años, cuando todavía estaba en funciones el penal del Topo Chico, los reos hacían actividades y muchos hacían cuadros para enmarcados, luego se lo daban a la familia para que lo tuvieran en la casa o lo vendieran, pero ya cargando los niños y moverse de un lado a otros hacía que los perdieran en algún momento, era común tener cuadros aquí.
“Uno se encuentra de todo aquí, una vez a una muchacha se le perdió su cartera cuando recién había llegado de viaje, andando en las instalaciones se le extravió el objeto y traía 8 mil pesos; cuando la persona vino a reclamar la prenda se le entregó sin problemas.
“En otra ocasión hubo un incidente en estación Aztlán con un iPhone, me llegó en un fin de semana a las oficinas y hasta la mañana del lunes lo conecte para cargarlo y ahí lo deje, pero como a las 2 horas que había cargado se activó una alarma porque estaba reportado ese celular.
“El dueño del teléfono había sufrido un incidente y su móvil lo tiraron en la basura: la persona había sufrido un secuestro. El procedimiento de rutina se hizo normal con la entrega del aparato, pero tuvo que actuar jurídico por el asunto del reporte de robo y el secuestro, lo bueno es que la persona estaba bien después de lo que le sucedió”, relató Oziel Ríos.
EL PROCESO
Cuando un objeto no llega a ser reclamado durante un determinado plazo, este pasa a alguna institución de caridad con el fin de que beneficie a alguien más y así evitar a la vez que estos terminen acumulados en la bodega.
“El tiempo máximo que puede estar aquí una pieza es de dos años, si pasa de este tiempo estos objetos se canalizan con área de comunicación social y una fuente de beneficencia como por ejemplo caritas, pasamos el reporte de lo que tenemos y de lo que puede ser rescatable, posteriormente se hace la donación”, informó Ríos.
Si bien el área de Objetos Perdidos es un lugar que puede pasar por desapercibido por algunos usuarios, este es un departamento que lleva más de 3 décadas en funcionamiento para el beneficio de quien lo necesite.
Por ello si la próxima vez que hagas uso de las instalaciones del Metrorrey y extravías algo, no dudes en comunicarte al Puesto de Control Central con el teléfono 81-20-33-5000, extensión 1505.