En 2020 la fuerza del huracán “Hanna” derribó parte de la barda de la Secundaria No. 42 “Olivia Sánchez Peña” de Monterrey, que como solución “temporal” recibió por parte de la Secretaría de Educación una malla ciclónica para resguardarla. Esa es la realidad que viven muchas escuelas de la entidad a unos días del regreso a clases.
Hoy, a pocos días del regreso a clases presenciales, la sección caída no ha sido reparada y las autoridades del plantel trabajan a marchas forzadas para rehabilitar el resto del centro educativo que, al igual que las demás escuelas de Nuevo León, tendrán que abrir sus puertas el próximo 30 de agosto, aún con desperfectos.
Y es que, aunque en un inicio el gobierno estatal se mostró renuente de regresar a las aulas por la tercera ola de la pandemia, en donde los contagios, hospitalizaciones y muertes por Covid-19 se mantienen imparables, el 19 de agosto finalmente autorizó el retorno presencial, dejando a los padres la elección de enviar a sus hijos o no.
El anuncio dejó dos realidades muy distintas en el estado: en el primer escenario están los colegios privados, que recibieron con beneplácito la noticia y se declararon listos para iniciar el ciclo escolar en la modalidad presencial o híbrida.
Y por el otro, las escuelas públicas de educación básica, en las que, tras 17 meses de falta de actividades, sus problemas de infraestructura, ya comunes aún sin pandemia, solo se agudizaron.
Escuelas sin luz, sin servicio de agua, con vidrios rotos, llenos de maleza, con ventiladores y aires acondicionados descompuestos, baños sin funcionar, bancas sin reparar y demás desperfectos son solo algunos de los problemas que enfrentan las también llamadas “escuelas de gobierno” a pocos días del arranque del ciclo escolar 2021-2022.
De acuerdo con un censo que realizó la Secretaría de Educación en marzo de 2021 se arrojó que de las cerca de 4 mil instituciones de preescolar, primaria y secundaria que tiene Nuevo León (3 mil 140 públicas y 800 privadas) en 443 (el 11.2 por ciento) no se cuentan actualmente con agua potable; que en 823 (el 20.8 por ciento) falla el suministro del vital líquido; que 139 (el 3.5 por ciento) no hay electricidad; que en 2 mil 14 (el 51.1 por ciento) persiste vandalismo, principalmente vidrios rotos y que en 3 mil 633 (el 92.2 por ciento) se requieren de fumigación.
Las cifras fueron arrojadas el pasado 23 de agosto dentro de la primera mesa de transición entre el actual y futuro gobierno estatal.
No se trata solo de números, es una realidad con la que se enfrentan directivos, maestros, padres de familia y estudiantes a escasos días de arrancar las clases presenciales, como el caso ya antes mencionado de la Secundaria No. 42 “Olivia Sánchez Peña”.
Y es que, a pesar de los esfuerzos mayúsculos de los directivos y personal de intendencia, que son el “ejército” de trabajo, previo al inicio de las clases, la reconstrucción de la barda es apenas uno de la larga lista de pendientes que se tiene en el sistema educativo de Nuevo León.
Acorde con Mónica Espinosa y Luis David Díaz trabajadores de la secundaria, cuando la barda se vino abajo por la fuerza del huracán en el lugar se dieron cita tanto las autoridades de Educación como de Infraestructura del estado para reparar la sección dañada.
En aquel entonces, aseguraron, “no había prisa”, pues la pandemia había alejado a los alumnos del plantel, pero ahora, con el regreso a clases, resulta imperativa la reconstrucción de casi siete metros de perímetro por seguridad de los alumnos.
“Cuando pasó el huracán ‘Hanna’ nos tumbó esa parte de la barda. En su momento vinieron autoridades de Educación y de Infraestructura para hacer medición de lo que se había caído, pero por mientras pusieron esa barda de alambre que sigue hasta ahora.
“Por eso puedes ver aquellas canchas porque no hay barda que las tape, pero en realidad no deberías de verlas. Esperemos que vengan a arreglarlo ya porque ya mero se inician las clases”, dijo Luis David.
Ellos dos, junto a otros tres más forman el personal de limpieza de la institución, que son los encargados de darle mantenimiento al centro educativo.
Aseguran que la limpieza nunca se pausó, a pesar de la contingencia sanitaria, pues constantemente abrían la secundaria para barrer y trapear.
Hoy por hoy, el mayor problema recae en la reconstrucción de la barda y el retiro de la maleza que se ha acumulado en las áreas comunes como la cancha de futbol.
Aunque el tiempo que resta es corto, tanto Mónica como Luis David aseguran que no es imposible, pues ya han sacado adelante la limpieza de todo el plantel (conformado por tres hileras de salones, dos canchas deportivas y jardineras) en poco tiempo.
“Sí es poco tiempo, pero la verdad sí podemos hacerlo porque ya lo hemos hecho en otras ocasiones. Es nada más cuestión de administrarnos y venir con muchas ganas”, dijo Mónica.
Desde la limpieza de bancas, mesas, puertas, ventanas y ventiladores hasta el reacomodo de los salones para implementar la sana distancia, las labores de acondicionamiento no paran durante los días previos a la reapertura de la secundaria.
Y aunque aún no se les ha dado a conocer el protocolo a seguir, una vez iniciadas las clases presenciales, el retorno a las aulas les deja un sabor agridulce, ya que por un lado les emociona la idea de “volver a la normalidad”, pero por otro les preocupa la situación crítica por la que atraviesa la entidad en cuestión de contagios por Coronavirus.
“Sí me emociona el hecho de que vuelvan a clases, pero yo, por ejemplo, que también tengo hijos, aún no dejaré que regresen porque sigue estando muy feo todo lo del Covid”, puntualizó Luis David.
Aún contra corriente y a marchas forzadas la secundaria puede declararse casi lista para darle la bienvenida a los alumnos que así lo deseen; sin embargo, existen otros planteles en los que no se vislumbra un panorama tan alentador, ya sea por “mala suerte” o falta de voluntad.
Ese es el caso de la escuela primaria “Alfonso Martínez Domínguez”, de la colonia Hacienda Mitras en Monterrey, en donde por más que se quiera arrancar el ciclo escolar es prácticamente imposible porque el plantel tiene un “pequeño” problema: no hay energía eléctrica desde hace meses.
Acorde con un vecino del sector, el inmueble fue escenario del vandalismo y los malhechores se llevaron todo el cableado eléctrico, provocando un apagón en el centro educativo.
Hiram Guevara Rodríguez de 56 años es habitante de la calle Hacienda Molino, justo frente a la entrada del plantel educativo. El 19 de agosto escuchó con asombro la noticia del regreso a clases presencial, pues comprobó que muchos planteles están casi abandonados y para muestra el que tiene enfrente.
Y es que, el vecino asegura que desde marzo de 2020 que se suspendieron las clases solo ha visto personal de intendencia en dos ocasiones (la semana antepasada), ni siquiera cuando los mismos colonos reportaron el robo del cableado eléctrico.
“¿Cómo van a abrir si ni siquiera le han echado una manita de gato? Para empezar ni hay luz porque le robaron todo el cableado, por eso la CFE nada más vino a cortarla porque al robarla dejaron algunos cables sueltos todavía con carga”, aseveró el vecino.
Por si el suministro eléctrico fuera poco, en el lugar también se requiere la rehabilitación de las áreas comunes, mismas que están “inundadas” de maleza, problema del que no se ha salvado tampoco la entrada principal de la escuela.
“Apenas la semana pasada vino el conserje y nada más vino a ver cómo estaba la escuela y ya. No hizo nada, no arregló nada, no cortó nada”, indicó.
En palabras del colono, el abandono del plantel ha acarreado también problemas a los vecinos, pues el crecimiento de la hierba ha generado un criadero de tarántulas.
“Ahí se anidan tarántulas bien grandes, ya he matado yo a dos dentro de la casa, salen de ahí y se meten a las casas”, manifestó.
Ante la inactividad de las autoridades de educación, el regiomontano, cuya nieta está a punto de arrancar su primer año de primaria en mencionada institución, decidió poner manos a la obra y ser él mismo quien deshierbe la entrada del plantel.
“¿A poco la Secretaría de Educación no va a tener a quien mandar para hacer limpieza?, porque fíjate cuánto falta para que empiecen las clases y mira cómo está la escuela, las condiciones en las que está”, comentó.
A pocos metros de la primaria “Alfonso Martínez Domínguez”, en la misma colonia de Monterrey, se ubica el Jardín de Niños “José Suárez Olvera”, un pequeño centro educativo para los menores de preescolar que está compuesto por dos hileras de salones y un espacio de artes.
Localizado en la calle Hacienda de los Pinos, el sitio muestra un mejor rostro que la primaria vecina, pero comparte un problema en común: el crecimiento descontrolado de hierbas en las áreas de recreación.
De acuerdo con una trabajadora de limpieza del plantel, quien prefirió omitir su nombre, la maleza es el único inconveniente que persiste en la institución pública, pues asegura que durante toda la pandemia se le ha dado mantenimiento.
“Aquí no hemos dejado de venir desde que se suspendieron las clases, pues tú me ves aquí y así hemos estado desde 2020, siempre estamos al pendiente, siempre venimos a limpiar, a barrer, a trapear, a darle mantenimiento a los abanicos y todo”, mencionó la entrevistada.
En sus palabras, el plantel está casi listo para recibir a los estudiantes cuyos padres decidan enviarlos.
El “casi” se traduce a ciertos desperfectos en los baños y la alta hierba que casi cubre los juegos para los niños.
“Te podría decir que está casi todo listo, ahorita nada más estoy viendo un problema con los baños porque al no usarse se fregaron y esos por más que los limpie o que trate de darles mantenimiento ya no se puede porque se descompusieron y deben de cambiarse”, mencionó.
Después de semanas de suspenso, la orden enviada a todo México desde el Palacio Nacional de iniciar clases, aunque “llueve, truene o relampagueé” finalmente se cumplirá también en Nuevo León.
Y mientras que en algunos planteles de educación privada celebran, en otros de educación pública se cuestionan si arrancar clases de manera presencial no es un riesgo innecesario ante la falta de infraestructura educativa.
Lanzan ‘Apadrina una Escuela’
Por Sebastián Estrella
El gobernador electo de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, anunció el arranque del programa “Apadrina una Escuela”, que busca salir en apoyo de alrededor de 3 mil 400 instituciones educativas públicas que necesitan rehabilitación ante el regreso a clases.
Explicó que tanto el gobierno federal como el del Estado están haciendo un gran esfuerzo para rehabilitar a alrededor de mil 400 instituciones educativas, pero aún faltan muchas otras que necesitan ayuda,
Es por ello que este programa contempla tres diferentes maneras con las que se puede apadrinar a una institución educativa en necesidad.
La primera es la donación de, al menos, 50 mil pesos con lo que se puede apadrinar de manera integral a una institución educativa. Este llamado es para empresas, negocios y ciudadanos con la capacidad económica para aportar esta cantidad.
“Ahora es cuando se ocupa del apoyo de ustedes, el retorno social va a ser inmenso”, dijo.
De hecho, anunció que tanto él como su esposa aportarán estos 50 mil pesos para apadrinar a una institución.
El mandatario electo agregó que otra de las opciones es que los ciudadanos que no pueden aportar 50 mil pesos, donen la cantidad que puedan a una cuenta bancaria que será manejada por la Fundación Comunidar, con la que se creará un fondo económico para ayudar a las instituciones que lo necesitan.
La cuenta es la número 022-03502-001-6 con CLABE: 05858-022-03502-001-6-1 de Banregio a nombre de la Fundación para Unir y Dar, A.C.
A la vez, el gobernador electo convocó a las cámaras de la iniciativa privada y grandes empresas de Nuevo León a hacer donaciones en especie de los materiales que se requieren.
Unos no tienen ni luz, pero otros…
Los principales promotores del regreso a clases presenciales son colegios privados como el American School Foundation of Monterrey o el Colegio San Patricio quienes, como demuestran en fotografías publicadas en sus redes sociales, no tienen problemas para cumplir las medidas sanitarias.
La realidad de las escuelas
De las cerca de 4 mil instituciones de preescolar, primaria y secundaria públicas que tiene Nuevo León
443 (el 11.2%)
no tienen agua potable
823 (20.8%)
falla el suministro de agua
139 (3.5%)
no hay electricidad
2 mil 14 (51.1%)
están vandalizadas
3 mil 633 (92.2%)
requieren fumigación.
Fuente: Secretaría
de Educación de NL.