Aunque no se tienen cifras exactas, se estima que uno de cada 115 niños en México viven dentro de algún espectro autista, que de acuerdo a la agrupación regiomontano ARENA es “una condición de vida que se expresa con alteraciones en el neuro desarrollo, a través de síntomas e intensidades distintas en cada persona que lo presenta”.
Cada menor puede presentar características de la condición de manera diferente, pero en su mayoría las áreas afectadas son: la integración sensorial, integración social y comunicación.
Las investigaciones en torno al origen del autismo hablan sobre factores genéticos y ambientales, mismos que siguen análisis; sin embargo, lo que sí se sabe con exactitud es que se trata de una condición que se queda para toda la vida, aunque las manifestaciones pueden variar conforme el tiempo (mejorar o agravarse).
En los últimos años la intervención temprana de los niños, niñas y adolescentes con autismo, a través de terapias, ha permitido que logren desarrollarse para mejor su calidad de vida escolar, social y laboral.
Aún así, los pacientes dentro del espectro lidian diariamente con diferentes barreras, una de ellas, el acceso a la educación.
Y es que, si bien algunos centros particulares les ofrecen enseñanza, lo cierto es que la mayoría de las instituciones tanto públicas como privadas mantiene una deuda pendiente con ellos.
Maura Loreto Saldaña, es madre de Thiago Matías, su pequeño de 7 años vive dentro del espectro autista y encontrar una escuela que le garantice una buena educación ha sido un auténtico Viacrucis.
“Todas las mamás hemos batallado en encontrar escuelas, o si encontramos escuelas no tienen apoyo, o si tienen apoyo no sirve. Yo creo que todas estamos batallando con eso”, afirmó.
Actualmente su hijo acude a la escuela, pero la única instrucción que recibe del instituto es la de colorear. Lo poco o mucho que ha aprendido, asegura Loreto Saldaña, es por fuera, gracias a las terapias particulares.
Buena María Montes de Oca, atraviesa por una situación similar: su hijo de cuatro años acude a escuela pública, en donde la maestra de apoyo no utiliza las herramientas como los pictogramas para el desenvolvimiento del menor.
“Se quejan de que nos les dan capacitación y cuando se las dan no la aplican. Mi hijo está en terapia de integración social de comunicación para regularlo, hasta ahorita no se le ha detectado ninguna discapacidad intelectual”, indicó.
Al contar su testimonio la mujer rompió en llanto, pues aseguró que como padres hacen esfuerzos extraordinarios para apoyar a sus hijos para que al final, quienes se suponen, deben de apoyarlos, no los imitan.
El panorama en escuelas privadas no es más alentadora como el caso de María Clemente Díaz Medellín, quien señaló que en dichos institutos solo aceptan a dos personas en condición de autismo por salón.
Incluso, agregó, su hijo ha sido expulsado de los institutos por bajarles el valor académico.
“¿Por qué asignan solamente dos lugares por salón para las personas de su condición? Esa ha sido la historia de siempre.
“Incluso me lo han expulsado de colegios porque dicen que les baja el valor académico. Entonces, la petición específica es asignar más espacios en los colegios o escuelas públicas”, enfatizó.
La problemáticas en las escuelas no solo es de espacios también de cultura. Los niños, niñas y adolescentes con autismo se enfrentan además diariamente a la estigmatización, que en algunas ocasiones se convierte en acoso.
De acuerdo con la fundación española Conecta los niños con TEA (Trastornos del Espectro Autista) son cuatro veces más vulnerables a sufrir bullying en las escuelas, con sus respectivos impactos negativos.
Apenas semanas atrás se viralizó un video en el que estudiantes de Estados Unidos acosaban a un adolescente autista en los baños para varones. Las imágenes causaron indignación en las redes, pero es una cruda realidad que viven los menores con dicha condición.
Eliana Díaz lo sabe a la perfección, pues uno de sus hijos tuvo que desertar de la secundaria dado el hostigamiento que sufría.
“Desgraciadamente por tema de bullying mi hijo tuvo que desertar de secundaria. Ha sido un caminar muy complicado y muy difícil puesto que no hay consciencia respecto al salón de clases e incluso con algunos docentes, que no están preparados para tener a una persona con condición de autismo o de cualquier trastorno de neuro-desarrollo”, mencionó.
Por lo anterior, se sumó al grupo de padres que pidieron docentes más preparados en la escuelas para atacar mencionadas problemáticas.
El 27 de abril pasado, cerca de una decena de padres de familia, acudieron al Congreso de Nuevo León para verter sus inquietudes ante la presidente de la comisión de Salud y Atención a Grupos Vulnerables, la priista, Gabriela Govea, quien encabeza los trabajos para legislar por tercera vez la Ley de Autismo en Nuevo León.
Y es que, en dos ocasiones anteriores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación la catalogó como inconstitucional al no ser consultadas las personas que viven con la condición del TEA.
“Esta mesa que se realizó es para escuchar específicamente para las personas que viven con condición del TEA. La siguiente mesa será una encuesta de lo que ellos realmente necesitan desde el punto de vista educativo, cultural, deportivo y laboral”, mencionó la diputada local.
AVANCES EN EDUCACIÓN
Originario de la Ciudad de México, José Miguel Rodríguez llegó a Monterrey en el 2015 y se topó de frente con la realidad: la poca oferta educativa para personas con el espectro autista.
“Yo quisiera que hubiera más escuelas que tengan programas de inclusión, que puedan atender a estudiantes con autismo porque desde que llegué ha estado complicado encontrar una escuela que tenga programas de inclusión“, indicó el joven.
En un inicio, aseguró, intentó ingresar al Colegio Educarte, pero al contar con personal capacitado optó por una de las preparatorias de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), una de las pocas instituciones en el estado que han aplicado programas de inclusión.
De hecho, la Máxima Casa de Estudios ya contempla un programa enfocado para jóvenes y adultos dentro del espectro autista a nivel de preparatoria, universidad y post grado.
De acuerdo con Guillermo A. Flores Briseño, responsable de la Unidad de Trastornos del Espectro Autista (UTEA) de la UANL, el proyecto aún requiere mejoras, pero representa al menos un avance en la inclusión.
“Debo también reconocer que no es un programa que ha funcionado adecuadamente, peor ya estamos dando el primer paso para que esto se implemente de manera obligatoria.
“De hecho, en los formatos de inscripción ahí viene una pregunta sobre si el interesado o interesada requiere de alguna atención específica y si la respuesta es sí, se solicita por qué razón y ahí es cuando se empieza a generar el proceso de inclusión”, puntualizó.
1 de cada 115
niños en México viven dentro de algún espectro autista
“Todas las mamás hemos batallado en encontrar escuelas, o si encontramos escuelas no tienen apoyo, o si tienen apoyo no sirve. Yo creo que todas estamos batallando con eso”. Maura Loreto Saldaña, madre de Thiago Matías