Por Jaziz Becerra
Sociólogo de profesión, artesano de corazón. Así se describe Luciano Preza, quien llegó del Distrito Federal para presenciar el Fórum Universal de las Culturas 2007 y encontró una ciudad ideal para quedarse y de-sarrollar lo que en un principio pensó que sólo era un hobby.
Recuerda con agrado su niñez y entre risas platica anécdotas que vivió al lado de 10 hermanos. Una de ellas fue quien se encargó de darle al artesano las armas con las que labraría su futuro y con esto se dio cuenta de su verdadera pasión.
“Cuando estaba estudiando Sociología, una de mis hermanas estudiaba Artes Plásticas y en tercer semestre se salió y ya no quiso continuar, entonces me regaló un juego de gurbias, yo en ese entonces no tenía la menor idea de qué eran las gurbias pero las guardé, un día se me ocurrió comenzar a tallar una madera, al principio creí que era un hobby pero luego le fui dedicando más tiempo hasta que comencé a hacer obras cada vez con más cuidado”.
Luciano menciona que es autodidacta y que lo que sabe lo aprendió al experimentar con sus obras y después comenzó a hacer negocio al momento que salía de la Universidad y empezaba a buscar trabajo.
“Cuando estaba en la universidad tenía mis obras en mi lugar de trabajo y me preguntaron que a cuánto iba a vender una manzanita y ya le dije pues tanto y me la compraron y de ahí inicié con la venta de mis obras.
“Trabajé un mes en el Inegi y me salí, después estuve en Sedesol -sólo 20 días-creo que los sociólogos no somos valorados, prefiero trabajar 20 horas y sacar la misma cantidad de dinero, pero haciendo lo que más me gusta que es trabajar con la madera”.
Antes de llegar a Monterrey, el artesano estuvo en España por cuatro meses tomando un curso de modelado en arcilla y habla acerca de la calidez que tienen los españoles con los mexicanos.
“En España nos quieren mucho a los mexicanos, piensan que todos bailamos y aunque yo no bailo bien me recibieron de una manera muy agradable, hice varios amigos por allá, es un país muy bonito”.
Luego de su estancia en España, decidió regresar a México, esta vez a la ciudad de Monterrey para presenciar el Fórum Universal de las Culturas 2007, y encontró todos los espacios en el evento ya repartidos, sin embargo, a la hora de ver su trabajo le ofrecieron hacer unos reconocimientos para varias entregas que estaban ya estipuladas dentro de los eventos.
Su inspiración se fomenta en su gusto por el café y por la música, en especial sobre un cantautor español.
“Mi inspiración es sencilla, soy muy cafetero y me encanta Joaquín Sabina, cuando pongo su disco y me pongo a trabajar el tiempo se me pasa muy rápido y siento que mis obras salen mejor y el café pues también se ha vuelto parte de mi trabajo”.
La primera creación Preza fue un pez y después comenzó a hacer rostros, máscaras, manzanas y muchas más obras hasta llegar a lo que hoy esculpe como retratos en tamaño real.
Los retratos de cuerpo entero tardan en promedio tres meses y si es solamente del rostro tarda aproximadamente un mes. Antes de labrar en la madera hace un boceto en plastilina y luego lo copia, pero sigue una serie de métodos para lograr el esculpido perfecto.
“Cuando hago un retrato procuro alejarme un poco del proyecto por momentos. Lo empiezo, después de unos días lo dejo y luego lo vuelvo a tomar para darme cuenta en qué me estoy equivocando y entonces sí, continuo”.
Los precios de las obras del artesano se encuentran entre los 350 y 30 mil pesos, dependiendo del tamaño y la dificultad que representen.
“No creas que toda la gente que me compra tiene mucho dinero, hay algunos que sí, pero hay otros que me los van pagando y cuando terminan vienen por su encargo”, dice.
“Hace poco vino el dueño de unos ranchos para cazar, los dueños de una destiladora de agave, el dueño de una constructora de Monclova, en fin, ha venido mucha gente, casi todos los trabajos que hago son pedidos. Hay gente que viene y me dice que también saben hacer eso, que en cuál cárcel había estado, pero afortunadamente nunca he estado en la cárcel”.
Después del negocio que tiene ubicado en Cuauhtémoc entre Ruperto Martínez y Aramberri, su otro aparador es el corredor del arte los domingos por la tarde en donde se reúnen fotógrafos, escultores, pintores y anticuarios.
El material con el que trabaja curiosamente es gratis, ya que la gente, muchas veces sin saber quién es, acude al negocio y le deja los troncos para que trabaje con la madera.
“Hay días que llego y veo un tronco nuevo que quién sabe quién me vino a dejar, pero a mí me sirven mucho, lo que más me traen son ficus y fresnos, pero me han traído también caoba y ébano”.
Preza dejó en claro que lo que más le gusta trabajar es la figura humana y el arte Sacro porque tiene que ver con el Barroco, aunque menciona que si llega una persona y le pide que le haga el número de su casa no se puede negar.v