Aunque el gusto por la música desde siempre habitó en su ser, nunca imaginó convertirse en parte de la historia por este motivo, y mucho menos en un pueblo adoptivo.
Eduarda Delgado de Lozano, mejor conocida como Lalita, llegó a Zuazua, Nuevo León en el año de 1973, luego de que su marido se jubilara de la empresa Petróleos Mexicanos.
La advertencia de su compañero de vida había sido tajante: “En cuanto me jubile, nos iremos a Zuazua”; sin embargo, Lalita veía lejano el momento en que eso se cumpliera.
“Nosotros nos casamos en el ‘52 y él siempre decía ‘cuando me vaya a jubilar nos vamos a Zuazua’ y yo pensaba siempre de que falta mucho y nada que sí nos vinimos”, señaló.
A su llegada a este municipio, explica, el recibimiento que les dieron sus nuevos vecinos fue por demás satisfactorio, por lo que utilizando su don musical, no dudó en componer algunas estrofas en dedicatoria al pueblo y a su gente.
“Me gustó mucho la forma en que nos recibieron las gentes, lo que sea de cada quien, por eso dice el corrido: ‘Y toditita su gente te deja grata impresión / y sus mujeres hermosas te roban el corazón’; y cuando canto yo hago la aclaración de que yo no tengo nada de hermosa, yo no soy de Zuazua”, explica entre risas la cantautora.
Para Lalita la música es parte de ella, a pesar de que a temprana edad tuvo que cerrarle las puertas, ya que su padre le impidió probar suerte como cantante en la capital del país.
“A mí desde chamaca me gustó mucho cantar y pues mi papá tocaba la guitarra y no quería que cantáramos la misma voz de la radio, nos decía: ‘hay que escuchar la música, tratar de hacer segunda o tercera voz’.
“Cuando yo tenía 14 años cantaba en un grupo allá en Poza Rica y resulta que me dijeron que tenía voz para educarla en México, me dieron teléfonos y todo, llegué a mi casa feliz, pero me llevé una regañada de mi padre, me dijo: ‘esos quieren ilusionarte porque estás joven, ellos como ya están encumbrados; la puerta está muy ancha para que te vayas, pero si quieres ir padre ya no tienes”, recordó.
De esta forma, Lalita dejó de lado la posibilidad de dedicarse de lleno a la música, aunque más adelante no desaprovecharía la oportunidad de dejar huella en este ambiente.
ZUAZUA, SU INSPIRACION
Tras arribar su marido y ella a Zuazua, Lalita no dudó en agradecer el recibimiento que les dieron a su llegada los pobladores con un corrido, y aunque poco tiempo después de llegar a tierras regias le dio rienda suelta a la pluma para aterrizar sus ideas, fue algunos años después cuando la melodía se dio a conocer popularmente.
“Hasta el ‘76 fue cuando se dio a conocer el corrido, pero yo lo hice desde que llegamos a Zuazua”, reconoció la también admiradora de los Cadetes de Linares.
Armando y Servando, Los Regionales de Zuazua, son los intérpretes de la composición de Lalita. Sin embargo, no fue la única melodía que tuvo de su autoría. Corrido de la Hacienda, Corrido a Epifanio y Margarito y uno más dedicado a una niña que falleció en un accidente automovilístico por aquellos años, nacieron de la inspiración de Lalita.
Tiempo después, ya disfrutando de la edad dorada en el norte del país, Lalita retomó aquella ilusión de deleitar con su voz y composiciones al público, y es que el corrido de Zuazua fue solamente el primer eslabón para regresar a la música; tiempo después la rondalla de Monterrey le dio espacio a su voz.
“A la edad de 60 años formé parte de la rondalla de Monterrey e íbamos a ensayar ahí a la Alameda, recuerdo que no hallaban segunda voz y pues yo les daba la segunda voz. Ya después un maestro me dijo que mi voz es de tenor, pero en mujer, que es muy raro y es la que puede dar los tonos más bajos”, explicó.
Hoy, los orgullos musicales se siguen cosechando en su vida, y es que doña Lalita puede presumir que ha sido la primera mujer que tuvo la oportunidad de cantar en un evento oficial en Zuazua, siendo éste la toma de protesta del actual alcalde, Roberto Montemayor Gutiérrez.
Además, está a la espera de que a finales de este mes, la Máxima Casa de Estudios le reconozca haber compuesto el corrido del municipio que le ha dado cobijo estos últimos años.
Será en la tradicional feria de San Pedro y San Pablo, que organiza la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde Lalita reciba un reconocimiento más por enriquecer el patrimonio cultural del municipio que tantas satisfacciones le ha dado.
LAS FIESTAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
:: Desde hace 18 años, las fiestas de la Hacienda San Pedro son tradicionales en Zuazua, Nuevo León, ya que tratan de rescatar la celebración de los santos patronos, San Pedro y San Pablo, que tenía lugar en las instalaciones de la Hacienda.
:: En esta ocasión serán los días 27, 28 y 29 de junio cuando los vecinos de El Carmen, Hidalgo, Abasolo, Salinas Victoria, Ciénega de Flores, Zuazua, Marín e Higueras, se reúnan para ser testigos del reconocimiento a personajes de la cultura popular que la Universidad Autónoma de Nuevo León brindará como cada año.
:: De esta forma, entre música regional, baile popular, comidas típicas, exposiciones, bazar de libros, observaciones astronómicas, grupos musicales, creencias y costumbres, se trata de rescatar una vieja tradición en el Valle de las Salinas.