El 8 de junio era un día normal para Leslie Rubí Oviedo Martínez; por la mañana asistiría a trabajar y por la tarde acudiría a ver a su novio jugar futbol en la colonia San Bernabé. Sin embargo, jamás imaginó lo que el destino le tenía preparado.
De regreso a casa, acompañada de su pareja, varios hombres que viajaban a bordo de un taxi la forzaron a subir a la unidad; su novio nada pudo hacer para impedir la privación de la libertad.
Leslie era una joven alegre y apasionada por la música, que por falta de oportunidades no pudo ingresar a la preparatoria y se dedicó al trabajo.
Las horas transcurrían y la incertidumbre de sus familiares se hacía más grande, pues a pesar de que solicitaron el apoyo de las autoridades, la madre de Leslie asegura que éstas no respondieron al auxilio.
Sin embargo, tenían la esperanza de encontrarla con vida, y así transcurrieron 17 días hasta aquella amarga mañana del 24 de junio, cuando elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones localizaron un cuerpo en el patio de una vivienda de la colonia Mirasol, al norte de Monterrey.
Las ilusiones de los allegados se desvanecieron cuando la Procuraduría de Justicia del Estado informó que posiblemente se trataba de la joven Leslie. Faltaban las pruebas de laboratorio que confirmarían su identidad.
Luego de que se difundiera la noticia, tías de la joven dieron a conocer que efectivamente se trataba de su familiar, por lo que pidieron el apoyo de autoridades y ciudadanía para que el crimen no quedara impune.
La muerte de Leslie Rubí se suma a la de otras 33 mujeres que han sido asesinadas en lo que va del año; no obstante, fue uno de los casos más sonados y que más conmovió a la sociedad neolonesa.
Aunque el Instituto Estatal de las Mujeres lucha porque todos estos casos sean considerados como feminicidios, es la Procuraduría de Justicia la que se encarga de determinar la causa de la muerte en cada caso, y de catalogarlos como tales.
De los 34 casos, 33 fueron generados por violencia social y uno por violencia familiar, de los cuales sólo siete fueron catalogados como feminicidios, informó la fiscal especializada en Atención a la Mujer, María Balderas.
LA DIFERENCIA
Mientras que el homicidio es un delito que consiste en una acción u omisión mediante el cual se causa la muerte a otra persona, ya sea dolosa o culposamente, el feminicidio es un crimen de odio que consiste en el asesinato de una mujer por el simple hecho de ser mujer.
En otras palabras, el feminicidio es el asesinato de una mujer perpetrado por una causa de género; esto quiere decir que una mujer muere por la violencia extrema derivada de una razón misógina.
El término feminicidio fue acuñado por Marcela Lagarde de los Ríos para describir la situación que ocurría en Ciudad Juárez, Chihuahua, con la muerte de miles de mujeres.
Lagarde de los Ríos es una antropóloga e investigadora mexicana representante del feminismo latinoamericano que impulsó la creación de la Comisión Especial del Feminicidio en el Congreso.
Además, promovió el delito de feminicidio en el Código Penal y logró la creación de la Ley General de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
LAS CIFRAS
A pesar de que Nuevo León se encuentra en el lugar 23 de muertes de mujeres por cada 100 mil habitantes -debajo de la media nacional-, las autoridades trabajan para reducir las estadísticas, informó la presidenta ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), Yamilett Orduña Saide.
Según datos recabados de medios informativos por el IEM, del 2011 a la fecha se han reducido notablemente los ataques a las mujeres en el estado.
Tan solo en el 2011 y 2012 se registraron 359 muertes de mujeres, de las cuales 36 fueron relacionadas con violencia familiar o de género, mientras que 323 se atribuyeron a la violencia social (crimen organizado).
Del 2013 al 2017 se cometieron un total de 331 asesinatos de féminas, de los cuales 77 son catalogados como feminicidios, en tanto que los 254 restantes son saldo de la violencia social que se vive en el estado.
“Si analizamos los números nos damos cuenta que del 2013 a la fecha la estadística disminuye, pues en los últimos cuatro años y medio van menos muertes de las que se contabilizaron en el 2011 y 2012”, apuntó Orduña Saide.
Esos datos indican que Nuevo León está lejos de convertirse en una ciudad como Juárez, Chihuahua, aseguró la presidenta ejecutiva del IEM.
Sin embargo, el pasado mes de noviembre se lanzó la Alerta de Violencia de Género para tratar de erradicar las agresiones contra las mujeres.
Orduña Saide explicó que la Alerta de Violencia de Género es un mecanismo para promover los derechos humanos y lograr el cese de la violencia contra mujeres y niños, y por otro lado se busca terminar con los feminicidios.
“Nos toca la prevención y la atención primaria generando acciones y difundiendo los derechos humanos de manera creativa, pues para la mujer, aún en la actualidad, los derechos humanos son intangibles y místicos”, precisó.
Para la prevención se generó una herramienta en donde se dan a conocer los derechos humanos y las instituciones que dan servicio, denominada Seas Quien Seas, Sígueme.
“Por primera vez tenemos gobierno y sociedad trabajando en equipo en una cruzada estatal y municipal, permanente y comunitaria.
“Esta es una cruzada en contra de la violencia hacia las mujeres y niños, el logotipo es una llave de la igualdad, porque lo ideal es que seamos iguales”, indicó.
LOS TIPOS DE VIOLENCIA
Para Orduña Saide, la violencia hacia las mujeres se deriva de la discriminación y la desigualdad, originándose principalmente en las zonas más populares del área metropolitana, así como en las regiones rurales del estado.
Para medir los tipos de violencia existe una herramienta llamada Violentómetro, en donde las mujeres pueden identificar los tipos de abusos y la gravedad de los mismos.
“El violentómetro puede medir como están los tipos de violencia, desde ser blanco de bromas pesadas hasta los golpes y la muerte.
“Los más comunes son las bromas pesadas, los chantajes, mentiras, ley del hielo, ridiculización, la humillación y el control que ejerce una persona sobre la mujer”, manifestó.
Dijo que, pese a que la violencia está tan naturalizada, las mujeres tienen que saber que desde que son víctimas de bromas y chantajes tienen que pedir un apoyo psicológico y jurídico.
Puntualizó que la violencia es común en la clase social baja, pero no es exclusiva de ese sector, pues también perjudica a las mujeres de la alta sociedad.
“En ocasiones las mujeres que están empoderadas económicamente reciben violencia psicológica, la violencia no respeta religión, condición social o títulos, porque es una cultura”, añadió.
Explicó que la violencia es considerada un tema de cultura, debido a que la mayoría de las personas desde pequeñas fueron instruidas bajo la norma del machismo.
“Nosotros desde pequeños fuimos educados en una cultura machista, en donde a las mujeres les decían: ‘hija, atiende a tu hermano y dale de comer’, pero ¿por qué? si somos iguales.
“Como las madres están educadas con diferencias de género, así educan a sus pequeños, con diferencias en el acceso a los derechos, pero hombres y mujeres tenemos las mismas capacidades, dones, virtudes y talentos”, resaltó.
Subrayó que la clave para lograr la igualdad es ser cooperativos y no competitivos, porque el estar enfocado en las diferencias y saber quién es mejor, puede desencadenar acciones perjudiciales.
Para lograr una vida libre de agresiones en contra de mujeres y niños, afirmó que es necesario comenzar con la prevención en los planteles educativos.
Por tal motivo han intervenido de manera estratégica con la Secretaría de Educación, a través de 400 maestros que se encargarán de inculcar una vida libre de agresiones.
“Por otro lado, tenemos 30 módulos de atención interdisciplinarios en lugares estratégicos para prevenir a las mujeres”, reveló.
“Dichos módulos están instalados en sitios como el Pabellón Ciudadano, Macrocentro de San Bernabé, Morelos, y los municipios donde actualmente se encuentra la alerta.
“Nosotros atendemos en primer lugar donde está la alerta: Monterrey, Guadalupe. Apodaca, Juárez y Cadereyta; estos municipios tienen observaciones específicas, además de la atención que proporcionamos”, finalizó.