Cajeme, Sonora.- Con una maleta llena de sueños, proyectos y la ilusión de un mejor futuro, el joven Luis Enrique Alatorre Martínez, de 17 años de edad, partió desde Ciudad Obregón hacia Mexicali, en donde planeaba continuar con sus estudios y trabajar junto a dos amigos más.
Era residente de la colonia Primero de Mayo y le apodaban “El Limoncito”. El joven fue llevado a la central camionera por su mamá, quien con amor lo despidió hasta el pie del autobús. Le dijo que se reportara al llegar y le tomó una fotografía que más tarde se convertiría en la última de este joven.
Luis Enrique es una de las víctimas mortales que cobró el accidente carretero entre el autobús de pasajeros en el que viajaba y dos trailers, el pasado jueves 2 de septiembre, en el tramo Sonoyta-San Luis Río Colorado.
Hoy una familia despide al hermanito menor de tres; una madre llora la ausencia de su hijo, quien solo buscaba un mejor futuro para salir adelante.
Sus restos fueron velados en la funeraria Misión del boulevard Ramírez, y la misa en Pueblo Yaqui.
En dicho accidente otras 15 personas perdieron la vida y 22 más resultaron lesionadas, seis de ellas de gravedad.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) informó, a través de su cuenta oficial en Twitter, que personal de auxilio de los municipios cercanos participó en labores de rescate.
Cuando arribaron a las 4:30 de la madrugada de ese jueves la escena era completamente desgarradora. Tuvieron que hacer muchas maniobras para sacar a los pasajeros prensados por el fuerte impacto.
En un abrir y cerrar de ojos, en aquel camión de la línea Interbús quedaron estancados los sueños del joven Luis Enrique y de otras 15 personas que murieron de manera trágica en el kilómetro 39 de esa carretera.