De acuerdo a expertos en moda y alta costura, los atuendos que Elba Esther Gordillo usaba “de diario” ascendían hasta 100 mil pesos. Incluso se dice que la depuesta líder del Sindicato de Maestros era “120 por ciento Chanel”, por su gusto desmedido por esta firma.
Pero en su clóset también era fácil encontrar marcas como Prada, Gucci y Louis Vuitton, todas de alto nivel, aunque cuando vestía “informal”, Gordillo seleccionaba artículos de Escada, cuyo precio máximo por una blusa no rebasa los 3 mil pesos.
En su armario había de todo: Trajes, zapatos y sobre todo, bolsas, y mientras más grandes y costosas, mejor.
Para regalar también era espléndida y los afortunados recibían obsequios de Pineda Covalin, Marc Jacobs, Michael Kors y Salvatore Ferragamo.
El 26 de febrero su vida dio un giro de 180 grados. Fue despojada de su lujoso vestuario y en su lugar usó una playera y un pantalón color beige: la ropa de presidio, al ingresar al penal femenil de Santa Martha Acatitla donde se le recluyó acusada de operación con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada, delitos tan graves que no alcanza libertad bajo caución.
La maestra estuvo en una celda sola en la zona de Ingreso, donde el resto de la población penitenciaria no tiene acceso.
Allí había un baño y un camastro con una cobija.
Ni rastro de las residencias de lujo en las que vivió los últimos años; el recuerdo de las propiedades en sitios tan exclusivos como Isla Coronado, en San Diego –donde pasaba días para olvidar el estrés y las presiones de su cargo- es eso, sólo un recuerdo.
De acuerdo con la PGR, los fondos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación fueron desviados por los operadores financieros de Gordillo, como Nora Guadalupe Ugarte Ramírez
Los otros dos operadores, Isaías Gallardo Chávez y José Manuel Díaz Flores, abrieron una empresa “fantasma” que trianguló dinero y se efectuaron transferencias bancarias internacionales, para pagar gastos de la ex lideresa.
La PGR entregó como evidencias del lavado de dinero, que esta red pretendió ocultar, el destino de los fondos a través de otra compañía como TTS de México, de la que cual era la accionista mayoritaria Estela Morales Ochoa, la finada madre de Gordillo.
El gobierno detectó meses atrás que recursos de una cuenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se habían transferido a una cuenta particular desde la cual se pagaron 3 millones de pesos a la tienda Neiman Marcus, un establecimiento estadounidense, dedicado a vender firmas de lujo.
Además de la privación de su libertad, Gordillo tiene que lidiar con padecimientos crónicos de hígado, hipertensión y renales por lo que fue trasladada al Penal de Tepepan, al sur de la Ciudad de México.
En el anexo de este penal está el Hospital General Torre Médica Tepepan con servicios de consulta general y hospitalización para hombres y mujeres, quirófanos, dos salas de recuperación, de trabajo de parto, cuneros, inhaloterapia, endoscopía, terapia intensiva, laboratorio, farmacia, habitaciones aisladas para pacientes con padecimientos infecto contagiosos, entre otros.
Y la infraestructura médica para que la ex lideresa magisterial pueda ser atendida en caso de emergencia.
La estancia de Gordillo en prisión será larga. El 4 de marzo, el juez sexto de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en la ciudad de México, Alejandro Caballero, le dictó auto de formal prisión.
Los elementos valorados fueron suficientes para acreditar que pertenece a una organización delictiva en la que también están Isaías Gallardo Chávez, José Manuel Díaz Flores y Nora Guadalupe Ugarte. Esto significa que tendrá que seguir el proceso en su contra tras las rejas. De ser encontrada culpable enfrentaría una pena mínima de 13 años y máxima hasta de 31 años.
Por su edad, 68 años y por su salud, parece complicado que la maestra cumpla su condena en el centro penitenciario. A los 70 podría estar en arraigo domiciliario, siempre y cuando un juez lo determine tras escuchar las versiones de por lo menos dos médicos quienes deberán dictaminar si el padecimiento de la acusada le impide continuar en el reclusorio.
Tras las rejas
:: En Santa Martha Acatitla, donde primero fue ingresada Gordillo, los internos maquilan lencería cuyo valor en el mercado ronda los 300 pesos. El día de su detención la maestra usaba prendas que superaban los 100 mil pesos.
:: En su colección tenía bolsas Birkin (bautizada así en honor a la actriz Jane Birkin) y Kelly (nombradas en honor de Grace Kelly) de la casa francesa Hermès, cuyos costos se acercan a los 100 mil pesos.
:: Sus bolsas más baratas eran Prada (30 mil pesos) y Louis Vuitton (60 mil pesos).
:: Los colores favoritos de Gordillo son blanco, negro, rojo, naranja y gris.
:: Tenía predilección por sacos de tweed (de lana o seda) y zapatos con tacón de hasta 15 centímetros.
:: Las prendas Chanel en su clóset pertenecen a la Houte Couture, una denominación que sólo se otorga a las empresas que cumplen cuidados especiales en la confección, diseño y materiales.
:: En los últimos tiempos optó por usar trajes con pantalón porque, según Gordillo, aumentaban el respeto que inspiraba.
:: Gordillo comparte historia con otras reclusas “famosas” que han estado en el mismo penal: Alejandra Barrios, Florence Cassez y Sandra Ávila Beltrán “La Reina del Pacífico”.